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La UNR interpelará a los candidatos sobre ecología

Por Claudio de Moya. Tras las internas, les pedirá definiciones sobre los temas tratados en el Congreso de Salud Socioambiental.

Primero fue el intercambio entre los conocimientos académicos forjados en la Universidad pública y las experiencias acumuladas por comunidades organizadas en defensa de su salud y del medio ambiente. Lo que sigue ahora, luego de las primarias en la provincia, es la interpelación de quienes aspiran a ocupar responsabilidades políticas para que expresen su postura sobre los temas tratados hace días en el primer Congreso Latinoamericano de Salud Socioambiental.

Entre el jueves 28 y el sábado 30 de abril, la ciudad fue sede de una confluencia pionera entre una institución académica, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y organizaciones de la sociedad civil que batallan por mantener la calidad de vida en medio de los embates de sistemas productivos que, inevitablemente, afectan al entorno y la salud humana. Fueron tres días para compartir los saberes científicos y los otros, los que surgen de la experiencia de ONGs o poblaciones que ya hace un tiempo se animaron a organizarse para hacer valer sus derechos ambientales.

Las principales focos de atención de los 350 participantes –provenientes de 14 provincias argentinas y de otros seis países–, fueron el avance del sistema productivo agrario basado en cultivos transgénicos, la minería a cielo abierto que se resiste a las regulaciones ecológicas, la radicación de industrias altamente contaminantes y la urbanización acelerada que prioriza las ganancias inmobiliarias por sobre una planificación atenta a las necesidades de la gente. Ahora, los organizadores de las jornadas buscarán posicionamientos sobre estos temas por parte de los dirigentes políticos que se postulan para cargos provinciales y municipales.

La invitación, originalmente, iba a ser para este miércoles, antes de las primarias, pero los tiempos fueron exiguos y los precandidatos adujeron una agenda recargada por el final de campaña. Igual, la mayoría aceptó que se les enviaran las conclusiones del encuentro para analizarlos y fijar una posición. Tras una nueva ronda de consultas con los partidos y frentes políticos, la Facultad de Medicina acordó finalmente este fin de semana que el compromiso será asumido por los ganadores de la interna del próximo domingo. Con ellos se organizará una suerte de mesa redonda en la cual cada uno se hará cargo de una postura respecto a los desafíos ambientales.

“Convocaremos a los candidatos para que asuman, o no, un compromiso público sobre diferentes temas. Uno de ellos será la prohibición de fumigaciones dentro de los centros urbanos, y otro es sobre un proyecto de ley que reclasifique los agroquímicos para designarlos a todos como muy tóxicos –bandera roja– para después, de acuerdo a los estudios que se realicen, ir bajando si corresponde esa máxima peligrosidad”. El adelanto corre por cuenta del doctor Damián Verzeñassi, subsecretario de Extensión de la facultad de Medicina y responsable académico de la materia Salud Socioambiental, además de uno de los principales promotores del Congreso.

No será poco el aporte en medio de campañas proselitistas con enunciados vagos en las que, incluso, hay postulantes que evaden explícitamente opiniones concretas para, en cambio, reclamar una mayor cuota de “esperanza” a sus posibles votantes.

Contra estas consignas difusas, desde la Facultad se proponen indagar las voluntades políticas en un territorio marcado como “zona núcleo” de la agro producción biotecnológica. Sin embargo, la reducción de los efectos negativos que conlleva el modelo de semillas transgénicas –las posturas más radicales directamente lo impugnan– no es la única preocupación que se le planteará a los futuros gobernantes: “También se les pedirá que se definan sobre las políticas de desarrollo industrial, si priorizan uno basado en la explotación de la salud o promueven la instalación de producciones limpias”, señala Verzeñassi. Y explica: “Hasta ahora las inversiones que se estimulan son aquellas de producciones contaminantes o no sustentables, como las aceiteras de Timbúes y sus correlatos de los puertos cerealeros y la Hidrovía, o el aumento de la exportación de peces con la consiguiente sobreexplotación ictícola. Son modelos que benefician a cuatro o cinco grandes pooles económicos pero afectan al resto de los habitantes, porque dejan al medio ambiente dañado con un compromiso serio para la salud de la gente”, enumera el médico.

La tónica general en torno a las protestas contra las producciones cuestionadas por altamente contaminantes, hasta ahora, es la de la descalificación de las denuncias de ONGs y comunidades bajo el argumento de que carecen de sustento científico, que generalizan hechos puntuales sin fundamentos o que responden a posturas fundamentalistas. Y aún admitiendo que hay casos que se inscriben en lo anterior, así se construyó un escenario de oposición entre el universo académico al que se le asigna el poder de la “verdad”, y un conocimiento práctico al que se estigmatiza por prejuicioso y contrario al “progreso”.

Contra esta dicotomía, la Facultad de Medicina local buscó una primera instancia de complementos y respaldos mutuos. Y consiguió sumar, en un mismo ámbito y con el mismo respeto, los relatos de las organizaciones que denuncian los efectos adversos de ciertas tecnologías y los estudios científicos que van en la misma dirección.

“En el Congreso de Salud Socioambiental se presentaron 22 trabajos, de los cuales dos son los que se hicieron en las localidades santafesinas de Santa Isabel y Murphy por parte de los campamentos sanitarios”, ejemplifica Verzeñassi recordando los relevamientos de aumento de malformaciones y casos de cáncer registrados durante las actividades de prácticas finales de la carrera de Medicina de la UNR. “Otro fue el realizado por el área de Salud y Trabajo de la Facultad, que consistió en un geo-referenciamiento de contaminadores en la zona norte del Gran Rosario”, añade el profesional.

En las jornadas, a su vez, el médico Alejandro Oliva, del Instituto Universitario Italiano de Rosario, presentó nuevos trabajos sobre cómo los agroquímicos disminuyen la capacidad reproductiva en los seres humanos. Y el doctor Oscar Scremin –ex decano de Medicina separado de la Facultad en los momentos previos al golpe de Estado de 1976, que ahora reside en Estados Unidos y fue reivindicado recientemente por la UNR–, presentó un estudio sobre los mecanismos de acción de los químicos que se utilizan en la producción agropecuaria, y cómo cada uno de ellos está vinculado con alguna patología. Verzeñassi, al respecto, recalca la estrecha relación entre este trabajo y lo que sus alumnos registraron en Murphy y Santa Isabel.

Con este bagaje de testimonios e investigaciones que dejó el Congreso, y que próximamente será difundido en la página de Facebook Salud Socioambiental Fcm Unr, la Facultad de Medicina se apresta a interpelar a los candidatos para que expliciten, o no, una postura sobre la preservación de la salud y el medio ambiente. Una prueba de fuego para los dirigentes políticos, que deben legislar y ejecutar políticas haciendo equilibrio entre fuertes lobbys económicos y los intereses de las comunidades.

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