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Pasajeros en trance

La era Milei: la idea de Javkin es subir el boleto cada dos meses por inflación y acoplar bicicletas

El Ejecutivo envió al Concejo Municipal –encargado real de fijar el cuadro tarifario– el proyecto, que deja atrás hasta el estudio de costos: las facultades delegadas se aplicarían de forma “automática” en base al Indec. Otro artículo pasa de media a una hora el uso gratis de las bicicletas públicas


“El Departamento Ejecutivo Municipal se encuentra autorizado a actualizar de manera automática en los meses de enero, marzo, mayo, julio, septiembre y noviembre de cada año la tarifa del transporte urbano de pasajeros, considerando el último estudio de costos elaborado por el Ente de la Movilidad de Rosario”, dice el primer artículo del proyecto de ordenanza girado por el intendente Pablo Javkin al Concejo Municipal. Y el segundo artículo precisa que la idea para 2024 es que los valores se actualizarán “tomando en cuenta a tal efecto la variación acumulada de los dos meses previos y que se encuentren publicados al momento de la actualización del Índice de Precios al Consumidor Nivel General de la Región Pampeana” publicado por el Indec. La decisión implica es que las actuales facultades delegadas a la Intendencia pasarían práctica y “automáticamente” a la Casa Rosada, ya que se plantea un ajuste en espiral atado no ya al Estudio de Costos local que elabora el Ente de la Movilidad, sino al impacto de las medidas económicas del gobierno del presidente Javier Milei. Como contrapartida, el mismo proyecto plantea una modificación de un artículo, el 8º de la ordenanza de Bicicletas Públicas, para pasar de 30 a 60 minutos el uso gratuito del sistema.

El Ejecutivo presentó este jueves en el Palacio Vasallo el proyecto de ordenanza donde se busca actualizar el precio del boleto de forma bimestral, de manera automática y atado a la evolución del Índice de Precios al Consumidor, un día antes de la aplicación de la nueva tarifa de 240 pesos.

La sola existencia del proyecto expone que el reajuste se considera insuficiente aun antes de ser aplicado, además de evidenciar el efecto previsto de las medidas anunciadas a nivel nacional en la dirección de quita de subsidios a todos los servicios públicos, aunque a la par se crea uno nuevo y oneroso para empresas importadoras que tienen deudas. En su discurso grabado, el ministro de Economía, Luis Caputo, sólo se refirió al tema de subsidios al transporte mencionando la inequidad del área metropolitana de Buenos Aires respecto al interior, pero sólo para anticipar el aumento del boleto que sobrevendrá en Capital y Gran Buenos Aires con una quita de subsidios.

A nivel local el último estudio de costos corresponde a octubre de este año, y arrojó un valor de $427,39, que con la aplicación de subsidios y alternativas se redujo al boleto de $185, “un 131% por debajo del costo del funcionamiento”. Pero ahora, con la devaluación que puso el valor del dólar oficial en 800 pesos, el salto en los precios de los combustibles, la aplicación de otras medidas sobre bienes importados que pueden impactar en repuestos, todo es incertidumbre. Es que una de las variables es el índice de pasajeros transportados por kilómetro, que en todos los estudios de costos de 2023 (bimestrales) fueron a la baja. En otras palabras, si hay menos pasajeros, el sistema es más caro. El índice cayó al mínimo durante la pandemia de coronavirus, impactó en el estudio de costos después de la cuarentena obligatoria y se declaró la Emergencia en el transporte urbano de pasajeros. Tras la masiva vacunación de la población y el levantamiento de las restricciones se recuperó pero no a los valores anteriores, y desde allí comenzó su descenso este año.

Para dar un recorte, el índice de pasajeros transportados por kilómetro era de 2,6 en en junio de 2015; de 2,5 en junio de 2016; 2,34 en el mismo mes de 2017; 2,24 en 2018, y 2,18 en junio de 2019. A mitad de 2020 era de 1,76; en junio de 2021, de 1,09 y en junio del año pasado de 1,52. Este año, tras una recuperación, volvió a ese mismo índice.

Con caída de pasajeros, el riesgo es que todo el sistema se torne insustentable de nuevo, ahora no por una crisis sanitaria global sino por la política económica doméstica.

Sin claridad sobre cómo se va a aplicar –y ni siquiera si se va a aplicar– la declaración en la campaña electoral del ahora jefe del Estado sobre subsidios aplicados a los pasajeros y no a las empresas, el artículo 3º del proyecto da un panorama de cómo podría evolucionar la situación. Es el que modifica la ordenanza 9.030, de creación del Sistema de Bicicletas Públicas. El cambio afecta al artículo 8º, referido al “costo del servicio”, y sube el período de uso gratuito de 30 minutos a 60 minutos .Además, agrega una cuarta modalidad, “ocasional” a su uso, que abarcaba una suscripción diaria, mensual y anual. Esta última cobra dimensión en el artículo 4º del proyecto, que habilita al Ejecutivo municipal a hacer gestiones para combinar, por ejemplo con trasbordo, entre bicicletas y colectivos: el fin es una “integración tarifaria” entre ambos que dé una chance más de movilidad a usuarias y usuarios que recibirán los golpes y que no pueden prescindir del transporte urbano, sea a motor o a pedal.

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