Edición Impresa

La plata, la cabeza y los cargos

Por: David Narciso

En la práctica, Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no reveló ninguna novedad cuando de paso por Rosario confirmó que la demanda que Santa Fe inició contra la Nación por fondos provisionales está a fallo. Esto quiere decir que ya cumplió todos los pasos previos y sólo falta que voten los ministros del máximo tribunal.

Jueces como Raúl Zaffaroni y Elena Highton hubieran preferido que la política dirima estas diferencias, pero es evidente que hoy no existe ese espacio institucional.

Las salidas de la Corte

Lorenzetti señaló que parala Cortela demanda de Santa Fe implica abordar “muchas aristas que tiene el tema”. No detalló cuáles, pero se deduce que se refería a otras causas de provincias y la sustentabilidad de los sistemas previsionales provincial y nacional, así como de los presupuestos que los sostienen.

Así las cosas, no parece que haya que esperar un fallo que establezca un ganador por demolición. Es probable que cuando sea el momentola Corteencuadre el problema desde el punto de vista del derecho y sirva la mesa para una ejecución negociada de lo que resulte de la sentencia. Si hasta último momento “hay posibilidad de arreglo de partes”, como recordó el presidente dela Corte, es posible que cuando desde la cúspide del Poder Judicial trascienda que el fallo maduró se precipite un cambio de pantalla para evitar el escarnio público de una derrota si es que hay derrota.

La cabeza de la gente

La discusión que Santa Fe yla Naciónmantienen por los recursos (al igual que Córdoba, San Luis, Buenos Aires y otras) se disputa en un plano jurídico y en otro político-discursivo. La cabeza de la gente, del electorado, es un territorio de conquista permanente, donde se plantea una puja que no saldará ningún fallo judicial. El inoportuno spot publicitario en Fútbol para Todos para contrarrestar los reclamos cordobeses y exigirle que le baje el sueldo a los jubilados provinciales de Córdoba hasta ponerlo en línea con los dela Nación–¡qué particular lectura de la armonización de los sistemas jubilatorios!–, forma parte de la batalla.

La re-re

La disputa Nación-provincias es por lo elemental: quién maneja el dinero, quién define las obras públicas, quién tiene la llave para abrir y cerrar el grifo. En resumen, quién capitaliza los beneficios de la caja.

Mientras los jueces se ocupan del pleito, provincia y Nación atienden sus respectivas urgencias.

El kirchnerismo está en plena tarea de instalación de una reforma constitucional para re reelegir a la presidenta y fuerza construir un escenario similar al que pretendió Menem allá por 1996-1997. Como se vio en el congreso del PS y las señales enviadas desdela UCR, la pretensión de la re-re será la gran ordenadora de la política nacional de aquí hasta las elecciones de2013. Ala oposición no le resulta incómoda: le ofrece un punto de acuerdo y deja en la trastienda las incongruencias que tanto se notaron en 2011.

La reforma tributaria

La Casa Gris, en tanto, está dedicada a la paciente tarea de destrabar dos o tres temas centrales. El primero e inmediato es la reforma tributaria. Para el gobierno fue una buena noticia quela Cámarade Diputados pusiera fecha de tratamiento, pero los tiempos se extenderán porque allí predomina una idea diferente a la que votó el Senado, por lo tanto no será ley hasta que sea revisada.

Después de las señales quela Casa Rosadaenvió a los justicialistas más afines al gobierno nacional, la cuestión es qué reforma votar. Para el gobierno el dilema no es tanto la posición que darán a conocer esta semana esa rama de la oposición, de la que no está demasiado distante en términos conceptuales, sino construir una mayoría cercana a los dos tercios enla Cámarabaja o conformarse con la muy conservadora reforma de los senadores radicales y justicialistas.

Ramos

En esos menesteres un PJ atomizado, huérfano de conducción y múltiples caciques embrolla las cosas. Un ejemplo: a siete días de que un abanico de sub bloques alineados conla Casa Rosadavotara la preferencia para el tratamiento de la reforma impositiva (incluida la acérrima opositora María Eugenia Bielsa), la diputada provincial Érika Gonnet, que responde directamente al secretario de Transportes dela Nación, Alejandro Ramos, no citó a la comisión de Asuntos Comunales, actitud que fue leída entre propios y extraños como un intento de Ramos para hacerse valer a la hora de conversar con el oficialismo.

Sin embargo los tiempos de los caciques no siempre coinciden con los de quienes están en gestión. Sobre esto escuchó hablar Ramos a una veintena de jefes comunales que integran el Foro de Intendentes Justicialistas, quienes insistieron ante los jefes de las bancadas de diputados, también presentes, en avanzar hacia una reforma tributaria que le permita contar con más ingresos.

El pasado te condena

Los potenciales consensos entre oficialismo y oposición que perfila la reforma tributaria se acaban allí. Nada es estable en esa Legislatura donde cada tema requiere nuevas alianzas, tan circunstanciales como las anteriores. Por ejemplo, el viernes ingresaron otros 14 pliegos de defensores titulares para el nuevo sistema de Justicia Penal, que se agregan a los 9 de fiscales y un juez de hace 15 días.

El peronismo espera con una lista negra confeccionada de antemano, con nombres y apellidos predestinados a ser tumbados, rechazados lisa y llanamente, sin argumentación alguna, sólo por antipatía política, a pesar de que se trata de nombres que ganaron concursos a cargo de jurados imparciales y plurales sin antecedentes enla Justiciaprovincial.

No es posible omitir, ni siquiera por los simpatizantes justicialistas, que ha sido ese mismo partido, hoy en la oposición, que cuando fue gobierno se cansó de colonizarla Justiciacon amigos, parientes y reproducir una corporación judicial aliada en la que la amistad, el parentesco y la filiación política fueron suficiente mérito en innumerables casos.

Esos profesionales que ahora impugnan, ya porque aportaron a áreas técnicas del primer gobierno del Frente Progresista, ya porque revistan en organizaciones que asesoraron en el proceso de reforma judicial, en su mayoría terminaron allí no porque sean afiliados socialistas o radicales, sino porque el partido que gobernó durante 24 años no expresó a esas nuevas generaciones y corrientes de pensamiento académico y jurídico que sí encontraron en el FPCyS una herramienta de transformación.

Comentarios