El Hincha

Panamericanos de Lima

La Selección y un año inolvidable con el regreso al Mundial y la medalla en Lima

Se llevaron la de plata, pero son de oro. La mala fortuna en los penales privó al combinado nacional del campeonato tras la igualdad 1-1 ante Colombia en tiempo reglamentario


Prensa Selección.

Algunas se abrazan, otras se desploman en la cancha producto del cansancio lógico después de 120 minutos de juego. Ya era sábado por la madrugada en Argentina, en Lima el reloj marcaba las 22.30. Las jugadoras de Colombia se fundían en un abrazo a minutos de conseguir el oro. Ese que no pudo quedarse Argentina por la fortuna de los penales. Aunque muchas veces, el color es lo de menos. Y el viernes por la noche, las jugadoras de la selección argentina volvieron a hacer historia. Se subieron al podio de los Juegos Panamericanos de Lima y se colgaron la medalla de plata, la primera de su historia.

El fútbol femenino nacional está viviendo un año de absoluta explosión. El comienzo, allá por el mes de enero, con el reclamo público y judicial de Macarena Sánchez ante la UAI Urquiza y la AFA, desencadenó en la gran noticia que dio la Asociación del Fútbol Argentino a mediados de marzo: la semi profesionalización del deporte. En septiembre comenzará el primer torneo nacional de fútbol femenino en el que sus jugadoras firmarán un contrato y serán reconocidas, por primera vez, como trabajadoras. Sueldo, contrato laboral y obra social, son algunos de los derechos conquistados por las jugadoras de fútbol, después de años de luchas y reclamos.

Un año que estuvo, y está, marcado por lo que fue el regreso de Argentina a una cita mundialista después de 12 años de ausencia. Pero el Mundial de Francia no sólo marcó ese regreso, sino también, la mejor actuación del elenco nacional en dicha competencia logrando sumar sus primeros dos puntos mundialistas, luego del empate 0-0 con Japón en el Parque de los Príncipes por la primera fecha y el partidazo con Escocia que terminó 3-3. En el medio, Inglaterra y una derrota que si bien tuvo un sabor amargo, pero consagró a la rosarina Vanina Correa. Ese día la arquera se lució, contuvo un penal y tuvo una cotejo excepcional. Pero el éxito de la Albiceleste en Francia no se traduce sólo en esos dos puntos. Se vivió algo atípico para el fútbol femenino. Algunas escuelas pasaron los partidos, la gente se paraba en las veredas para ver por las vidrieras de los negocios como iban las chicas. Algunos se sorprendían por el nivel, otros, los que ya las conocían sabían lo que tenían para dar.

Pasó Francia y llegó Perú. Otra competencia internacional para un grupo de jugadoras que intercala sus horarios entre los trabajos para llenar la heladera y pagar el alquiler, la maternidad en algunos casos, los estudios, y los entrenamientos.

En el medio de las competencias, la no convocatoria a los Panamericanos de la capitana Estefanía Banini, entre otras jugadoras, la renuncia de Florencia Bonsegundo y el reclamo de las jugadoras desplazadas por mejoras en la conducción del plantel. Un pedido de reunión con Claudio “Chiqui” Tapia que nunca se concretó y el posterior apoyo del presidente de la AFA a Carlos Borrello, el principal apuntado.

Los nuevos nombres en los Panamericanos, aquellas jugadoras que no formaron parte del plantel mundialista, las que no estuvieron en Lima, pero sí en Francia. Todas y cada una de ellas forman parte de un plantel que no se cansa de hacer historia. Que no baja los brazos ante las diferencias deportivas con rivales de alto nivel, y que tampoco deja de reclamar mejoras para el fútbol femenino.

La medalla de plata no sólo significa que Argentina fue mejor que sus rivales en los Panamericanos, la medalla es un ejemplo de que en suelo criollo hay mucho potencial, y que lo que falta en verdad, es apoyo estructural.

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