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La provincia quiere disminuir violencia en centros de salud

Capacitó a unos cien trabajadores para que intercedan en los conflictos diarios, pero no conforma a los médicos.


La provincia capacitó a unos cien facilitadores de convivencia en centros de salud públicos para enfrentar problemas de seguridad. Se trata de personal que interviene en hechos conflictivos y es una de las estrategias del gobierno de Santa Fe diseñadas por el especialista Alejandro Nató, quien desde hace años trabaja para el socialismo. Hoy por la mañana, junto con el ministro de Salud de Santa Fe, Mario Drisun, mostrará un panorama respecto de la violencia en los hospitales.

En diálogo con El Ciudadano, el especialista y consultor externo del gobierno provincial sostuvo que “es difícil entender los hechos de violencia en los hospitales porque son lugares donde se salvan vidas. Pero es una realidad social que afecta a todos los circuitos de la vida cotidiana”.

Además, insistió en que no todos los centros de salud requieren de las mismas políticas de seguridad.

Con otra mirada, desde la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) insistieron con que los hechos de violencia verbal y física, más robos a personal, continúan tanto en Rosario como en la capital santafesina.

Diagnóstico y consejos

Convocado por la Municipalidad, el especialista en materia de facilitación de conflictos públicos y mediación Alejandro Nató trabaja desde 2012 para los gobiernos socialistas. Desde entonces ha encarado un proceso de diagnóstico de la situación en los centros de salud al articular no sólo a funcionarios sino a representantes de colegios profesionales y entidades gremiales con el objetivo de desarrollar estrategias para enfrentar la problemática.

–¿Cuál es el diagnóstico que realizaron?

–Si bien cada espacio tiene sus propias características vemos que hay problemas de seguridad y comunicación que van más allá de la violencia institucional. A partir del diálogo llegaron las necesidades de los trabajadores, la más importante, el pedido de que se los proteja de hechos de violencia. Hay que verificar las prácticas en cada caso pero fue de gran ayuda para maximizar los recursos y minimizar los riesgos haber capacitado a unos cien facilitadores de convivencia.

—¿Cuál es el rol específico de estas personas?

—Son trabajadores municipales o provinciales clave en los efectores de salud. Ellos son los encargados de articular a los distintos actores en casos de conflicto. Estamos evaluando realizar una segunda capacitación que abarque a mayor cantidad de trabajadores.

—¿Qué tienen en común los reclamos de los trabajadores de la salud en la provincia?

—Requieren más seguridad. Aunque también se visualiza que cada espacio tiene su propia dinámica. Todavía se visualiza desde adentro del hospital como que los problemas vienen desde el afuera cuando también hay causas internas, la mayoría ligadas a la comunicación. Cuando un hecho de violencia se manifiesta dentro del ámbito de la salud es lógico que se pida proteger a los trabajadores pero no deja de ser una práctica violenta que ocurre en otro lugar de la ciudad. También es difícil de entender porque son los hospitales los lugares donde se salvan vidas pero es una realidad social que afecta a todos los circuitos de la vida cotidiana. Hechos que antes no pasaban en la escuela, por ejemplo, hoy ocurren, o cambian las nociones de respeto hacia la autoridad.

—¿Y sobre el caso específico de Rosario?

—El mayor requerimiento es de más seguridad. Lo que intentamos hacer es brindar respuestas específicas para cada lugar, ya sea crear una barrera arquitectónica o colocar más personal, pero siempre con el norte de que el hospital público es de y para todos. Sobre lo que ocurre en Rosario tenemos un diagnóstico avanzado. Hemos trabajado en todos los centros de salud de la ciudad con los gremios y analizamos las distintas situaciones. La idea es maximizar recursos para hacer del hospital un lugar para todos. Si bien algunos lugares necesitan más guardias (presencia de personal de seguridad), no todos requieren lo mismo. Más presencia de personal de seguridad no es siempre la solución. Cada lugar tiene su dinámica y se trata de respuestas focales. Hay centros de salud donde la guardia no es el lugar más conflictivo sino las inmediaciones, por ejemplo.

Los médicos no la ven tan sencilla

En diálogo con este medio, el representante de Amra, Eduardo Taboada, desestimó la iniciativa del gobierno provincial. “No es la violencia lo que nos preocupa. La delincuencia, la violencia verbal y física se repite en los centros de salud públicos y pone en peligro a los trabajadores”, disparó el sindicalista, quien advirtió que este flagelo afecta sobre todo a Rosario y la capital santafesina.

“Entendemos que con los facilitadores se disminuye la violencia que puede haber entre un familiar al que hay que comunicarle un deceso pero no ayuda con los robos”, agregó Taboada.

El representante local de Amra insistió en que se debe aumentar el personal en las guardias, en especial, durante la noche.

“Ellos (por el gobierno provincial) hacen mucho por bajar la violencia médica, pero no hacen nada para que un tipo a las 3 de la mañana entre drogado y ataque a un médico”, concluyó.

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