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La piel refleja el cuidado que las personas les dan al cuerpo

El aspecto de la dermis depende de la limpieza, pero también de factores internos, hormonales y genéticos.


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El aspecto de la piel depende de la limpieza y el cuidado pero también de factores internos, hormonales y genéticos. Al aproximarse el verano generalmente se comienza a prestar más atención a determinadas cuestiones estéticas que fueron relegadas durante el invierno y otoño: el peso, la salud del cabello, el aspecto de la piel.

Laura Maffei, directora de un centro médico porteño que lleva su nombre, explicó que en cuanto a este último punto, “la apariencia de la dermis es un reflejo fiel del cuidado que le damos y de la salud de nuestro organismo; por lo que, si se toman las medidas necesarias, los resultados pueden ser muy satisfactorios”.

Maffei explicó que en cuanto a la salud del organismo como responsable de determinados problemas en la piel, “el principal causante es el factor hormonal”.

“La función (o disfunción) hormonal determina ciertas características como su nivel de grasitud, grosor, coloración, sensibilidad al sol y a determinados medicamentos, entre otros. Las que mayormente repercuten en la salud del cuerpo son las hormonas sexuales (estrógenos y testosterona) y las hormonas tiroideas”, indicó la especialista.

La piel de la mujer experimenta grandes cambios en tres etapas de la vida: la pubertad, el embarazo y la menopausia.

En la adolescencia, el exceso de testosterona se asocia con la grasitud y aparición de acné, impurezas y puntos negros; durante el embarazo, la activación de estrógenos hace que la piel se vuelva más sensible y favorece la hiperpigmentación (manchas) en la cara, senos, axilas y línea media del abdomen, a su vez, los lunares y pecas pueden intensificarse.

Además, durante la menopausia, la supresión de la menstruación y la caída del nivel de estrógenos producen resequedad y pérdida de firmeza y elasticidad.

“Por otro lado, si se posee una predisposición genética, puede manifestarse en forma de acné, alergias, rosácea (enrojecimiento) y dermatitis atópica (descamaciones), entre otras afecciones. A su vez, determinadas alteraciones hormonales pueden contribuir con la aparición de vello oscuro y grueso en zonas poco comunes en la mujer (labios, mentón, pecho, abdomen o espalda). Esto se denomina Hirsutismo y se debe a la producción excesiva de hormonas masculinas”, dijo Maffei.

La experta comentó que cuando se detecta un trastorno en las hormonas tiroideas, presente en un 5 por ciento de la población mundial, “el problema deja de afectar sólo a las mujeres para involucrar también a los hombres”.

“Así, el hipertiroidismo se relaciona con la humedad de la piel (sudor excesivo) y aparición de acné en edad adulta, y el hipotiroidismo suele asociarse a sequedad y engrosamiento. Por todo esto, siempre se aconseja la consulta con un equipo integral para poder dar una solución y optimizar los tratamientos con nuevas tecnologías que hoy en día alivian en gran medida estos síntomas indeseables. Una vez que el endocrinólogo controla el problema hormonal, el dermatólogo podrá indicar tratamientos cosméticos adicionales para mejorar el estado del cutis y enseñar al paciente distintas estrategias para cuidarlo, mejorar su apariencia y prevenir futuras afecciones”, comentó.

Factores externos

Algunos factores externos, como la falta de limpieza y la exposición solar excesiva (principalmente en esta época del año), pueden repercutir en el aspecto de la piel y esto puede solucionarse fácilmente tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:

Realizar a diario una limpieza facial que remueva los excesos de grasa y residuos que la dermis tenga en la superficie. Esto ayudará a que los poros respiren y evita la acumulación de sebo.

Usar jabones suaves y agua tibia, que es mejor para la piel que el agua caliente.

Cubrirse del sol y utilizar bloqueador solar diariamente, especialmente en las zonas más sensibles y expuestas como cara, cuello, manos y brazos.

Tener en cuenta determinados factores nocivos para la salud de la dermis como la contaminación, el tabaco y el estrés.

Mantener un buen nivel de hidratación a través de cremas o lociones livianas y el consumo de agua. La dermis está compuesta en un 70 por ciento de agua, y la epidermis en un 15 por ciento.

No automedicarse y evitar remedios caseros y cremas o sustancias sin grado farmacéutico que no hayan sido indicadas por un médico idóneo.

“La consulta médica puede ser muy beneficiosa para establecer un plan de cuidado y embellecimiento de la dermis a través de productos y tratamientos adecuados”, concluyó Maffei.

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