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Ecos de la agresión

La otra campana: “Esto fue una aberración”

Maximiliano Altolaguirre, presidente de Juan XXIII, tomó la palabra.


El domingo un jugador de Juan XXIII agredió al árbitro Víctor Lingotti en un nuevo hecho de violencia en el fútbol de la Rosarina. Fue en el partido ante Río Negro, que se jugó en el predio de Olympia.

El Hincha habló con Maximiliano Altolaguirre, presidente del conjunto papal, quien explicó los momentos vividos en el predio de Olympia y aclaró: “Estuve hasta las últimas consecuencias junto al árbitro”.

El dirigente detalló los pormenores de la tarde que terminó de la peor manera.

“Antes del inicio del partido el árbitro me dice que no estaba la seguridad y firmé la planilla como responsable junto a un colaborador. Había un pedazo de alambrado roto y nos pusimos en ese sector para que arranque el partido. Sucedió lo del robo (NdR: hurtaron la recaudación de la boletería) y tuve que atender ese problema. Íbamos ganando y cuando estaba por terminar el partido nos hacen el empate y en el adicional el segundo gol. El árbitro mostró una roja, los jugadores se fueron alrededor de él y ahí se arrimó Luciano Reybet, colaborador del técnico, junto Antonio Silva y el propio entrenador Alberto Dellarriva. Cuando estoy ingresando al campo de juego, Reybet lo aparta al árbitro del tumulto y el referí quedó hablando con un solo jugador, el cual le aplica un golpe de puño en la cara. En ese momento me quedo con el árbitro y los asistentes. Llamé a la policía, que llegó en cinco minutos, e inclusive les dije que manden al Sies. Cuando arribó la policía nos fuimos al vestuario y yo me quedé afuera junto a Provenzano. El árbitro preguntó si teníamos un botiquín porque le salía mucha sangre, se lo trajimos, lo asistimos e incluso el técnico le metió un algodón en la nariz. Estuvimos en todo momento asistiendo al árbitro”.

“Después nos acusaron de haber robado nuestros carnets, pero con la anuencia de un asistente se lo había dado a un colaborador”, afirmó.

Altolaguirre se refirió a la situación del jugador y dijo: “No va a pertenecer más a Juan XXIII, eso está más que claro. Y que se tomen las medidas correspondientes al caso. Esto fue una aberración y repudiamos todo tipo de violencia”.

Por último, dejó una reflexión sobre lo sucedido: “Nos solidarizamos con el árbitro, que esto no vuelva a suceder en ninguna cancha. No nos robamos los carnets. Siempre estuve y estuvimos atentos a lo que necesitó el árbitro. Seguiremos trabajando para erradicar la violencia concientizando a todo el entorno del fútbol. Que la reacción de un individuo no empañe el trabajo, la dedicación y el sacrificio que hacen los miembros de comisión del club”.

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