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La empatía, nueva fórmula para el futuro del planeta

El economista norteamericano Jeremy Rifkin, autor de obras como El fin del trabajo y El sueño europeo, advierte en su libro La civilización empática sobre la necesidad de generar una conciencia planetaria que revitalice la economía y acabe con la progresiva destrucción del planeta.

El economista norteamericano Jeremy Rifkin, autor de obras como El fin del trabajo y El sueño europeo, advierte en su libro La civilización empática sobre la necesidad de generar una conciencia planetaria que revitalice la economía y acabe con la progresiva destrucción del planeta.

En su nueva obra –publicada por el sello Paidós– Rifkin analiza la evolución de la empatía, una capacidad que ha ejercido una poderosa influencia en el desarrollo del planeta y que, según su teoría, determinará nuestro futuro como especie.

La civilización empática plantea la visión radicalmente nueva de la naturaleza humana que están poniendo de manifiesto la biología y las ciencias cognitivas, y que es motivo de controversia entre los círculos intelectuales, la comunidad empresarial y las esferas gubernamentales.

En su papel como asesor de diversos jefes de Estado como Angela Merkel o José Luis Rodríguez Zapatero y empresas de todo el mundo, Rifkin ha llegado a la conclusión de que el debate global sobre la crisis económica actual, la seguridad energética y el cambio climático debe ir más allá de los incentivos de mercado, las soluciones empresariales novedosas y las sanciones, códigos y estándares gubernamentales.

El ensayista describe el nacimiento de un nuevo sistema económico (la Tercera Revolución Industrial) que inaugurará una era de “capitalismo distributivo” y el inicio de la conciencia biosférica: “Nos encontramos en la cúspide –sostiene– de un giro de proporciones épicas hacia un reposicionamiento fundamental de la vida humana sobre el planeta”.

Rifkin analiza la historia del desarrollo de la empatía humana, desde el surgimiento de las primeras grandes civilizaciones teológicas hasta la etapa ideológica que imperó en los siglos XVIII y XIX, así como la era psicológica que caracterizó buena parte del siglo XX.

Entre otras ideas, el economista señala que recientemente se han registrado dos grandes colapsos que han marcado el fin de la era contemporánea: el que se produjo en julio de 2008 cuando el precio del crudo alcanzó en los mercados un récord histórico de 147 dólares el barril, y el fracaso de la cumbre del clima celebrada el pasado diciembre en Copenhague, de la que el mundo salió sin un acuerdo que asegure la sostenibilidad del planeta.

El autor atribuye este fracaso a la concepción que los políticos y los estados inspirados en pensadores ilustrados como Locke o Adam Smith tienen del hombre y su esencia: ambición y utilitarismo que busca un ilimitado progreso material a costa del agotamiento de recursos.

Según esta visión, el ser humano sería egoísta y materialista y buscaría el progreso a cualquier precio, algo que Rifkin niega basándose en las modernas teorías de los científicos sociales, que están revisando la historia a partir de “una lente empática” que dejaría ver que la evolución no se explica tan sólo por el dominio de los recursos, sino también por el incremento de la empatía entre los seres humanos.

¿Cuál es la fórmula para crear una economía compatible con el desarrollo sostenible de la biosfera? El autor habla de una tercera revolución industrial basada en la convergencia de la energía y las nuevas comunicaciones, ya que la revolución de internet iría de la mano con la diseminación de las energías renovables haciendo posible una economía sostenible.

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