El Hincha

Pedido unánime

La lucha por la profesionalización del vóley desembarcó en Rosario

Agostina Beltramino es una de las jugadoras del equipo de la ciudad que firmó la petición de las deportistas para pedir por la igualdad de género a la Federación


Agostina tiene 20 años, pero en ese corto tiempo de edad, cuenta con un recorrido extenso en el deporte de sus amores. Comenzó a jugar al vóley cuando tenía 11. Aunque antes de reconocer su pasión por ese deporte, probó con el hockey. Pero se cansó y siguió con el legado del apellido Beltramino.

Su mamá Viviana y su papá Gustavo son reconocidos en la ciudad por sus recorridos en el deporte. Sus hermanas también lo practicaron. Agostina es una de las jugadoras que reclama por la profesionalización del vóley femenino de Argentina. La jugadora de Club Rosario y Boca, es una de las 200 que firmó la solicitada que hace unas semanas se hizo viral. Con un pedido claro: mejores condiciones e igualdad.

La lucha, encabezada por la histórica Natalia Espinosa, multicampeona en Boca y ahora representante del femenino en JUAVA (Jugadores Asociados del Vóley Argentino), comenzó en las redes.

Los números hablan. En Argentina, la cantidad de jugadoras federadas duplica el número en el masculino. 20520 son mujeres, 10.146 hombres, según los datos oficiales de la FeVa. Sin embargo, y a pesar de que las cantidades indican que son más las mujeres que practican el deporte. Las diferencias entre uno y otro son notorias.

“Siempre ha ocupado un lugar marginal en la organización de cada club, de las ligas nacionales y de los medios especializados en deportes”, denuncian en el comunicado. Es que, mientras el torneo nacional (NdR: Liga Nacional) del masculino, organizado por la Asociación Argentina de Clubes, dura 8 meses, el torneo femenino, que es organizado por la Federación, dura 3. Otra de las diferencias que destaca Agostina, en coincidencia con el comunicado, es la difusión del torneo. Mientras que el masculino se transmite de forma continuada, el femenino es más esporádico.

“No es nuestra intención la de confrontar o ir en contra de clubes o federaciones. Lo que buscamos es simple: la igualdad de derechos deportivos entre hombres y mujeres; transformando, valorizando y visibilizando el vóley femenino en todo el país”, explicaron las jugadoras adherentes.

La gran mayoría de las jugadoras de la Liga no tiene un sueldo, o es mínimo. Otras reciben a cambio alojamiento y comida, en caso de tener que trasladarse de su ciudad natal. Por eso, la mejora salarial está dentro de los pedidos. También contar con cuerpos técnicos completos que incluyan médicos y kinesiólogos.

También piden por una mejora en la infraestructura para desarrollar la disciplina en condiciones óptimas.
Beltramino dice que la lucha de las jugadoras de fútbol por profesionalizar el deporte, las incentivo a unirse en el mismo reclamo. Un envión, ese que se necesitaba para reclamar por más derechos.

En la primera fecha de la Liga, Club Rosario, equipo que congrega a diferentes jugadoras de la ciudad, recibió a Boca. En el centro de la cancha de Atalaya, los dos planteles posaron con la bandera pidiendo por la profesionalización. La actividad se replicó en todas las canchas del país. Y aunque aún no hubo novedades sobre el pedido de las jugadoras, hay algo que es cierto: la lucha en las canchas ya comenzó.

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