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Del Cinar a Rosario

La historia detrás de la escultura de Manuel Belgrano confeccionada en la planta de Tandanor

La obra inaugurada frente al Monumento Nacional a la Bandera sintetizó un homenaje al prócer argentino que va de la mano con la reivindicación y la vigencia de una industria estratégica para la soberanía nacional


Foto: Franco Trovato Fuoco

La escultura que retrata a Manuel Belgrano frente al Monumento Nacional a la Bandera, significa algo más que 750 kilos de chapa naval que inmortalizan su figura. Los trabajadores de Tandanor lograron visibilizar la labor de la industria naval argentina y vincularlo al recuerdo del fundador de la Marina Mercante.

El Astillero estatal supo ocupar páginas en los diarios a partir de intentos de vaciamiento a lo largo de las últimas décadas. Privatizaciones y despidos fueron moneda corriente para trabajadores y trabajadoras que se convirtieron en el pilar de una institución con más de 140 años de historia.

En este caso se transformaron en protagonistas de un suceso que quedará inmortalizado nada menos que con la figura de Manuel Belgrano. Se trata del homenaje a un prócer argentino, que va de la mano con la reivindicación y la vigencia de una industria estratégica para la soberanía nacional.

La figura de 3,25 metros de ancho por 2,81 metros de alto fue una donación del Ministerio de Defensa dirigido por Agustín Rossi, quien encomendó la confección al astillero con motivo del 208 aniversario del primer izamiento de la bandera.

De esta manera, y luego de atravesar un profundo proceso de crisis que durante los noventa devino en la quiebra, lograron poner nuevamente en valor el prestigio de Tandanor y visibilizaron una labor que no se reduce solo a la industria naval.

Detrás de una idea

En diálogo con El Ciudadano, Miguel Tudino recordó que a poco de asumir a su cargo como presidente del directorio de Tandanor en febrero, y a pocos días del aniversario del primer enarbolamiento de la bandera, propuso a los trabajadores rendir un homenaje a Manuel Belgrano.

“Cuando llegamos empezamos a reconocer muchos valores y trabajadores con gran capacidad, cuando  les volcamos la idea, enseguida los muchachos se engancharon y pusieron todo a disposición”, relató.

En la cabeza de Tudino merodeaba la idea de que era el momento para que el astillero, con fuerte arraigo a la industria naval argentina, rindiera homenaje al padre de la Marina Mercante.

Esta idea fue el motor de un proyecto que en pocos días estaba terminado. “Fue un homenaje a quien decía que quien no garantiza la navegación con buques propios, no tienen destino. Construir soberanía a partir de la industria de buques”, agregó.

La obra

La celeridad en el proceso permitió tener la figura lista para la fecha señalada. Luego de ser trasladada desde el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar) de Buenos Aires, llegó a Rosario para ser descubierta con El presidente Alberto Fernández, el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin como testigos.

“Para la ciudad no hemos más que valorizado el espacio del Parque Nacional, porque es algo digno lo que pudimos construir con acero naval”, afirmó el titular de Tandanor, quien supo pasar buena parte de su vida en la zona donde fue instaurada la obra.

La figura de Belgrano fue cortada de una sola pieza por el mismo pantógrafo que se utilizó para la reconstrucción del rompehielos ARA “Almirante Irizar”. Luego fue colocada sobre una base de 6,5 m3 de hormigón armado e alta resistencia para darle estabilidad.

Hisotria

Si bien el reconocimiento tuvo lugar pocos días antes del inicio de la cuarentena y de la pandemia que marcó un antes y un después, el plantel de Tandanor conserva el recuerdo del pasado 27 de febrero como un símbolo de resistencia.

“Tandanor quiso ser destruido, eso la lesionó, solo la fuerza de los trabajadores hicieron que sobreviva”, sostuvo Miguel Tudino.

A partir de esto recordó que la privatización en 1990 durante el gobierno de Carlos Menem, marcó el comienzo de un proceso de declive y vaciamiento que terminó en el pedido de quiebra nueve años después.

La participación de los trabajadores pasó a cobrar protagonismo cuando en el año 2002, en pleno concurso de acreedores, comenzaron a forjar una fuerte unidad y resistencia para sostener la operatividad de la planta.

En 2007 el gobierno de Néstor Krichner dispuso la reestatización del astillero. El presidente del directorio recordó que en ese momento “el desafío era re construir el Ara Irizar en tandanor, que se está reparando en este momento”.

Para Tudino, con la administración Cambiemos, “se modificó la visión en el funcionamiento del astillero, empezaron a desalentar la construcción y enfrentarse con los trabajadores, se echaron a más de 250 trabajadores”.

Nueva era

Pasada la gestión de Macri, y a poco de haber asumido, las nuevas autoridades encontraron un desmejoramiento de la relación con los trabajadores, y un plantel que no alcanzaba las 450 personas.

“Nosotros decimos que había tomado el destino de un proyecto inmobiliario mas que el de un proyecto de astillero productivo. En estos terrenos intentaron desalentar la continuidad de los astilleros para concretar otro uso, algo que al final no sucedió”, sostuvo el presidente del directorio, Miguel Tudino.

Para la nueva gestión de Tandanor, el astillero representa un activo estratégico y una nueva oportunidad para revitalizar la industria naval argentina que pretende poner nuevamente en marcha todas las unidades productivas.

En el horizonte, y más acá también, hay innumerables proyectos. Algunos de ellos, ya en marcha como la reapertura de puertas del taller Almirante Storni, una unidad destinada a la construcción de submarinos, o la reparación de diques en la base naval de Puerto Belgrano para el desarrollo de la industria naval de gran porte.

Pese a la pandemia, los objetivos continuaron a paso firme, a partir de un proyecto que reivindicó al plantel de trabajadores como engranaje fundamental y busca revalorizar la industria naval como sinónimo de soberanía nacional.

 

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