Policiales

Empresa criminal

La jefa: acusaron a Tania Rostro de ordenar ataques a tiros y usurpaciones en la zona norte

La joven de 24 años fue imputada junto con su madre, una amiga, su cuñado y una empleada de la Municipalidad de Rosario de conformar una asociación ilícita. Tania, a quien le atribuyeron la organización de tiroteos y desalojos de viviendas mediante aprietes, quedó presa por el plazo de ley


Tania y su madre, María, cuando fueron detenidas el sábado por la mañana.

Tania Rostro, la joven de 24 años sindicada de liderar una organización narco en los barrios Parque Casas, Nuevo Alberdi y Cristalería, fue formalmente acusada este martes de los delitos de asociación ilícita y de instigar dos balaceras y una usurpación.

Junto con Tania fueron imputados su madre, una amiga, su cuñado y una empleada municipal. Durante la audiencia la fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio Valeria Haurigot señaló a Tania como quien daba las órdenes en lo que calificó una empresa criminal con el objeto de cometer un abanico de ilícitos y la venta de drogas en el extremo norte, con el padrinazgo –según los investigadores– de la banda Los Monos.

La organización de Tania, cuyo nombre comenzó a sonar fuerte hace dos años en los arrabales del norte como ex subordinada y luego antagonista del luego asesinado Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval, sufrió un golpe el sábado pasado con 34 allanamientos ordenados por la Justicia federal y provincial. El secuestro incluyó dinero, elementos informáticos que restan ser peritados, un arma, vehículos, chalecos antibalas y droga.

Tania, que estaba en prisión domiciliaria y es madre de una niña de cuatro años, fue indagada este lunes en el fuero federal junto con la imputada Sharon L., y quedó en prisión preventiva. Y la misma resolución tomó este martes el juez Florentino Malaponte en la causa del fuero provincial: Tania quedó presa por el plazo de ley, es decir dos años hasta la realización del juicio.

El cuñado de Tania, José C. –acusado de ser un tiratiros de la banda–, también quedó preso por el plazo de ley. Las otras tres mujeres, Sharon, María G. (madre de Tania) y Carolina A., en tanto, quedaron en libertad con restricciones, ya que el magistrado consideró que la acusación en su contra –tal como planteó la defensa– no es sólida. Las condiciones incluyen el pago de fianzas y cauciones, la firma semanal y la prohibición de contacto entre imputados y testigos y víctimas en las causas en su contra.

Seguidilla de plomo y aprietes

Haurigot acusó a Tania de ordenar un ataque a tiros el pasado 2 de diciembre a una vivienda de pasaje 1381 al 1800, en barrio El Churrasco, agresión que llevaron a cabo Tomás G. y Franco G. para que el propietario abandonara el domicilio, dice la acusación.

Tania, por este hecho, sumó una causa por amenazas y abuso de armas en carácter de instigadora. A metros de ese lugar el 9 de ese mes fue asesinado Sergio “Tabita” Barquero, por el que este martes en otra audiencia fue imputado Brian O., otro sindicado soldadito de Tania.

Nuevo detenido por el crimen del vendedor ambulante Sergio Barquero en zona norte

La tarde del 13 de enero, acusó la fiscal, Tania ordenó que su cuñado José C. tiroteara la vivienda de Ávalos y Larrechea con el objetivo de intimidar a Alejandra P, una joven con quien mantiene una enemistad, que incluso se hizo pública en redes sociales. El ataque le provocó un roce en un ojo a Mateo, el hijo de Alejandra, que salvó su vida por milímetros. Por este hecho se le atribuyó a Tania abuso de arma, lo mismo para José C.

La acusación siguió con un caso de usurpación en una vivienda de Cullen y Ugarte entre Polledo y calle 1379. La Fiscalía lo ubicó en marzo de este año: “Instigó en forma directa a los llamados Samuel y Budi, quienes se hicieron presentes y despojaron del inmueble a la moradora y a sus familiares”.

La joven que sufrió la usurpación debió alojarse en un hotel cuya estadía fue subsidiada por el municipio. Según la fiscal, en abril cuando la chica quiso volver Budi y Samuel le dijeron: “Nosotros somos los sicarios de la Tania Rostro. Andate de acá porque te vamos a matar, como lo hicimos con la familia de Empalme. Ni se te ocurra denunciarnos porque te vamos a matar a vos y a tus hijas”. Por este hecho Haurigot le imputó a Tania usurpación y amenazas coactivas.

La madre, la mano derecha y la empleada municipal

Haurigot ubicó a Tania, a su madre María, a su amiga Sharon, a su cuñado José C. y a la empleada municipal Carolina A. como parte de los integrantes de una asociación ilícita que funcionó al menos desde abril de 2019 hasta la actualidad. Tania, en el carácter de líder, y su amiga Sharon como lugartenienta.

Al respecto, Haurigot mencionó que tras el asesinato de Daiana Paiva el pasado 10 de febrero en Olivé al 1900, Sharon, de 20 años, pasó a ocupar el lugar de mano derecha de Tania. Tres horas después de ese crimen fue asesinada en barrio La Florida Agustina Thompson, en lo que sería una represalia de bando de Tania. Thomson, dijo la fiscal, estaba en pareja con Marcelo “Coto” Medrano, un hombre considerado como uno de los líderes del grupo enemigo de Tania.

Para la fiscal, María G. –conocida en Cristalería por regentear un comedor comunitario– “es miembro de la organización: gestiona la información valiéndose de su rol de referente social y barrial cultivando vínculos que aportan información para que la asociación pueda abstraerse del accionar de la Justicia”.

Y acusó a la empleada de Desarrollo Social de la Municipalidad de Rosario Carolina A. de revelarle a María, el 10 de junio, que se realizarían actos de intervención con relevancia jurídica en Nuevo Alberdi “a fines de que esta anoticiara a Tania para que tome las precauciones para eludir la acción de la Justicia”.

“Así la imputada reveló información reservada y protegida por secreto oficial”, dijo Haurigot. Violación de secreto oficial e incumplimiento de los deberes de funcionario público fueron los delitos atribuidos a la empleada municipal.

Rechazo de la defensa

Los cinco abogados defensores criticaron la calificación penal de la fiscal y expusieron lo que consideraron contradicciones e inconsistencias en los relatos de testigos incorporados al legajo.

El letrado Lucas Peirone señaló que la evidencia de la fiscal Haurigot “parece una crónica policial más que una imputación sólida”.

En la misma línea se expresó otro de los abogados: “Creo que estas imputaciones no pasan el mínimo umbral de probabilidad”.

“No la quiero en mi casa a Tania”, dijo a El Ciudadano, entre lágrimas, María G. antes de que comenzara la audiencia. La mujer de 56 años, madre de ocho hijos, mencionó la relación conflictiva que tiene con su hija. Y aseguró que su casa y su vehículo –capital bajo la mira de la Fiscalía– no provienen de dinero del narcotráfico sino de un juicio que ganó la década pasada.

Así María G. se remontó a 2006, cuando uno de sus hijos, David, fue apuñalado en la cárcel de Coronda, lesión que lo dejó discapacitado y por la que, dijo, cobró una suma de dinero.

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