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La lucha que hoy tiene su día

La OMS declaró el 28 de julio como el Día Internacional de la Hepatitis y desde Rosario se sigue con el pedido del cambio de calendario de vacunación y la cobertura del tratamiento de las obras sociales.

La fecha causó sorpresa por el anuncio, pero marca, final y merecidamente, un lugar en el calendario de la salud a nivel mundial. Desde hoy, el 28 de julio es el Día Internacional de la Hepatitis, tal cual declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace apenas dos días. Para sorpresa de los trabajadores contra la hepatitis en el país y en Rosario, hoy no habrá actividades en el marco del día internacional, dado que hasta mayo pasado se conmemoró el 19 de ese mes (en conmemoración de la muerte de uno de sus primeros luchadores canadiense). 

La resolución de la OMS fue dada a conocer en la 63ª Asamblea Mundial de la Salud que tuvo lugar en mayo y se declaró que el 28 de julio es el Día Mundial de la Hepatitis por ser la fecha coincidente con el nacimiento del doctor Baruch Blumberg, descubridor del virus de la hepatitis B, premio Nobel de Medicina 1976, quien actualmente vive en Europa y continúa luchando contra las hepatitis virales, sumando su accionar a organizaciones no gubernamentales.

La luchadora más ferviente contra esta enfermedad en la ciudad, Edith Michelotti, explicó a El Ciudadano que más allá del poco tiempo que se ha tenido desde la información de la declaración de este día mundial, no se pudieron organizar actividades en el marco de la prevención de las hepatitis virales, pero “se pedirá una audiencia con autoridades de la salud municipal y provincial para establecer un nuevo cronograma de vacunación”.

“El que tenemos es una ridiculez. Se prevé la vacunación contra la hepatitis B al nacer el niño, cuando esta enfermedad se contrae por sangre y por transmisión sexual solamente. Claro que si hay que hacerle una transfusión al chico, hay que vacunarlo, pero el niño o niña no tendrá relaciones hasta (en el peor de los casos, y como vienen los adolescentes en situación de calle hoy en día) los 11 o 12 años. Es recién ahí cuando debe ser vacunado, y no al nacer, porque para los 10 años el efecto desaparece”, sostuvo la mujer que contrajo hepatitis hace ya varias décadas, mientras se desempeñaba como obstetra y lleva años al frente de la agrupación HCV Sin Fronteras. “Me enteré recién 20 años más tarde que tenía la enfermedad, de todas formas, por aquellos años no existían las medidas de bioseguridad necesarias para evitar la enfermedad, ni siquiera se conocía la existencia del sida”, comentó.

En cuanto a la vacunación de la hepatitis B, Michelotti aclaró que cuesta en la ciudad unos 18,90 pesos y se coloca en tres dosis (la segunda a un mes de colocada la primera y la tercera a seis meses de la segunda).

Ante estas expectativas frente a la declaración de la Organización Mundial de la Salud, Michelotti aseguró que la hepatitis debe ser una enfermedad nacional, como el HIV y el cáncer. “La hepatitis tiene que ser erradicada y con esta ley lo vamos a conseguir”, aseguró. “El objetivo de este proyecto es que la enfermedad sea considerada nacional, como es el sida, como lo son todas las enfermedades oncológicas. Tienen que serlo también las hepatitis, dado que su número de infectados es diez veces mayor que el sida”, dijo.

Asimismo, Michelotti hizo hincapié en el costo elevado de un tratamiento de este tipo y que los espacios de salud públicos no cuentan siquiera con material para detectar la enfermedad. Además, apeló al discurso de los gobernantes a defender los derechos por la salud de cada uno de sus gobernados.

“Lo que queremos es lograr una ley nacional, que la nación haga valer esto que tanto ponen como bandera los gobernantes de turno. Ellos dicen hoy y siempre que están a favor de los derechos humanos. Que lo demuestren y que aprueben esta ley para que los argentinos tengamos la posibilidad de hacernos exámenes para detectar esta enfermedad y, en el caso de necesitarlo, de poder seguir un tratamiento adecuado. Todos sabemos que ronda los 100 mil pesos, durante un año, para un determinado virus. Si la salud es derecho de todos, que hagan ley y nos cuiden”, expresó la obstetra que contrajo hepatitis B hace varias décadas, a causa de haber trabajado sin protección adecuada, dado que en esos años, “era poca”.

A su vez, comentó que desde HCV Sin Fronteras se unirán a otras agrupaciones que trabajan por la prevención de otras enfermedades y siguen en su pedido de una línea telefónica de 0800 para poder dar asistencia informativa a quienes la necesiten. “Esto va a ayudar a mucha gente que esté relacionada, de una u otra manera con las enfermedades infecto contagiosas”, sostuvo la mujer.

La lista de pedidos continuó: “Necesitamos diagnóstico y tratamiento para la hepatitis C, que no tiene vacunas, y vacunas oportunas y bien colocadas, con los pies puestos en la tierra, para que no haya más hepatitis B”.

“No recibimos ayuda estatal pero tampoco la pedimos. Es decir, necesitamos esta ley nacional y que entreguen elementos necesarios, al igual que personal capacitado a los municipios y comunas, como debe ser. En los hospitales públicos no hay elementos para hacer ni siquiera la detección. Además, sabemos que la mayoría de las obras sociales no pueden cubrir semejante tratamiento. Aquí la Nación se tiene que poner los pantalones largos y actuar debidamente contra esta enfermedad”, exclamó.

En tanto, el secretario de Salud Pública, Lelio Mangiaterrra, manifestó a este medio que en cada hospital de la ciudad hay un grupo de trabajadores que se encargan de la realidad de los enfermos de hepatitis. “Trabajamos mucho con Edith (Michelotti) y si bien siempre hay muchas cosas por mejorar y hacer para avanzar, la salud en general se está ocupando de los enfermos de hepatitis”, sostuvo.

A su vez, reconoció que hoy las obras sociales no se ocupan de lleno de los tratamientos a menos que se presenten recursos de amparo o reclamos varios. “Es una situación difícil y muy sensible, pero si bien es una urgencia para los enfermos, yo puedo asegurar que, paulatinamente, se ha avanzado mucho en el ámbito de la salud”, señaló Mangiaterra.

“Es políticamente muy bonito decir esas cosas”, sostuvo Michelloti sobre las declaraciones del secretario de Salud Pública, “pero hay una mala programación en el calendario de vacunación y no hay apoyo de las autoridades de salud”, remarcó la mujer.

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