Espectáculos

Lecturas. Una singular red exploratoria

“Tecnopoéticas argentinas”, subtitulado como “Archivo blando de arte y tecnología”, se propone, sesgadamente, rendir cuentas del espectro vasto y complejo del arte tecnológico pensado y realizado en la Argentina durante el siglo XX y lo que va del XXI.


HISTORIA Tecnopoéticas argentinas. Archivo blando de arte y tecnología Varios autores Claudia Kozac (coordinadora) Editorial Caja Negra 2012, 288 páginas
HISTORIA Tecnopoéticas argentinas. Archivo blando de arte y tecnología Varios autores Claudia Kozac (coordinadora)
Editorial Caja Negra 2012, 288 páginas

Por Gustavo Galuppo

El cruce entre arte y tecnología es un punto crucial para entender los pormenores de un campo en mutación permanente. El arte mismo y su terreno de acción se redefinen siempre e inevitablemente a través de la utilización reflexiva de las herramientas segregadas por el continuo avance tecnológico en todas sus esferas extra artísticas. En algunas manifestaciones, este cruce se pone de relevancia hasta convertirse casi en el eje de la obra en cuestión; allí, el arte no sólo hace uso de la herramienta tecnológica, sino que además, a través de ese uso, la piensa y la pone en perspectiva. Pensar la tecnología y sus usos implica, en gran medida, pensar la sociedad contemporánea y con ella los mecanismos de control.
El concepto de “nuevos medios”, ligado desde los años 90 a estos procesos de creación y reflexión desde las máquinas digitales en uso, exige ser pensado y repensado constantemente al estar inmerso en la vorágine de un desarrollo en el que lo nuevo deja de serlo en poco tiempo. Los nuevos medios, hoy, seguro no son los mismos que eran hace ya casi 20 años. Electrónico, digital, interactivo, términos vaciados ya de aquella vaga idea de novedad inaugural pero que, aún así y a fin de cuentas, siguen estableciendo un mapa expansivo de cruces y desvíos en los que las manifestaciones artísticas se inscriben sin agotar sus posibilidades expresivas y conceptuales.
La intersección entre arte y tecnología, más allá de ese discutible y endeble (por su pronta caducidad) sentido de la novedad, sigue siendo y será ese punto crucial en el cual la creación se redefine con constancia y se renueva para no negar la feliz intensidad del desafío dado por la materia artística y el devenir de sus herramientas; y donde también las máquinas pensadas para el control pueden ser resignificadas a través de un uso desviado de su funcionalidad primera. Arte y tecnología se unen, en el mejor de los casos, cuando se cruzan bajo la alquimia de manos reflexivas, en un campo político de posible resistencia.
Tecnopoéticas argentinas, subtitulado elocuentemente como Archivo blando de arte y tecnología, se propone de algún modo como una peculiar red exploratoria que, sesgadamente, rinda cuentas de ese espectro inabarcable de confluencias, pero focalizando siempre su mirada en esas tecnopoéticas pensadas y realizadas en la Argentina durante el siglo XX y lo que va del XXI. “Esto no es un archivo, así como la de Magritte no era una pipa. Esto es un libro, en las manos de quien lo lee. Un libro que en su subtítulo dice ser un archivo y en su introducción dice que no lo es. Si lo incompleto es figura necesaria de todo archivo –siempre habrá en alguna parte ese resto que le niega al archivo sus ínfulas de totalidad–, un archivo blando es incompleto por decisión.
Organizado alfabéticamente cual diccionario, a partir de términos que permiten dar cuenta del campo de cruce entre arte y tecnología, es sin embargo errático y sesgado. “Blando”, así, desde el primer párrafo de la introducción, se abre el juego de este archivo “blando” en el que se desgranan conceptos como basura, bioarte, ciberliteratura, cine experimental, cultura libre, glitch, guerrilla de la comunicación, Net.Art, nuevos medios, remix, tecnoescena, transmedial, videoarte y un largo etcétera con el que componen una amplia (aunque sesgada, como se ha dicho) red intertextual para proponer un diálogo permanente entre los diversos conceptos; un recorrido de lectura que, lejos de la linealidad habitual del texto, se abre a otros recorridos personales y laberínticos de ese vasto y complejo campo del arte tecnológico. Aquí cabe agregar, aunque esté claro ya desde el título, que este libro no desarrolla sólo estos conceptos ligados a las tecnopoéticas, sino que, más puntualmente, se limita a iluminar y pensar la existencia concreta de las tecnopoéticas en la Argentina. De allí que tras la exposición y la reflexión en torno a cada término en cuestión, se aborde ya su desarrollo y su presencia en el campo del arte argentino desde algunos de sus artistas fundamentales, tanto históricos como contemporáneos.
Cabe aún hacer una última aclaración, a riesgo de pecar tal vez de cierta obviedad, pero como se declara también ya desde la introducción, este archivo falsamente enciclopédico no se propone la absurda e imposible tarea de ser exhaustivo o totalizador, sino que, como se ha dicho más de una vez, se propone y se declara como un archivo sesgado, errático, incompleto por decisión propia. Un archivo blando. De eso es de lo que se trata finalmente, un archivo blando de arte y tecnología cuya función es la de establecer las coordenadas de un panorama que, por las propias características de su eterna movilidad, siempre permanecerá incierto y abierto a lecturas múltiples.
Los diversos aportes que alimentan este archivo (que, claro, es tal cosa y a la vez no lo es), provienen de un colectivo de estudios del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, centrado en la exploración de ese territorio de cruces entre arte y tecnología (ver en http://www.ludion.com.ar/home.php).
El libro fue coordinado por Claudia Kozak y editado por Caja Negra, una editorial que, desde estas páginas, no dejaremos de celebrar por la magnitud del riesgo asumido en cada nuevo título, una selección admirable de textos y autores que no deja de enriquecerse y de sorprender con cada nueva edición.

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