Economía

Entrevista

La insubordinación como clave del desarrollo industrial

El politólogo Marcelo Gullo señaló que el camino a la industrialización es rebelarse ante la teoría del libre mercado. Señaló a la industria audiovisual, los satélites y reactores nucleares como pilares para la Argentina


Foto: MarceloGullo.com

 

Tres generaciones crecieron con la consigna de que la Argentina es un país “en vías de desarrollo”. Un desarrollo que parece no llegar nunca y siempre se vuelve a la exportación de materia prima como única fuente de financiamiento.

El politólogo Marcelo Gullo explica en su libro “Relaciones internacionales: una teoría crítica de la periferia sudamericana” cómo los países centrales como Inglaterra y Estados Unidos lograron el desarrollo industrial y por qué Sudamérica no lo logra.

“Se industrializaron a partir del proteccionismo económico y ahora predican el libre comercio”, dijo Gullo en diálogo con <<El Ciudadano>>. El autor, que el jueves pasado presentó el libro en el Colegio de Abogados de Rosario, señaló que la única manera que tiene la periferia mundial para lograr el desarrollo es “la insubordinación a este orden establecido, acompañada de un adecuado impulso estatal”.

—¿Cómo se industrializaron las economías más poderosas?
—El libre comercio es un mito inventado por Gran Bretaña, que fue la patria del proteccionismo económico. Aplicó ese proteccionismo para impedir la entrada de productos industriales belgas y holandeses, porque no hubiese tenido ninguna ventaja ante esos países. No fue la mano mágica del mercado sino la de la política la que desarrolló a Inglaterra. Una vez que se industrializó, a través de sus grandes universidades comenzó a predicar el libre comercio en todo el mundo como principal estrategia de dominación y subordinación.

—¿Cómo otros países pudieron esquivar esa dominación?
—Todo proceso emancipatorio e industrial exitoso debe ser producto de una insubordinación ideológica contra este orden establecido, sumando un adecuado impulso estatal. El primer país que se insubordinó contra Gran Bretaña y la teoría del libre comercio fue Estados Unidos. Después de la guerra civil, se transformó en la patria del nacionalismo económico y lo fue hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la principal potencia y comenzó a ser paladín del libre comercio. Crecer a partir del impulso estatal y después predicar el libre comercio es lo que hicieron Inglaterra y Estados Unidos. Actualmente lo está haciendo China.

—¿En algún momento la Argentina puede seguir ese camino de insubordinación?
—El único intento real y serio de industrialización en la Argentina comenzó en la década del 40 y, a pesar de los golpes de Estado, se mantuvo hasta el 76. El peronismo fue industrialista y también lo fue el radicalismo con (Arturo) Illia y (Arturo) Frondizi. Sólo el golpe de Estado del 76 pudo destruir ese proceso industrializador. No fracasó, sino que fue destruido por la interrupción violenta y sanguinaria de un gobierno militar. Después de ese período no hubo ningún intento real de industrialización. En los últimos años, con la devaluación, la Argentina consiguió una dinámica más o menos industrializadora para hacer productos de consumo. Pero lo cierto es que se reprimarizó y vive de la exportación de soja: es un país monoproductor.

—¿Hay una presión internacional que coloca a la Argentina en el lugar de la exportación primaria?
—Esa presión existió siempre mediante distintos mecanismos como el Fondo Monetario Internacional, que viene a imponer su ideología económica y cultural. Sin embargo, no podemos echarle la culpa sólo al factor externo porque estamos en democracia y votamos a nuestros dirigentes. Hemos sido incapaces de crear una mejor dirigencia política y económica.

—¿En qué rubro se podría crear una industria competitiva?
—Hay tres sectores que podemos fomentar: la industria audiovisual, la de satélites y la de reactores nucleares. Con un adecuado impulso estatal se puede ser competitivo rápidamente. No digo que no se puedan fabricar ciertos tipos de productos masivos, pero son los que fabrica China y es una carrera perdida. Tenemos que hacer un esfuerzo industrializador inteligente.

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