Espectáculos

Lecturas: Restrepo, Bodoc, Averbach

Libros para leer en invierno. Para los chicos, Liliana Bodoc pone poesía a cuentos sobre la tierra en "Nomos". Márgara Averbach escribe sobre el caso de los NN de Melincué en "Los que volvieron", y la escritora colombiana Laura Restrepo editó su reciente novela "Pecado".


Laura Restrepo. Pecado.

Alfaguara. Narrativa Hispánica. 216 páginas.

 

El premio Nobel de Literatura José Saramago dijo: «Cuando el nivel de la escritura llega hasta donde lo llevó Laura Restrepo, hay que quitarse el sombrero.» La escritora colombiana inicia un viaje al corazón mal inspirado en “El jardín de las delicias” del Bosco, donde virtudes y crímenes son intercambiables entre sí y reversibles, mostrando la naturaleza desdoblada del pecado.
Como sacados de un cuadro de El Bosco, los protagonistas de este libro son Arcángel, el adolescente asesino; Luis B. Campocé, el ejecutivo adúltero; Emma, la descuartizadora; una pareja incestuosa; un verdugo apodado La Viuda; las Susanas, tres hermanas indiferentes o vanidosas, y el Siríaco, profeta soberbio.

La perturbadora y ambigua idea de pecado se encarna en todos ellos. El jardín de las delicias ha dejado de esta colgado en el museo y se muestra más real que nunca, vivido por estos personajes de carne y hueso que nos confiesan al oído su particular relación con el mal. ¿Hasta qué punto son culpables? Sobre el lector recaerá el reto moral de condenarlos o, tal vez, de indultarlos.

Con la fuerza y la sensibilidad que caracterizan su literatura, Laura Restrepo indaga en la complejidad ética de la transgresión a través de una narración inquietante, original, por momentos,  aterradora y al mismo tiempo dulcemente humana. Cada pecado trae consigo su correspondiente culpa, pero también su gota de alivio.

Para leer un fragmento de “Pecado”, en este enlace.

 

Márgara Averbach. Los que volvieron

Sudamericana. Novela joven. 184 páginas.

 

“Esta es una historia que hay que contar muchas veces”, dice la autora desde el prólogo del libro de Márgara Averbach. “Los que volvieron” se inspira en un hecho real acontecido muy cerca de Rosario, en Melincué, un pueblo que buscó con cuidado una historia ininterrumpida, la magia infinita del recuerdo recuperado por ese pueblo.

En 2003 un grupo de alumnos de una escuela santafesina llevó a cabo una investigación sobre dos NN enterrados en el cementerio local. El informe llegó a organismos de derechos humanos y, gracias al trabajo del equipo de Antropología Forense, se estableció la identidad de la joven pareja de militantes. Él era francés y ella, mexicana, ambos desaparecidos y asesinados por las fuerzas de represión durante la última dictadura militar. En esta novela, la autora da voz a los distintos protagonistas para reconstruir este fragmento de la historia más oscura de nuestro país.

Aberbach es doctora en Letras, ha recibido el Diploma de Honor Kónez en Literatura Juvenil, recibió los premios Madres de Plaza de Mayo (Jirafa azul, rinoceronte verde), el Camberes de la Biblioteca Nacional (Una cuadra) y premio Alija de novela con El año de la vaca. Publicó libros de ficción para chicos, adolescentes y adultos y tradujo novelas del inglés al castellano.

Para leer un fragmento de “Los que volvieron”, en este enlace.

 

Liliana Bodoc. Nomos

Alfaguara. Serie elementales. Juvenil, 120 páginas. 

 

Pensada para niños de 9 años aproximadamente, la serie “Elementales” está basada en los cuatro elementos, con toda la poesía de Liliana Bodoc.

Los misterios florecen así en la tierra como en los cuentos, dentro del universo de la autora. Liliana Bodoc reúne en Nomos diez cuentos de tierra: el planeta, las cuevas, la arcilla, los túneles, la arena y los mitos invaden estas páginas. Los relatos cavan, moldean, hacen girar y envuelven al lector. La autora propone, en este libro de la serie Elementos, que nos adentremos en el corazón de las historias hasta encontrarnos con el dulce canto de la madre tierra.

Pocas cosas se parecen tanto entre sí como la tierra y los cuentos: se pueden transformar en vasijas o ladrillos, y también giran alrededor del sol. Ambos cambian de color y de textura. Pero todavía hay algo más, algo mejor… Tierra y cuentos son surcos donde es posible plantar una semilla, regarla, esperarla. Y un día, ver cómo se asomaron las primeras hojas verdes de un bosque infinito.

Para leer un fragmento de “Nomos”, en este enlace. 

 

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