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Ley del cheque: un veto de la presidenta Cristina apunta a disciplinar su tropa

Por: Ezequiel Rudman

En la sobremesa de Olivos, Néstor Kirchner fue una vez más el intérprete de los actos de gobierno de su esposa, Cristina de Kirchner. “Cuando habla de veto a la coparticipación de la ley del cheque, el mensaje es para nuestra propia tropa, no para la oposición”, explicó el diputado el sábado pasado ante un pelotón de legisladores que se apiñaban para escuchar su diagnóstico político.

La advertencia de la presidenta sobre un eventual veto a una ley del Congreso que coparticipe los 23.000 millones de pesos que se recaudan con el impuesto al cheque despierta entonces, a la vez, ira en la oposición y temor en el oficialismo. El mensaje cristinista apunta en especial a demostrarles a los pocos senadores kirchneristas que expresaron su adhesión al reparto federal de estos fondos que su osadía no sólo no traerá beneficios para sus provincias en términos de financiamiento, sino que incluso podría ser contraproducente para las arcas de sus distritos, condenados a integrar una lista negra de infieles.

Lo que hace Cristina de Kirchner al advertir con un veto presidencial es, de acuerdo con el exégeta de su esposo, disciplinar a sus propios legisladores que se ven tentados en conseguir más fondos para obras en sus provincias. No importan para el gobierno los berrinches institucionales de la oposición denunciando la violación del principio de división de poderes o la independencia del Parlamento. La presidenta les habla en realidad a los díscolos, quienes, en caso de apoyar el proyecto opositor, se verán privados de ese financiamiento extra por el veto kirchnerista con el agravante de quedar como traidores enfrentados con el Tesoro nacional.

Sin beneficios

Con severidad maternal, Cristina de Kirchner quiso hacerles entender a sus senadores y diputados que la oposición les propone una jugada de sumatoria cero: la coparticipación de la ley del cheque del Congreso será vetada y, por tanto, las provincias que apoyen esa medida no conseguirán ningún beneficio económico, sino, más bien, lo contrario. Continuarán con sus agobiantes déficits y padecerán un recorte en el envío de fondos de la Nación como ATN, que en la actualidad constituye la principal fuente de financiamiento para pagar sueldos y obras.

Destinatario

Uno de los principales destinatarios del mensaje de la presidenta y el diputado Kirchner es el senador oficialista Guillermo Jenefes, quien ya se diferenció del bloque del Frente para la Victoria, que conduce Miguel Pichetto, y adhirió a la modificación en el reparto del impuesto al cheque, por considerar que permitirá a las provincias conseguir fondos sin necesidad de “mendigar a la Nación”.

El senador jujeño incluso se animó a faltar a la cumbre de legisladores en la quinta de Olivos y publicó en varios medios gráficos provinciales un comunicado en el cual confirmó que dará su apoyo a la iniciativa opositora para retocar este impuesto. El efecto contagio de este hereje del kirchnerismo podría alcanzar también a su colega de bancada, el misionero Luis Viana.

“No debemos desfinanciar a la Nación, pero ello no a costa de los recursos de las provincias”, opinó Jenefes tras advertir que la promesa del Ejecutivo de avanzar en una nueva ley de coparticipación federal demandará “mucho tiempo”. Por las dudas, la Casa Rosada ya prepara un digesto de todos los proyectos de ley, en total 26, que presentaron legisladores de la oposición para recortarle la caja al gobierno. El primer cálculo arroja una disminución en la recaudación de 40.000 millones de pesos al año, sin fuentes alternativas para recuperar lo perdido.

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