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Vida y Plenitud

La fe es la energía creadora

Si creemos que lo lograremos nada ni nadie podrá impedirlo, puesto que la fe se encarga de disolver la negatividad. Incluso los patrones mentales limitantes que heredamos ya no tienen efecto si creo en mí mismo, en mis capacidades.


La fe es esa energía que existe en nuestro interior que nos permite crear las condiciones necesarias para poder materializar nuestros objetivos. La fe es creer, creer en nuestras propias capacidades, en nuestros propios dones. Es esta creencia la que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las circunstancias que, en ocasiones, pueden ser adversas. La fe es la cura de todos los miedos que nos impiden crecer y evolucionar puesto que creer en uno mismo es lo que nos permite superar nuestras limitaciones, miedos e inseguridades. A través del Reiki aprendemos que somos más que un simple cuerpo, es la certeza de que somos energía pura que cada instante se nutre de la Energía Universal.
La fe es esa energía que nos ancla al Aquí y Ahora, al Presente, momento en que se materializan nuestros objetivos, ya que no es posible lograr plasmarlos si nuestra mente está distraída en cuestiones del pasado que ya transcurrió o en hipótesis inciertas acerca del futuro que aún no aconteció. Asimismo, la fe nos permite ser constantes y pacientes en el logro de nuestros objetivos, puesto que aunando a la fe la paciencia y la constancia se movilizan los mecanismos necesarios para creer que podemos lograrlo.
La fe es la certeza de que aquello que deseamos será otorgado, puesto que nos permite remover los obstáculos, mover una montaña en caso de ser necesario, para poder alcanzar nuestros propósitos. Al mismo tiempo, nos conecta con nuestro poder interior, impulsándonos a remover nuestros pensamientos obsoletos, negativos en muchas ocasiones, como “Los no puedo”, los miedos limitantes. Si tenemos fe y creemos que lo lograremos nada ni nadie podrá impedirlo, puesto que la fe se encarga de disolver esa negatividad. Incluso los patrones mentales limitantes que hemos heredado ya no tienen efecto sobre mí si creo en mí mismo, en mis propias capacidades. De este modo ninguna palabra dicha por otros puede afectarme, se remueven por el poder de la creencia en nuestros propios dones.
Si tenemos fe en que podemos sanarnos de una dolencia que padecemos ya lo estamos logrando, nuestro cuerpo viviendo en la fe se predispone de buen modo para lograr la sanación; si, por el contrario, creemos que nada ni nadie nos podrá mejorar no existirá poder o medicina alguna que logre sanarnos.
Si tenemos fe no hay límite que no podamos superar, puesto que no actuamos solos, sabemos que nuestra energía vital permanece unida a la Energía Universal, nuestra energía es igual a la que impulsa a los planetas, está conectada al fluir de nuestro vasto universo, sólo debemos permanecer conscientes de ello. Es decir, es ese darse cuenta (percatarnos), lo que moviliza en nuestro interior el poder necesario que removerá los obstáculos. La fe nos permite conectarnos con la confianza y la seguridad en nosotros mismos, con nuestra energía vital y con ese poder que proviene de nuestro interior.
Para ello, es primordial escuchar la guía de nuestro corazón que permanece conectado con nuestra verdadera esencia (llama que habita en el interior de nuestro corazón) que es imperecedera y está libre de los temores que invaden nuestra mente. Por lo tanto, debemos escuchar su guía puesto que ella no se preocupa por “el qué dirán”, no está contraminada de energías negativas como sí ocurre con nuestra mente. De esta manera, la fe es una actitud de abrir nuestro corazón a la sabiduría que nace en él, esa sabiduría de nuestra Verdadera Esencia; cuando ello ocurre, nos conectamos a la energía del amor universal. Por lo tanto, cuando abrimos con fe nuestro corazón toda tristeza, miedo, angustia, inseguridad, o dolor es trasmutada por esa Fe que nace en mi interior.
A través de la fe puedes percibir que eres parte de un Universo abarcador; por lo tanto no estás solo: eres como una gota de agua que se integra a otra para formar parte de un océano. Es esa creencia de ser partes de un Todo abarcador la que pone en marcha la fuerza que nos ayuda a solucionar todo conflicto que atravesamos, siendo necesario en todo momento ser conscientes del poder que existe en nuestro interior, esa fuerza creadora que moviliza la energía necesaria para persistir una y mil veces hasta lograrlo, ser constantes en el logro de nuestros objetivos, adaptarnos y cambiar el rumbo para llegar a buen puerto, si las circunstancias así lo requieren, pero nunca desistir.
A través del Reiki aprendemos a observar desde diversos ángulos una situación conflictiva; nos ayuda a preguntarnos: ¿esta piedra en el camino está allí para que quede tendido y derrotado o este obstáculo está puesto para permitirme aprender a fortalecerme y superar mis propios límites? Por medio del Reiki como herramienta de evolución puedes aprender que la fe en tus capacidades puede marcar la diferencia; ella alineará las sincronicidades unas a otras, encadenándose entre sí, para ponerte frente a tus objetivos, alcanzándolos.
La fe también nos conecta con nuestra voluntad y la firmeza necesaria que hará plasmar aquello que es fundamental en nuestras vidas. La fe permite sentirte fuerte, poderoso, con la capacidad suficiente de superación que te permite atravesar los embates de la vida exitosamente, puesto que sabes de manera consciente que ninguna circunstancia puede derrumbar tu fe. De esta manera, ya no eres una pequeña y desvalida persona víctima de las circunstancias, eres una parte de un Todo abarcador.
Con la fe como aliada eres consciente de tu energía vital, del poder existente en tu interior para remover las barreras que te impiden alcanzar tus más queridos sueños. A través del Reiki aprendemos a revitalizar, fortalecer e incluso purificar nuestra energía vital de toda energía negativa conectándonos con la fuente de Energía Vital Universal por medio de ejercicios en los cuales es fundamental prestar atención a nuestra respiración. Así, como lo expresa uno de los principios del Reiki, trabajando duro sobre mí mismo hará que pueda mantener en mi interior la luz, la energía positiva, que disuelve toda oscuridad.
Con la fe es posible creer en nuestros sueños sabiendo que cuando creemos podemos verlos materiarilizarse; así no es ver para creer (como piensa la mayoría) sino al contrario, cuando creo con certeza en lograrlo veo plasmado aquellos sueños que quiero en mi vida.
Cuando hay fe se elimina de raíz toda duda, toda desconfianza y toda necesidad de controlar la situación puesto que te entregas al natural fluir del Universo que te llevará siempre hacia aquello que es mejor para nuestra propia evolución, ayudándote a un aprendizaje adecuado de cada situación vivida.
La fe es aprender a confiar tanto en ti mismo, en tu propia energía vital, en tus propios dones y capacidades con las cuales naciste, como en la Energía Universal de la cual nos nutrimos a través del Reiki. Podemos ejercitar y armonizar nuestro chakra séptimo ubicado en nuestra coronilla para conectarnos diariamente con la fe, activando la glándula pineal; sentarnos durante el día a meditar y sentirnos agradecidos por todo lo que nos es otorgado, hará que ese poder en nuestro interior se vaya acrecentando.

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