Ciudad

Ladrillo a ladrillo

La escuela secundaria de Cabín 9 espera su edificio

La institución todavía está en obra y el Ministerio de Educación estimó que a mediados de abril podrán iniciarse las clases. Más de 500 alumnos comenzarían 45 días más tarde el ciclo lectivo.


Más de 500 alumnos de la secundaria Nº 574 del barrio Cabín 9 aún no comenzaron las clases a la espera del interminable final de obra del edificio que lleva casi una década en concluir. Incluido en el Plan Nacional 700 Escuelas, en el terreno ubicado en las calles Ombú y Las Gaviotas, del barrio de la zona oeste, según el Ministerio de Educación recién a mediados de abril comenzaría el ciclo lectivo. “Vamos a comenzar con nueve salones en la planta alta, dos salones para la dirección y para reunión de maestros, se techó el tinglado para el sector donde se hará educación física, también se habilitó un SUM y baños. Y estamos a la espera de que el Ministerio venga a colocar los bancos y pizarrones”, explicó a El Ciudadano la directora de la institución, Amelia Paz.

En la provincia de Santa Fe quedaron inconclusos tres edificios contemplados dentro del Plan 700 Escuelas que comenzó en el año 2005: un jardín de infantes en Recreo, otra escuela en el norte y la secundaria Nº 574 de Cabín 9. Esta última es la única que está a punto de finalizar por la movilización de la comunidad educativa, donde maestros, padres y alumnos visibilizaron en los medios el abandono del edificio, luego de que la empresa F&G, que ganó la licitación, dejara la obra paralizada en el año 2008. Desde entonces, el barrio fue testigo de cómo fueron “desapareciendo” puertas, ventanas, sanitarios y otro mobiliario de la obra inconclusa. Y por si fuera poco, familias sin hogar ocuparon las aulas.

La lucha de maestros y padres

La lucha tuvo a maestros como Higinio Chimenti, que encabezó la denuncia de abandono del establecimiento y presionó para que el gobierno provincial se hiciera cargo de terminar la obra y llamara a licitación nuevamente para que se finalice. “El lunes pasado vino gente del Ministerio para ver el estado de los trabajos y calculan que en un mes más, es decir a mediados de abril, comenzarían las clases. Hay mucha gente trabajando para terminarla lo antes posible, pero los plazos se estiraron”, explicó el docente.

Fue la fuerte presión de docen tes, directivos y padres que viajaban a Santa Fe a reclamar, lo que detuvo el deterioro.  Ellos estuvieron presentes en el momento que se abrían los sobres de licitación, y también pelearon para que hubiera vigilancia para impedir una nueva ocupación del predio después de que fuera desalojado. “Hasta había un «vivo» que alquilaba los salones como habitaciones, y tuvo que intervenir el municipio de Pérez para el desalojo”, recordaron.

Dar el presente

Amelia Paz tiene 48 años y nació en Cabín 9, en el seno de una familia humilde. Madre soltera a las 17 años, afrontó adversidades que fue sorteando, y hoy es la directora del secundario: “Yo misma me pongo de ejemplo para los chicos, les digo que se puede, que hay que terminar la secundaria y para nosotros es un orgullo muy grande cuando algunos de los muchachos sigue una carrera universitaria”, dice. En 2011, cuando accedió al cargo, terminaron el 5º año 11 alumnos. “El año pasado terminaron 26, y este año se incrementó la matrícula para tercer año”, refiere con orgullo.

El crecimiento del número de estudiantes es un dato clave para la zona. “Hay conflictos en el barrio entre bandas, y los chicos son víctimas. Tenemos una alumna que es hija de una persona que vendía droga en un búnker, a ella le pegaron un tiro y no camina más, quedó parapléjica. La Gendarmería no entra, sólo lo hizo un par de veces nada más. Deberían venir y recorrer más seguido”, agrega la directora, quien relata con preocupación el crudo panorama.

Vuelta al cole

Hoy, unos 500 chicos entre 13 y 17 años están sin clases en uno de los lugares más vulnerables de la ciudad. Desde el Ministerio de Educación apuran los trabajos para poder llevar bancos y pizarrones y que la Nº 574 finalmente arranque como lo que se proyectó una década atrás.

Y con la esperada inauguración, también se buscará elegir el nombre, que dejará completa a la institución. “En algún momento se pensó en los hermanos Juan Carlos y Miguel Ángel Gauseño, maestros de Cabín perseguidos y asesinados en la década del 70. Pero hay un salón de la primaria que los recuerda. Así que será un trabajo que haremos junto a los alumnos, igual que el logo de la escuela. Por ahora sólo somos la 574”, concluyó Amelia Paz.

“Yo tengo la misma historia que ellos”

Amelia Paz fue madre a los 17 años y sola siguió adelante con los estudios, se recibió de maestra y llegó a ser directora de la secundaria en el barrio que la vio nacer. Y su esfuerzo a futuro parece tomar muy en cuenta su propia historia. “Se bajó la estadística de embarazos en chicas menores a 17 años”, sostiene. “Antes, por año, había en la escuela entre 10 y 15 embarazos; el año pasado sólo tuvimos un caso, y mayores de 17, puede haber dos. Se habla mucho de cómo se tienen que cuidar, sobre las enfermedades sexuales y cómo evitar los embarazos. Desde que me hice cargo en 2011, hago mucho hincapié en el tema”, completa.

“Yo tengo la misma historia que ellos –marca Amelia–. Fui madre soltera y nunca bajé los brazos. Siendo de familia humilde, eso no me limitó para seguir estudiando. Hablo mucho con los chicos y les digo que un hijo no es impedimento para dejar la escuela. El camino lo marca cada uno, si uno  tiene ganas de progresar lo va a hacer”.

Reclaman comedor

El maestro de grado Higinio Chimenti, conocedor de la realidad de Cabín 9, traza un perfil de los niños que tiene como alumnos en la Escuela Primaria Nº 1.209 “Provincia del Chaco”. “Nosotros tenemos en la escuela primaria a los hijos del 2001, 2002 que hoy tienen 10, 11, 12 años, a los pibes que en el primer año de vida les faltó comida, estímulo y han quedado con secuelas”, advirtió. “En 2001, éramos testigos de cómo madres se peleaban por basura del comedor… Con 600 raciones y dábamos de comer a 1.500 pibes”, recordó. Y concluyó: “La escuela secundaria de Cabín no tiene comedor, no les van a dar de comer y es una falta de respeto. Igual que en la nueva escuela Pocho Lepratti, en Entre Ríos y Circunvalación, que cuando fui y pregunté, me dijeron que no tenía. Que en una escuela de barrio Las Flores no haya comedor es un genocidio”.

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