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La música y la pintura, en un particular e inédito diálogo

Por Antonio Capriotti


cienciadentro

Doctora en Historia de la Música y Musicología, graduada en la Universidad de París-Sorbona, Cintia Cristiá es una especialista ligada al campo de los estudios musicológicos, centrados en la música y su articulación con otras disciplinas artísticas. “Me parece que soy más escritora que musicóloga”, se define. Y agrega: “Tengo una cátedra en la UNL, que es Investigación Musicológica. A los alumnos los introduzco en la ciencia, les enseño cuáles son las herramientas que en música podemos usar. Estoy rodeando permanentemente a la ciencia; incluso en los métodos de la musicología”.

Sus trabajos de investigación fueron publicados en prestigiosas revistas culturales. Uno de ellos, “Xul Solar, un músico visual”, publicado por Gourmet Musical Ediciones en 2007, invita a indagar el cruce entre las artes plásticas y la música.

—¿Por qué Xul Solar?

—Xul Solar tuvo influencia en la música. Fue músico, tocó el violín y el piano, cantó en coros. La música tuvo presencia en su vida y se reflejó en su obra plástica, e incluso en el nombre de algunas de sus obras. Su piano con teclados de colores, afinado de un modo diferente al piano tradicional, hacía que nadie, salvo él, se animara a tocarlo. Sólo él estudió en ese piano. Su deseo fue facilitar el estudio de las artes, ya que consideraba que las artes eran parte esencial en el desarrollo de una persona, y como le parecía que la teoría musical era muy difícil, se sentía en el deber de facilitarla para que todo el mundo pudiera llegar a ser músico o compositor. Incluso con sus trabajos lingüísticos podemos ver el vínculo con la música. Él inventó el neocriollo y la panlengua, una neolengua planetaria con fonética musical. Como logré reunir una muy buena cantidad de material y como nadie se había dedicado al tema, le mostré el material a mi directora de tesis y de allí surgió la idea de hacer un doctorado para investigarlo a fondo, lo que me llevó cuatro años de trabajo”.

—¿Qué metodología usó para encarar el trabajo de investigación?

—Todos métodos cualitativos. Trabajé más que nada con análisis de cuadros. Usé la hermenéutica, que es un método que se basa en la interpretación. Supone que la verdad de nuestra materia a estudiar no surge a primera vista sino que hay una interpretación de ese material. Revisé y estudié una buena cantidad de documentos.

—A su juicio, ¿existen convergencias entre la música y la ciencia?

—En el plano de la divulgación científica se ha editado un libro sobre la relación entre la música y la matemática. Se cree que es uno de los vínculos históricos. En la Edad Media, el cuadril, un grupo de cuatro materias obligatorias de estudio, estaba integrado por la música y la matemática. Existe un fuerte vínculo entre la música y la lingüística, ya que muchas de las teorías de análisis musical se basan en teorías lingüísticas. En el siglo XX aparece la semiología musical tratando de estudiar la música como un lenguaje. De todos modos éste es un tema en pleno debate, ya que hay quienes sostienen que a la música le faltan requisitos para ser considerada un lenguaje. Con frecuencia escuchamos que la música es el lenguaje universal; en realidad, la música tiene que ver con cada cultura, pero todas las culturas la adoptan como un modo de expresión. Y cada uno tiene su sello propio. La nuestra es la música occidental que para nosotros nos es familiar y comprensible.

—¿En qué nuevo trabajo de investigación está?

—Después de Xul, que me llevó muchos años y que he disfrutado mucho, ahora quiero ir del lado de la música para trabajar sobre composiciones que hayan sido compuestas en relación con una obra visual y comencé con dos compositores rosarinos, ya que privilegio lo del país y lo de la región porque hay mucho por investigar y pocos investigadores que nos dediquemos a ellos. Estudié una obra de Luis Mucillo que tiene un concierto inspirado en un cuadro de Paul Klee, “Cuento a la Hoffmann”. Lo que hice fue analizar el concierto, que fue estrenado en el Colón por mi esposo Alexander Panizza, y descubrir de qué manera la música y la literatura se hacían presentes en este concierto. Analizo cuadro y la novela, y después el concierto y el modo cómo van comunicando los tres materiales.

—¿El otro compositor?

—Es Jorge Horst, tiene una obra llamada Bruma, inspirada en la obra de Joseph W. Turner.

—¿El pintor de la luz?

—Debussy decía que era el pintor del misterio.

—¿Cómo se definiría?

—Escribo sobre música, arte, procesos creativos. Le tengo mucho respeto a la palabra ciencia, por eso temo ser encasillada allí. Me pregunto si los conocimientos de estas artes y de la filosofía misma son científicos. Si ésta puede ser considerada una ciencia. Este libro de Xul Solar es una investigación que fue encasillada en las librerías como ensayo, y no es tal. Es una investigación porque está basado en un fundamento documental. Pero si me pregunta cuál es el componente ensayístico y cuál el componente científico, le respondería “no lo sé”.

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