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Las Eempa rosarinas festejan cuatro décadas

Las realidades de las escuelas de enseñanza media para adultos cambiaron con los años.


A mediados de noviembre de 1974 se crearon en Rosario y Santa Fe los primeros institutos de educación secundaria para personas mayores de edad y que en los albores de los años 80 se convertirían en las Escuelas de Enseñanza Media Para Adultos (Eempa), tal como se las conoce en la actualidad. Es por ello que hasta fin de mes, en todos los establecimientos de la ciudad dedicados a tal función se realizarán distintas actividades para celebrar el aniversario número cuarenta de este modelo que fue gestado por el ala más progresista del peronismo por entonces al frente de la Gobernación de la provincia de la mano de Carlos Silvestre Begnis y con Juan Naput como ministro de Educación.

El contexto histórico y social de los primeros años de la década del 70 estaba signado por la fuerte convicción de que la educación y el trabajo eran los principales valores, lo que generó por parte del Estado el surgimiento de los Eempa para poder responder a las demandas de un sector de la población adulta que no había podido completar sus estudios por diferentes motivos, por lo general relacionados con cuestiones ideológicas o laborales. También se convocó a muchos jóvenes llamados a cumplir con el servicio militar obligatorio mientras cursaban el último año del secundario, por lo que inicialmente la mayoría de los estudiantes fueron varones.

“Tradicionalmente, la educación secundaria tuvo como función principal la formación de las élites políticas y burocráticas, así como docentes y profesores. Con posterioridad a los años 30 y en un contexto social signado por la expansión del proceso de industrialización por la necesidad de sustituir importaciones, la función de la escuela secundaria sufrió una fuerte modificación”, explicó la historiadora y docente Mercedes Bonino. En este marco, el Estado impulsó los Eempa en virtud de que las instituciones debieron ampliar sus objetivos orientándolos a la preparación de los educandos para conseguir empleo a partir de la modalidad “comercial y técnica”. Es por ello que la académica remarcó que “la creación de los establecimientos de enseñanza media para adultos no debe analizarse teniendo en cuenta una sola estructura”.

La realidad de estos tiempos

Sin embargo, hoy la realidad es otra y la mayoría de quienes asisten a las escuelas para adultos son jóvenes de entre 18 y 25 años que abandonaron el secundario por razones muy distintas a las que afectaban a los estudiantes hace cuatro décadas.

“Antes había un interés por aprender, lo que ahora no se tiene. Por lo general, son los más adultos los que siguen manteniendo las ganas de aprender y de no perder el tiempo”, se lamenta Marta Ruiz, quien lleva casi treinta años como secretaria de la Eempa 1307, de Suiza 220, quien comenzó a trabajar en el lugar cuando el establecimiento era parte del modelo Bachillerato Común para Alumnos Libres Mayores, llevado adelante por un sindicato de la ciudad en forma conjunta con el Ministerio de Educación.

Pero también existen muchos otras excepciones, ya que Ruiz aseguró que muchos egresados de la Eempa 1037 hoy son profesionales que siguieron carreras universitarias y terciarias.

“Lo gratificante es que vienen y cuentan que lo lograron y que terminaron de estudiar, porque uno a veces piensa que se olvidaron de la escuela”, contó.

La mayoría de los Eempa provinciales se crearon en la década del 80 durante el mandato del gobernador José María Vernet. “Pero un fenómeno social que se dio en los años 90 fue que paulatinamente absorbieron a la población escolar que era expulsada de las escuelas medias comunes y esos estudiantes migraban de un establecimiento a otro. De esta manera, se mantenía la matricula requerida para su funcionamiento y el reconocimiento del trabajo docente, un fenómeno muy observado pero no reconocido a nivel oficial”, concluyó la académica.

LA EEMPA 1307, A FULL

La Eempa 1307 es una de las que cumple cuarenta años. Su directora, Silvia Tecce, contó orgullosa que la institución fue distinguida por su labor educativa en el Concejo Municipal. “Además, los chicos participaron del programas Concejales por un Día y hasta fueron a la Legislatura provincial. Eso los motivó mucho y siempre digo que para que se interesen hay que incentivarlos con distintas actividades”, señaló, para agregar: “Este año hicimos la semana de la comprensión lectora, hubo alumnos que armaron maquetas y uno de los cursos organizó la puesta teatral de La casa de Bernarda Alba”.

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