La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDGs, por sus siglas en inglés), que reemplazarán a los Objetivos del Milenio, en un intento cuyo fin es terminar con el hambre y la pobreza extremas en todo el mundo en los próximos 15 años.
La agenda de los Objetivos, que buscan también posibilitar a las personas el acceso a agua potable y una educación primaria gratuita, son el resultado de años de consultas con gobiernos y la sociedad civil, y fueron aprobados durante una cumbre de alto nivel realizada poco antes de que iniciaran las exposiciones en la Asamblea General de la ONU, reportó la agencia alemana DPA.
Los SDGs incluyen 17 objetivos con 169 metas específicas, destinadas a erradicar la pobreza extrema, combatir la desigualdad y la injusticia, brindar una educación de calidad a todos y lograr el crecimiento económico.
Esta nueva iniciativa reemplazará a los Objetivos del Milenio con los que la comunidad mundial se había comprometido a reducir de forma drástica el hambre y la pobreza para fines del año 2000.
“Nadie puede ser dejado de lado”, aseguró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
“Pero aún queda por delante la verdadera prueba, la implementación. Para ello necesitamos ayuda de todas partes y de todos”, afirmó el dirigente surcoreano, y agregó que para lograrlo es necesario “compromiso político y colaboración de todos”.
Durante los tres días de discursos en la ONU se espera que los líderes mundiales se refieran a la implementación de los objetivos y también discutan un nuevo acuerdo sobre cambio climático, considerado parte de los SDGs, y que se terminará de redondear en la cumbre de París, a fin de año.
El papa Francisco, que habló ante la Asamblea de la ONU antes de la cumbre SDG, describió esta agenda como “una importante señal de esperanza”, y advirtió que los compromisos deben ser implementados para que los objetivos tengan un impacto global.
“Debemos asegurarnos de que nuestras instituciones son realmente efectivas en la lucha contra todos los flagelos”, sostuvo.
El papa afirmó que la mejor forma de medir la implementación de la agenda de desarrollo será el acceso a “material esencial y bienes espirituales” como la vivienda, el empleo, la alimentación, la educación y la libertad espiritual y religiosa.
“Estos pilares de desarrollo humano integral tienen una base común, que es el derecho a la vida y, más en general, lo que podríamos llamar el derecho a la existencia de la naturaleza humana en sí”, consideró.
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