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Las letras lloran a Miguel Delibes

El escritor, periodista y académico español murió ayer a los 89 años en su casa de Valladolid.

El escritor, periodista y académico español Miguel Delibes, autor de una extensa obra en la que ensalzó a la naturaleza y a su Castilla natal y considerado uno de los literatos más trascendentes del período posterior a la guerra civil española, murió ayer en su casa de Valladolid, rodeado de su familia, a los 89 años, tras padecer cáncer de colon.

La salud de Miguel Delibes, nacido en Valladolid en 1920 y que había sido operado de un cáncer de colon en 1998, empeoró de manera irreversible el jueves pasado, entrando en un estado de inconsciencia del que no se recuperó.

El literato murió tranquilo, ya que se encontraba sedado, hacia las 7 hora local (las 6 GMT, tres horas menos en la Argentina), rodeado de su familia, en su ciudad natal, en la región de Castilla y León.

El cuerpo del escritor fue trasladado al ayuntamiento de la capital castellano-leonesa, donde se instaló la capilla ardiente. En tanto, las banderas ondean a media asta y se decretó tres días de luto.

La capilla ardiente permanecerá abierta hasta el mediodía de hoy, cuando el féretro será trasladado a la Catedral de Valladolid para un funeral, tras el cual está previsto que el autor castellano repose en el Pabellón de Personajes Ilustres del Cementerio del Carmen de Valladolid.

Nacido en Valladolid el 17 de octubre de 1920, Miguel Delibes Setién se graduó como licenciado en Comercio y comenzó a trabajar como caricaturista para un diario de provincia, El Norte de Castilla, antes de convertirse en reportero, editor y finalmente novelista en una carrera que abarcó más de 50 años.

Gran conocedor de la fauna y flora de su entorno geográfico, apasionado de la caza y el mundo rural, supo plasmar en sus obras todo lo relativo a Castilla y a la caza desde la perspectiva de una persona urbana pero que no había perdido el contacto con ese mundo.

Fue una de las grandes figuras de la literatura española posterior a la guerra civil, por lo cual fue reconocido con multitud de galardones, pero su influencia va aún más allá, ya que varias de sus obras han sido adaptadas al teatro o se han llevado al cine, siendo premiadas en certámenes como el Festival de Cannes.

Marcado profundamente por la muerte de su mujer en 1974, en 1998 padeció un cáncer de colon, del que nunca llegó a recuperarse completamente, lo que detuvo prácticamente por completo su carrera literaria y lo llevó a la apatía y prácticamente al ostracismo hasta su muerte.

Fue el autor de El hereje y de La sombra del ciprés es alargada, entre otras obras.

Uno de sus libros más famosos, Los santos inocentes, publicado en 1981, trata sobre campesinos paupérrimos bajo el yugo de un terrateniente cruel y contiene escenas dramáticas, como cuando el terrateniente mata al pájaro mascota de un campesino humilde y éste tiende una trampa que ahorca al terrateniente.

Su obra refleja los cambios producidos en España después de la guerra civil, y diez de sus textos fueron adaptados para el cine. También cantó a los paisajes de su Castilla natal en obras como El camino.

“En mi obra siempre están presentes la naturaleza, la muerte, el sentimiento del prójimo y la infancia”, había afirmado el autor hace años en una entrevista con la televisión pública española.

“Con Miguel Delibes se nos ha ido uno de los grandes escritores en lengua castellana del siglo XX”, afirmó la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, en un comunicado.

En 2008, el autor español, al que el premio Nobel siempre le fue esquivo, había lamentado haber cumplido diez años sin poder escribir una línea desde 1998, cuando escribió su última novela El hereje, en el mismo año en que se le diagnosticó y fue operado de un cáncer de colon.

“He dejado de hacer lo que más me gustaba hacer, escribir y cazar perdices rojas”, lamentó hace dos años.

Autor de Las ratas y Cinco horas con Mario, Delibes, que nunca utilizó máquina de escribir o computadora y que siempre escribió, como él decía, con “un rotulador con punta fina”, recibió en 1982 el premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1991 el premio Nacional de las Letras.

Su obra también ha sido traducida a una treintena de idiomas.

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