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Liderazgo al Sur, desconfianza en el Norte

Por: Gabriel Profiti

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se apresta a extremar su liderazgo entre los países emergentes, una faceta que ya había sobresalido durante la escuálida política exterior desplegada por la administración de su esposo Néstor, pero que contrasta con su aún escasa llegada al mundo desarrollado.

Ambas características van a quedar en evidencia la semana próxima durante la estadía anual de la presidenta por la Asamblea General de Naciones Unidas, donde encabezará el reclamo por un mundo más equilibrado, pero también buscará limar la desconfianza que el país todavía genera entre las potencias.

Con el apoyo unánime de los 33 países de América latina y el Caribe, la Argentina será designada por un año al frente del G-77 + China, el foro emergente de mayor peso mundial, que actualmente reúne a 132 países de la región, África y Asia.

Su llegada a la cumbre del G-77 por primera vez desde la  creación del grupo en 1964 se suma a otras representaciones  ya asumidas por el país como la de la Secretaría General de la Unasur que ejerce Néstor Kirchner.

Además es junto con Brasil el único país sudamericano en formar parte del G-20, una junta de potencias y naciones  emergentes, que fue consagrada piloto de tormentas durante la crisis financiera internacional. Al hacer el anuncio de la entronización argentina, el  secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, consideró que la Argentina está en una excelente posición “puente” al pertenecer  simultáneamente al G-77 y al G-20.

“Conviene recordar que 7 de los 20 países del G-20 son países en desarrollo y miembros del G-77. Estoy hablando de países importantes sin los cuales el G-20 no podrá acometer su objetivo: China, India, Brasil, Indonesia, Arabia Saudita, Sudáfrica y la Argentina”, explicó a Noticias Argentinas, el embajador argentino ante la ONU y próximo portavoz del G-77, Jorge Argüello.

La actual gobernanza global con el Consejo de Seguridad  hegemonizado por los ganadores de la II Guerra Mundial le da  nulas chances de negociar por la soberanía de las islas Malvinas, mientras que no está dispuesto a avalar la continuidad de la ortodoxia financiera que impera en el Fondo para conseguir su  reinserción en el mercado de capitales.

“Trabajaremos intensamente dentro del G-77 para lograr definiciones comunes que atiendan las necesidades del mundo en desarrollo en cuestiones tales como la promoción de reformas estructurales en la arquitectura de gobierno del sistema financiero internacional, un mayor equilibrio del mismo, la defensa de reglas justas para el comercio internacional y la adopción de políticas orientadas a promover mayor equidad, mejor distribución de la riqueza y la promoción del trabajo decente como herramienta central en la búsqueda del desarrollo social de los pueblos”, amplió Argüello.

Argüello explicó también que durante 2011 Francia tendrá “dos sombreros”, el de presidente del G-8 y el de G-20. En el mismo periodo la Argentina presidirá el G-77, a la vez que se mantendrá en el G-20. “Existen mecanismos de consulta bilaterales entre el G-8 y el G-77 que, por supuesto, atenderemos”, dijo.

Con el objeto de preparar la Presidencia argentina para el 2011, Timerman evalúa la convocatoria a un Workshop internacional a realizarse en Buenos Aires, a fines de noviembre de este año, con el objetivo de abordar el análisis de los asuntos prioritarios del Grupo para el año entrante, tanto en lo referido a la esfera Norte-Sur como Sur-Sur.

En este ascenso argentino subyace una antigua disputa por el liderazgo regional con Brasil, que se ha largado a jugar de  puente entre desarrollados y en desarrollo.

Pero lo que tiene bien ganado Brasil es una reputación internacional que la Argentina necesitará años de política  exterior solvente para construir.

Prácticamente el mismo día en que la Argentina anunciaba que hará cumbre en el G-77 + China, Forbes.com publicó un artículo titulado G-19 + Argentina llega a Seúl, en alusión a la reunión del G-20 prevista para noviembre.

La nota firmada por Tim Ferguson vuelve sobre la idea de que  Buenos Aires debería ser excluida de ese foro compuesto  por “grandes líderes” y considera que su inclusión, hace más de una década, se debió más a razones políticas que económicas.

“La presencia argentina causa gracia dado sus históricos problemas para pagar y el gran default oficial declarado en 2002”, señala la nota plagada de ironías y críticas hacia Néstor y Cristina Kirchner en la que toma como referencia lo relegado que está el en el Índice de Mercados Emergentes MSCI.

Si bien el gobierno garantizó que no habrá problemas para cumplir con los compromisos para el año próximo -se apelará nuevamente al uso de reservas- busca un acuerdo con el Club de  París, que integran precisamente 19 potencias.

Ese acuerdo le permitiría declarar definitivamente su salida del default, buscar financiamiento a tasas razonables y destrabar  inversiones que se encuentran frenadas por esa deuda. Hasta ahora  en grupo no aceptaron negociar sin aval del FMI como pretende la Argentina, pero algunos países ya prestaron su consentimiento.

Fuentes de la Casa Rosada dijeron a Noticias Argentinas que gestiones en ese sentido se estaban realizando con la mira en las apariciones que Cristina tendrá en Nueva York. Había una reunión  con banqueros y una actividad prevista en la Reserva Federal con  ese objetivo, que no fueron confirmadas.

También genera expectativa el viaje que Cristina Kirchner hará a Alemania, donde se reunirá con Angela Merkel. Alemania representa el mayor acreedor del grupo, con el 30 por ciento de la deuda.

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