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Llegó la hora de las urnas, se va la primera en Santa Fe

Por: Luciano Couso. Los electores comenzaron a delinear hoy el futuro escenario político de la provincia.

Con la elección de hoy quedarán definidos los postulantes definitivos para julio.

Casi dos millones y medio de santafesinos comenzarán hoy a delinear con su voto el futuro político del cuarto Estado provincial del país, a través de elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias; y completarán su tarea el domingo 24 de julio cuando designen al nuevo gobernador, recambien intendentes, diputados y senadores provinciales, concejales y jefes de comuna.

Además de la trascendencia local, los comicios de hoy poseen importancia a nivel nacional puesto que, entre otras cosas, definirán en parte el futuro político del actual gobernador, Hermes Binner, y el armado de un frente progresista nacional; y darán una pauta del volumen electoral del peronismo santafesino en su intento por volver a la Casa Gris, con rebote de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

Las elecciones primarias de hoy –que desde 2007 reemplazan a las viejas internas partidarias– permiten a los ciudadanos, amén de su identidad política o su independencia respecto de los partidos, seleccionar mediante la voluntad popular expresada en el voto a quienes serán los candidatos definitivos el 24 de julio.

De eso se trata el turno electoral de este domingo. Si bien como se marcó más arriba, se eligen cinco categorías electorales, la atención social se recostó en mayor medida sobre los cargos ejecutivos: gobernador, intendentes y presidentes de comuna. Más le costó a los precandidatos a concejal, diputado y senador departamental hacerse visibles en la maraña de postulaciones, afiches, jingles y spot de campaña (ver página 12).

Las elecciones tendrá un nuevo condimento, de resultado impredecible en la previa: el estreno del sistema de boleta única para cada categoría, aderezado con la unificación del padrón, lo cual implica que alrededor de la mitad de los electores vote hoy en una escuela distinta a la de la última vez (ver página 13).

Novedades en el Frente

A contrapelo de su usual e histórica vocación de ventilar los trapitos en casa, el socialismo expuso en esta ocasión, descarnada y públicamente, sus diferencias internas. Ese fue uno de los datos más salientes de la campaña que desembocó en las elecciones de hoy.

El gobernador Binner, líder indiscutido del Frente Progresista que lo llevó a la Casa Gris en 2007, resolvió nominar a su sucesor al entender que era el modo de darle continuidad a su proyecto.

El senador Rubén Giustiniani, presidente del Partido Socialista, también se creyó con legitimidad para impulsar su precandidatura, luego de que el propio Binner lo paseara durante la campaña de 2009 por toda la provincia y lo pusiera a un tris de ganarle a Carlos Reutemann. La tensión entre ambos quedó expuesta en las páginas de los diarios de los últimos 90 días.

Giustiniani consiguió abonar su postulación con dos socios menores del frente: el Partido Demócrata Progresista y el GEN.

El radical Mario Barletta, intendente de Santa Fe, se ató a un presunto acuerdo sellado en 2007 por el cual en el próximo turno electoral, el de este año, el Frente Progresista debía entronar una candidatura radical para la gobernación.

Sobre esa base y con un radicalismo que se vislumbraba ascendente a nivel nacional, el ex rector de la Universidad Nacional del Litoral salió a la cancha. La dinámica de la política hizo que los candidatos presidenciales de la UCR fueran cayendo como las hojas en esta época del año, y el binnerismo le arrancó una parte de los boinas blancas para acompañar a Bonfatti.

El Frente Progresista terminó por llevar sus diferencias internas al Tribunal Electoral, donde inscribió cuatro listas de precandidatos a gobernador (en el baile también se anotó el radical Luis Changui Cáceres) para suceder a Binner.

El gobernador es uno de los que más se juega en esta partida. Como lo hizo en 2003 con Lifschitz en Rosario para mantener la Intendencia, y como lo repitiera en 2009 con Giustiniani para que alcance un escaño en el Senado nacional, ahora Binner se cargó al hombro la campaña de su delfín Bonfatti, quien salió atrasado de las gateras pero recuperó posiciones para llegar al disco.

Binner hipotecó su futuro político en el armado nacional para las elecciones presidenciales de octubre a los resultados de hoy: si Bonfatti sale airoso podrá levantar la hipoteca, de lo contrario no se sentirá legitimado para ofrecerle al país lo que no pudo retener en Santa Fe.

A cuatro años de su constitución, el Frente Progresista marcha a su primera interna, cuya resultado reacomodará la relación de fuerzas a su interior. En la tumultuosa interna los protagonistas llegaron a hablar de la posibilidad de una ruptura en el PS, algo que se revelerá con los resultados de las elecciones de hoy. Si no hay quiebre, quedará por ver si el que gana conduce y el que pierde acompaña.

Sin piloto, en busca de un conductor

Huérfano de conducción –algo desaconsejable para el peronismo–, con el mayor elector (Carlos Reutemann) autoexcluido de la contienda comicial, el PJ santafesino consiguió unir a sus diferentes líneas internas bajo el paraguas del Frente Santa Fe para Todos.

Allí conviven kirchneristas de pura cepa con reutemistas, obeidistas y federalistas a ultranza que no quieren ni escuchar hablar de la presidenta Cristina Fernández. Esa amalgama llega hoy como oferta opositora a las urnas, con un notable crecimiento de la imagen presidencial en Santa Fe en los últimos años, dato contextual que hace soñar a sus seguidores más fieles.

Un cambio radical en el clima y el humor social respecto de aquel aciago 2009 envalentona a los hombres del justicialismo que no reniegan de la presidenta y sueñan con volver a la Casa Gris tras la derrota de 2007, luego de 24 años de preeminencia peronista.

Como en aquél año, también son ahora el diputado nacional Agustín Rossi y el ex canciller Rafael Bielsa quienes con mayores chances animan la interna del peronismo. El intendente de Rafaela, Omar Perotti, y el senador provincial, Juan Carlos Mercier, se sumaron, en esta oportunidad, al menú que ofrece el PJ santafesino. En la ausencia de un cacique que discipline a la tribu, cada indio armó su choza.

El PJ juega en este primer turno electoral la posibilidad de conocer su volumen electoral para regresar a la Casa Gris, que abandonó en 2007, y definir si alguno de los contendientes se perfila como el heredero del liderazgo partidario, amén de lo que ocurra el 24 de julio.

También se posará sobre su performance electoral la mirada de la Casa Rosada, que quiere medir fehacientemente el nivel de apoyo a una propuesta justicialista en un distrito importante como Santa Fe, con miras a los comicios presidenciales de octubre.

Sin las cáscaras de los huevazos de 2009 sobre el lomo, Rossi hace gala de haberse mantenido fiel y sin repliegues al proyecto de la Casa Rosada, y aspira a capitalizar ahora su militancia siempre en el mismo sitio y el viento a favor que acompaña a Cristina.

Para estas elecciones consiguió armar casi 300 listas a lo largo y ancho del territorio santafesino, lo que demuestra el cambio de escenario respecto de hace dos años cuando se presentó como el único candidato kirchnerista, mientras el resto del PJ santafesino hacía causa común con Reutemann.

El ex canciller Bielsa, que había sido el candidato “oficialista” en 2007 cuando se impuso a Rossi en las primarias y luego cayó ante Binner en las generales, reapareció el año pasado con su renovada intención de ser gobernador.

Tras un retiro a cuarteles de invierno, regresó al ruedo electoral con el fin de quedarse con parte del reutemismo y el obeidismo, sectores que –como ya se mencionó– deambulaban en la orfandad tras la determinación de autoexcluirse el primero, y el bochazo desde la Nación para el segundo.

Esa aspiración se cumplió sólo en parte, y Bielsa terminó presentando un armado territorial diseñado en laboratorios de la Casa Rosada, que le sumaron a Oscar “Cachi” Martínez, del partido 100% Santafesino, y a un puñado de intendentes y jefes comunales.

Comenzó la campaña como un peronista cercano al kirchnerismo pero moderado, y la terminó pegando afiches que lo muestran junto a Cristina Fernández.

El intendente Perotti fue el mayor beneficiario del reutemismo y el obeidismo residuales, lo que le permitió desarrollar un crecimiento en su instalación pública, aunque con menor preponderancia en Rosario, que explica el 38 por ciento del padrón santafesino.

El propio Jorge Obeid “bajó” a hacer campaña a favor de Perotti, quien también se mostró como un moderado con acercamiento a la Casa Rosada y perfil propio.

El reutemista Juan Carlos Mercier, por su parte, apuntó a quedarse con el ¿exiguo? voto antikirchnerista de Santa Fe, en una opción que parece atrasar dos años. De todos modos, eso se verificará hoy cuando comience el recuento de votos.

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