Ana Laura Píccolo
Los vecinos dicen que se escucharon cerca de 15 disparos, lo que hace pensar que les vaciaron un cargador. El resultado fue trágico. Un joven de 26 años falleció en pocos minutos tras recibir el impacto de seis plomos; su hermano de 32 quedó en grave estado con un tiro en la panza y un amigo de 28 también lucha por su vida. Fue cerca de la 1.30 de ayer en una esquina de barrio Las Flores donde un grupo de amigos estaba bebiendo unas cervezas. Según vecinos de la zona, dos encapuchados pasaron a bordo de una moto y sin mediar palabra abrieron fuego contra el montón. Horas después, la misma esquina de la zona sur amaneció poblada de miradas tristes, llantos y una tensión que se respiraba en el aire. “En este barrio las cosas se arreglan a la madrugada”, dijo un hombre parado en la esquina de Estrella Federal y Clavel, a metros de calle Heliotropo donde ocurrió la balacera, sentenciando con sus palabras a quienes intentaban buscar alguna explicación.
Yair Rodrigo González tenía 26 años y se ganaba la vida haciendo trabajos de albañilería. Había estado durante la tarde y la noche del viernes en un piquete que el gremio de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) en Mitre y Pasco junto a su hermano Claudio, de 32. Juntos regresaron pasada la medianoche a la vivienda familiar, ubicada en Clavel al 7000.
Según relató su padre, Miguel, de 55 años, llegaron minutos después de la 1, estuvieron un ratito y ambos volvieron a salir. Fueron hasta la esquina de Clavel y Estrella Federal, donde está ubicada la plaza 27 de Febrero, y con al menos cinco amigos se pusieron beber unas cervezas.
Minutos después, dos encapuchados detuvieron la marcha de un rodado tipo Enduro y sin mediar palabra abrieron fuego contra el grupo. Los vecinos dijeron que se escucharon más de 15 detonaciones; pero la Policía recolectó solamente dos vainas calibre 9 milímetros. Ningún otro dato técnico surgió del barrio más que las trágicas consecuencias del ataque.
Tras escuchar la serie de detonaciones, el padre de los hermanos salió a ver qué pasaba y se topó con la desgarradora escena. Con ayuda de vecinos logró subir a Yair y Claudio a un auto, en el que también trasladaron a Ezequiel Ramón C., de 28, al hospital Roque Sáenz Peña. Yair tenía un disparo en el abdomen, otro en el brazo derecho, uno en el glúteo izquierdo y tres en el derecho, además de una fractura de fémur. Cuando llegó a la guardia ya estaba muerto. Su hermano Claudio, con una herida de arma de fuego en el abdomen y otra en la pierna derecha, y Ezequiel con dos impactos, uno en el tórax y otro en la pierna izquierda, fueron trasladados horas más tarde al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez en grave estado, donde permanecen internados.
El ataque ocurrió a tres cuadras de la subcomisaría 19ª, que cuenta con tres policías, incluyendo al comisario. Los mismos investigan si la sangrienta balacera tiene relación con el disparo que horas antes había recibido un hombre en la pierna, tío de un muchacho conocido como Ranita, sobre quien pesan todas las estigmatizaciones posibles.
La misma Policía asumió que “acá tiran un tiro y fue Ranita, matan a alguien y fue Ranita, roban una gallina y fue Ranita”.
No obstante, los uniformados intentaban ayer dar con el muchacho para despejar rumores al tiempo que mostraron su preocupación por inminentes revanchas. De hecho, la reticencia de uno de los muchachos heridos a brindar declaración (dijo que sus agresores estaban encapuchados y que no los conoció) como los testimonios de los familiares que en medio del profundo dolor dijeron “ya vamos a ver qué hacemos” hablaban por sí solos.
En el barrio, las reyertas parecen respetar sus códigos nocturnos, según dijeron varios vecinos. “A nosotros no nos molestan, es más, acá no hay robos entre vecinos y se nos respeta a todos. Ahora, ellos arreglan sus problemas siempre a la madrugada. No te van a decir por quee pasó lo que pasó, pero mañana veremos si tenemos otro ataque”, refirió.
El hecho es investigado por la subcomisaría 19ª, la Sección Homicidios de la Unidad Regional II y el juzgado de Instrucción en turno.
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