El artista mendocino padece desde hace tiempo una enfermedad respiratoria, que se habría agravado en el último tiempo. Favio, cuyo verdadero nombre es Fuad Jorge Jury, tiene 71 años y se destacó por creaciones cinematográficas que marcaron a fuego a esa industria en el país como “Nazareno Cruz y el Lobo” o “Gatica, el Mono”.
Nacido en Mendoza el 28 de mayo de 1938 y bautizado como Fuad Jorge Jury, está a punto de cumplir 72 años.
Famoso por películas como ” Nazareno Cruz y el Lobo” o “Gatica, el Mono“, Favio nunca renegó de su filiación al peronismo. Sin embargo, alguna vez aclaró que no era “un director peronista”. “Pero soy un peronista que hago cine y eso en algún momento se nota”, afirmó.
Y explicó que nunca planificó “bajar línea” a través de su arte porque tenía miedo de que se le “escape la poesía”.
Apenas llegado a Buenos Airtes, trabajó de extra en la película ” El Ángel de España” (1958), y posteriormente —bajo el padrinazgo de Leopoldo Torre Nilsson— comenzó su carrera de actor participando en filmaciones como ” El Secuestrador” (1958) y “Fin de fiesta ” (1960), entre otras. Y su primer trabajo como director fue con el cortometraje ” El Amigo“.
Favio logró —además del acompañamiento de la crítica— varios premios, tanto nacionales como internacionales. Reconocido como director de culto, fue parte de la segunda gama de directores que renovó el cine argentino, detrás de su buen amigo Torre Nilsson y de Fernando Ayala.
En 1965 estrenó su opera prima, ” Crónica de un niño solo “, film que fue producido por Luis Destéfano, aunque quien le aprobó el guión fue Torre Nilsson, quién no se ánimo a producirla.
En 1967 realizó “El romance del Aniceto y la Francisca…”, con Federico Luppi, Elsa Daniel y María Vaner, la que a menudo es mencionada como la mejor película argentina de todos los tiempos.
En 1969, Favio estrenó “El Dependiente“, basado en un cuento de su hermano y coguionista Zuhair Jury. La película fue catalogada por el entonces Instituto Nacional de Cinematografía (hoy INCAA) de “exhibición no obligatoria”, lo que supuso que le quitaran el apoyo oficial al filme.
Fue entonces cuando Favio, quizá motivado por las trabas económicas que enfrentaba para hacer cine, decidió lanzarse sorpresivamente al canto profesional, cosechando un éxito que le permitió en numerosas oportunidades solventar gran parte de sus películas.
Su primer disco fue ” Fuiste mía un verano” (1968), que contenía la canción del título y la famosísima “O quizás simplemente le regale una rosa”. De inmediato, tras el éxito local llegó el internacional con su participación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile.
Luego de grabar su segundo álbum – Leonardo Favio (1969)- y en pleno apogeo de su éxito como cantante, dejó los escenarios para dedicarse por completo a su nueva película, “Juan Moreira” (1973). La siguiente fue “Nazareno Cruz y el lobo” (1975, sobre el radioteatro de Juan Carlos Chiappe), que consolidó a Favio como director, siendo ésta la película más vista en la historia del cine argentino.
En 1976 dejó la Argentina, exiliado por la dictadura que sacudió al país hasta 1983. Comenzó entonces una gira por América Latina que duró casi dos años, en los que viajó junto a su familia. Luego se estableció en Colombia, en la ciudad de Pereira, desde donde realizaba giras por varios países del mundo interpretando sus afamadas canciones.
De regreso en Argentina, en 1987, reinició su carrera como realizador cinematográfico y filmó “Gatica, el Mono” (1993), y entre 1996 y 1999 realizó un documental –sin estreno comercial- titulado “Perón, sinfonía del sentimiento” en el que Favio relata, en cinco horas y cuarenta y cinco minutos, la situación de Argentina entre la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la muerte de Juan Domingo Perón (1974).
Su última obra es “El romance de Aniceto y la Francisca”, una película cargada de poesía visual en una versión bailada del original.
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