Ciudad

La ley de talles sigue siendo una asignatura pendiente

Por Diego Montilla.- Además de la dificultad para conseguir prendas grandes no se respeta el criterio establecido por las normas Iram.


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La ordenanza municipal aprobada el año pasado –en adhesión a la ley provincial de talles– está lejos de cumplirse en la ciudad. El mayor inconveniente radica en que no se respeta lo que indican las normas Iram con respecto al tamaño de las prendas, lo que hace sumamente dificultosa la situación para personas obesas o excedidas de peso como a las que acusan extrema delgadez. Las denuncias apuntan a que en la mayoría de las ocasiones lo que se vende es en realidad de un talle menor a lo establecido como parámetro o que directamente no se consiguen los más grandes. Frente a esto, se llevó adelante una reunión entre funcionarios, empresarios e integrantes de una ONG para comenzar a delinear un plan que busque que se cumpla de una vez por todas con la normativa. En primera instancia, se llevará adelante una campaña de concientización sobre los derechos a la hora de comprar ropa y también se propuso que haya al menos un comercio por distrito donde se puedan conseguir los talles “extras”.

Liliana Martini es una de las coordinadoras de la ONG Volver a Empezar –organización que lucha por los derechos de los obesos– y contó que vienen trabajando desde el año pasado con la puesta a punto de la reglamentación que la haga efectiva. “Esta ley fue promulgada durante el gobierno de (Hermes) Binner y falta la reglamentación. En marzo del año pasado hicimos un recorrido por distintos locales de ropa con una chica obesa y directamente eran contados y casi inexistentes los que cumplían con la ley de talles. En los lugares donde se encontraba el tamaño buscado en general las prendas no eran acordes con la edad de la chica, ya sea por los modelos o por los colores. Ahí quedó de manifiesto, además, que no se tiene para nada en cuenta a los adolescentes”, señaló.

“Acá hay dos cuestiones: una que los talles que abarca la ley son del 38 al 48 y eso no es suficiente porque no alcanza para una persona obesa, sí para alguien con 5 o 10 kilos de más pero no para alguien que está excedido en muchos kilos. El otro de los temas es que desde el 92 las medidas se uniformaron a través de las normas Iram y esto es algo que no se cumple. Por ejemplo vos te comprás algo que es talle 42 y es más chico que lo que indica la normativa; eso es algo que se repite constantemente. Lo que estamos pidiendo es que por lo menos se lleven los límites a dos talles más y además que se respete lo que dicen las normas”, continuó.

Crear conciencia

La referente de Volver a Empezar destacó sobre la necesidad de una campaña de concientización entre industriales y comerciantes antes de aplicar cualquier sanción.

“Está claro que la mayoría de la población no tiene medidas que son 90-60-90 y que cuando alguien no tiene derecho a poder comprarse una determinada prenda está siendo discriminado”, resaltó.

Por su parte, el titular de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, Alberto Muñoz, contó que uno de los temas más importantes que se trató en el encuentro fue el de la “normalización de los talles”.

“Esto significa que cuando hablamos de 38 es 38 y cuando hablamos de 40 es 40, porque no se está respetando lo que indican las normas Iram. La semana que viene vamos a volver a reunirnos y vamos a convocar a la gente de la Secretaría de Producción de la Municipalidad para trabajar en conjunto”, señaló.

“Estamos ante un proceso de trabajo donde tenemos que tener paciencia. En esto hay problemas tanto para gente muy robusta como también para gente muy flaca. La idea es empezar a trabajar con todos para que esto se comience a cumplir. Acá hay que buscar la uniformación y normalización de los talles. Una de las propuestas es que, en un comienzo, haya al menos al menos un comercio por distrito que tenga los talles extras. La intención es ir avanzando gradualmente. El primer desafío a resolver se planteó en torno a normalizar adecuadamente las medidas de prendas con un criterio común, que hoy aparece muy disperso en el mercado”, añadió.

La cuestión a resolver

Por último, el autor de la ordenanza y ex concejal, Gonzalo del Cerro, explicó que “se está poniendo todo en marcha para el cumplimiento de la norma”.

“Hemos elaborado un pequeño programa con algunas cuestiones que tenemos que ir poniendo sobre la mesa. Lo que hay que hacer es uniformar el concepto de talles en uno único porque no puede ser que lo que para algunos es 36 para otros sea 38. Con quienes también vamos a tener reuniones es con empresarios de Buenos Aires, porque muchos comerciantes compran la ropa allá. Es fundamental, como primer paso, que se pueda cumplir con lo que indican las normas”, subrayó.

“En estos momentos la ley de talles no se está cumpliendo en prácticamente ningún comercio de la ciudad porque no existe la posibilidad que así sea debido a que no hay una uniformidad en los talles. Si salieran los inspectores a la calle, ésa es la realidad”, concluyó.

Algo que en Estados Unidos sí se consigue

Las normas Iram se aplican en los talles de las prendas como patrón de unidad en las medidas. Según explicaron desde la ONG Volver a Empezar, están lejos de cumplirse en la ciudad.

“Si vos tomás alguna ropa comprada en Estados Unidos vas a ver la diferencia con las nacionales. Ponés una arriba de la otra y es evidente. Lo que quiero decir es que vos tomás una prenda talle 40 de allá y es más grande que el 40 de acá, donde achicaron los talles”, aseguran.

“Muchos empresarios son reticentes a cumplir con la ley. Según nos contaron los de la Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto, el titular de Sólido dijo que él de ninguna manera iba a fabricar talles más grandes porque hacía ropa para un público determinado”, reveló Liliana Martini, una de las coordinadoras de la ONG.

La ordenanza sobre los talles fue votada el año pasado y procura establecer mecanismos para que todas las personas, independientemente de su contextura física, tengan acceso a la vestimenta adecuada.

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