Ciudad

Quemas en las islas

“La situación de la fauna autóctona del humedal es muy crítica desde hace dos años”

Mundo Aparte es una reserva ecológica que rehabilita animales heridos para poder devolverlos a la naturaleza. Los incendios en las islas empeoraron la capacidad de supervivencia de las especies que habitan el humedal


Fotos: Sebastián López Brachs

Entre las múltiples aristas del problema de las quemas del humedal está la de los animales que habitan el ecosistema del Delta del Paraná. Desde la organización Mundo Aparte, una reserva ecológica ubicada en la zona norte de Rosario, alertaron el estado de cosas: “La situación de la fauna autóctona del humedal es muy crítica desde hace dos años, como consecuencia de las quemas en los territorios que habitan las especies. El humedal tiene una biodiversidad muy grande y la situación de las quemas sobre la vida de los animales muy grave”.

Así lo resumió Ivo Peruggino, integrante de la ONG y de la Multisectorial por los Humedales, en diálogo con El Ciudadano. En este sentido, puntualizó cómo lo viven reptiles, aves y mamíferos. Sobre los primeros (entre los cuales hay yacarés, lagartos, serpientes, tortugas, entre otros) especificó que muchos no llegan a escapar y mueren carbonizados. En esta época, además, muchos están inmóviles por ser invierno y eso complica su escape.

En cuanto a los mamíferos (como el carpincho o gato montés), los adultos pueden llegar a sobrevivir si encuentran un terreno con vegetación de donde puedan conseguir comida pero deben dejar atrás a sus crías.

Por otro lado, las aves “son tal vez las que más suerte tienen, entre comillas, porque pueden escapar volando pero dejan a atrás sus nidos. Muchos vienen a la ciudad a buscar refugio y llegan extenuadas. En la ciudad tienen problemas con el tendido eléctrico y con los edificios altos y vidriosos. Mucha gente llama y dice que las encuentran en el patio, en las piscinas. También tienen problemas con animales domésticos como perros y gatos”.

Sebastián López Brachs

 

Peruggino estableció otro aspecto que preocupa a los ambientalistas en estos días: “Muchos animales como lobitos de río, lechuzas, carpinchos y gatos montés -hay pocos pero hay- suben al puente Rosario-Victoria que es un terraplén gigante y ahí son atropellados por los autos. Estaría bueno que el puente tenga pasa fauna pero no es así. Es un puente que cortó al medio el humedal y trajo muchos problemas ambientales”.

Sobre esto, especificó que desde Mundo Aparte confeccionaron folletos para repartir a conductores, además de acercarse al primer peaje para alertar a los mismos sobre los problemas que se vienen dando con la fauna de la zona. “Les pedimos que cuando crucen el puente recuerden que hay un humedal. Que bajen velocidad y que no anden con luces altas de noche”.

Según las estimaciones de organismos internacionales que se ocupan de la preservación de los humedales en el planeta, en las últimas tres décadas todas las especies que dependen de este tipo de áreas naturales experimentan una grave disminución. Peces, aves y tortugas son las más afectadas.

¿Cómo hacer que la comunidad se sienta parte del humedal?

“Es lo que nos preguntamos los activistas todos los días. ¿En qué fallamos? ¿Por qué la gente solo sale cuando hay humo?”, compartió Peruggino en la charla.

Sobre esto considera que una respuesta fundamental debe ser la educación ambiental, visibilizar y hablar con los ciudadanos sobre lo que ocurre en la tierra que habitamos.

“Falta que la gente se apropie. Que sepa que los ambientalistas no están defendiendo un árbol o un capricho, sino que sabemos que la justicia ambiental es justicia social. No hay una sin la otra. Los mapas de degradación ambiental coinciden con los mapas de mayor pobreza. ¿Por qué apostamos a un modelo de producción hace 25 años que deja a la mitad del país bajo la línea de pobreza?”, desarrolló.

Por otro lado, el activista enumeró dos de las funciones más importantes del humedal como ecosistema:  “Filtran el agua que tomamos y limpian el aire que respiramos. Hoy con la situación de las quemas estamos hablando de no poder respirar y los daños van más allá de algún dolor de garganta o  picazón. Lo que está pasando afecta nuestro corazón y pulmones. Necesitamos vincularnos con el ambiente de forma más amable”.

Sebastián López Brachs

 

“La salud del ecosistema es nuestra salud también”

¿Por qué es importante cuidar a la fauna? “Primero, hay una cuestión ética: los animales tienen el mismo derecho a vivir que nosotros y sienten igual que nosotros. Sienten miedo y ganas de vivir. Además, cuidarlos es cuidar también nuestra salud. Somos un ecosistema, estamos unidos, no nos podemos separar del resto de las especies. La salud del ecosistema es nuestra salud también”, contesta el militante ambiental.

Por si no quedara claro, Peruggino dispara que lo que está en juego en este momento, no solo en el humedal sino en el planeta, es “nuestra propia supervivencia como especie: hay un millón de especies en peligro de extinción en el planeta, la nuestra también”. El agravamiento de la crisis de cambio climático solo puede traer malas noticias de ahora en más si los gobiernos del mundo y las empresas más contaminantes no se ponen de acuerdo en una forma de desarrollo que tenga en consideración el cuidado del ambiente.

Rehabilitación de la fauna

En Mundo Aparte reciben distintas especies de animales que tienen un factor común: haber recibido maltrato de parte de seres humanos. Algunos provienen de zoológicos, otros de circos, de decomisos policiales, del tráfico ilegal de mascotas o de personas que se acercan por haber tenido un accidente con ellos.

El predio ubicado Sorrento al 1500 tiene dos hectáreas y fue creado en 2001. “Damos todo para salvar a los animales que llegan, hacemos una  crianza artificial”, puntualizó. Actualmente resguardan la vida de entre 50 y 60 animales, mamíferos, aves y reptiles.

El objetivo es poder devolverlos a la naturaleza: “Los rehabilitamos con veterinarios y medicamentos pero sobre todo con mucho amor y respeto. A veces por el daño causado no podrían sobrevivir en libertad porque no saben buscar su propia comida o les falta una parte del cuerpo. Mundo Aparte es un cautiverio, no es la naturaleza pero nos adaptamos lo mejor posible. Y además buscamos reestablecer la confianza de los animales en el ser humano”.

El predio recibe visitas escolares una vez a la semana, como parte del trabajo de educación ambiental que pregonan, y una sola vez al mes de público general (se reserva a través de la web). “Es un espacio donde hay silencio, dignidad y respeto. También preparamos mucho material pedagógicos. Nuestro objetivo no es agrandarnos sino mejorar hasta la exquisitez la atención porque todos los individuos son distintos. Se puede estudiar mucho una especie pero cuando los animales están en cautiverio está la personalidad y necesidad de cada uno. En Mundo Aparte hay gente siempre, las 24 horas. Entre veterinarios y voluntarios”.

Si bien el objetivo es poder devolver cada animal al estado de libertad en la naturaleza, antes de hacerlo deben estudiar bien la situación y asegurar ciertas condiciones: “Los llevamos donde sea siempre y cuando sea seguro. Tenemos en cuenta el área de liberación natural y el estado sanitario, con una cuarentena antes de irse. Por ejemplo, los animales exóticos no se pueden liberar acá, en esta zona. Como el ciervo axis o el tigre. Eso puede provocar un desastre, porque sacan territorio a otros animales, entre otros problemas”.

Mientras Peruggino hablaba con El Ciudadano, dos de sus compañeros de la organización viajaban a una zona de Entre Ríos, que también forma parte del humedal pero no hay incendios actualmente, para liberar un carpincho.

Sebastián López Brachs

 

Incendios, problemas de salud y complicidad estatal

“En 2008 hubo muchos focos en simultáneo y si bien era una práctica que en las islas se venía haciendo de forma ilegal nunca llegó a tener esa magnitud. Después hubo etapas de inundaciones y más decrecientes. Incluso, hubo un momento en que las vacas en la isla estaban con el agua hasta el cuello: después del fuego meten muchas vacas, las llevan a través de barcazas y se terminó quintuplicando el número de carga ganadera en los humedales”, resumió Peruggino sobre la historia de la producción ganadera en las islas en los últimos 15 años.

En ningún momento, sostuvo, se tuvo en mente preservar los humedales: “En 2020 empezó una bajante y una sequía extrema, volvieron los focos de incendios que son organizados y tienen una clara intencionalidad. Hay un patrón de fuego. El fin de semana  pasado se dio un foco que esperábamos, que se comprueba por solo comparar los mapas arteriales de focos de calor. Si está a la vista de todos, ¿cómo puede ser que el poder judicial siga durmiendo la siesta y sea cómplice? Son las mismas zonas que se quemaron en agosto de 2021 y de agosto de 2020. Se repite otra vez el fuego en la misma zona y en la misma fecha”.

El activista subrayó el “avance de la frontera ganadera y de la especulación inmobiliaria” y que no se cumplen las reglamentaciones para construir en el humedal -por el tipo de suelo demanda otro tipo de construcciones, en altura-.

“Es importante encontrar formas creativas de poder vivir con las demás especies sin destruir ni arruinarlas”, concluyó.

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