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Graves cargos

Le imputan dos ataques feroces

Ambas víctimas recibieron tiros en la cabeza en ocasión de robo.


La extrema violencia plasmada en dos hechos de robo que terminaron con las víctimas gravemente heridas fue imputada ayer a un joven de 22 años durante una audiencia oral.

Según explicó el fiscal, luego de alzarse con un magro botín el agresor no dudó en disparar a zonas vitales para “cubrir el desapoderamiento de efectos personales” y encuadró los hechos en una batería de delitos penales. Tentativa de homicidio calificado por criminis causa y alevosía, robo calificado y portación de arma fue la imputación que avaló el juez Héctor Núñez Cartelle, quien además dicto la prisión preventiva del imputado sin plazo.

Según refirió el fiscal Miguel Moreno, a Lucas Fabián C. lo conocen como Palomero y quedó vinculado con dos hechos de sangre a raíz de los dichos de testigos presenciales.

El fiscal inició la imputación por el último de los casos achacados. Explicó que el pasado 16 de marzo Palomero iba en una moto con otros dos hombres cuando interceptaron a tres jóvenes que caminaban por Julio Argentino Roca al 100 de Villa Gobernador Gálvez y el acusado los amenazó con un arma. A Mirko S. de 17 años le arrebató una mochila mientras que a sus dos amigos les sacó sus celulares. El asaltante se retiró a los tiros: uno de esos proyectiles ingresó por la sien de Mirko S., quien fue trasladado al Heca y salvó su vida luego de una intervención, aunque la bala quedó alojada en la cabeza. Uno de los testigos presenciales y la misma víctima, luego de su recuperación, apuntaron a Lucas C. como autor del hecho refirió el fiscal.

Ante la acusación, Lucas C. decidió declarar: negó el hecho y el apodo que le endilgó el fiscal y afirmó trabajar en un horno de ladrillos. El imputado accedió a responder preguntas y el fiscal le consultó sobre el nombre de su novia. Identidad que coincidió con la persona que lo acompañaba en el segundo hecho encausado.

Moreno refirió que cerca de las 23 del 22 de septiembre Rubén Darío M., de 25 años, caminaba con un amigo por Piazza al 500 de Villa Gobernador Gálvez cuando apareció una moto comandada por la novia del acusado, quien iba como acompañante. El sospechoso se bajó armado y amedrentó a las víctimas para robarles. Rubén M. corrió y Palomero, como lo sindicó el fiscal, le efectuó un disparo que impactó en la zona lumbar.

El muchacho cayó al piso y Lucas C. se acercó, le sacó el celular que tenía en la mano y volvió a disparar mientras la víctima se encontraba indefensa en el suelo, refirió.

El balazo ingresó por el ojo derecho y el globo ocular estalló. El proyectil además lesionó la mandíbula y afectó las partes blandas del cuello, donde la bala quedó alojada.

En su defensa Lucas C. dijo que su novia no sabe manejar, que tiene 16 años y él 22 y reconoció que su pareja “es hija de un transero”, aunque se desvinculó de su suegro, con el que afirmó no tener relación. Ante ello el fiscal agravó la figura penal impuesta, incorporó la participación de un menor y pidió la prisión preventiva sin plazo.

A su turno, el defensor Marcelo Argenti cuestionó la figura penal, pidió la libertad o, en su defecto, salidas laborales; además ofreció una fianza o en forma subsidiaria requirió se fije plazo a la restricción de la libertad, aunque el juez no hizo lugar a ninguno de sus pedidos y dictó la prisión preventiva de Lucas C. sin plazo.

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