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La economía circular como un nuevo modelo de producción sustentable

En Arroyo Seco se desarrolla la primera experiencia del país sobre un modo de producción alternativo al actual proceso de economía lineal, en el que se reutilizan los desechos industriales de las actividades en un nuevo proceso productivo

Melisa Giancrisostomo

En la ciudad de Arroyo Seco se desarrolla la primera experiencia del país en economía circular. Se trata de un modo de producción alternativo al actual proceso de economía lineal, reutilizando los desechos industriales de la actividad en un nuevo proceso productivo.

Las empresas Calzín S.A, dedicada a la cría de cerdos y Worms Argentina S.A, que trabaja el reciclado de caucho, se fusionan en un mismo capital accionario con el objetivo de producir sin eliminar ningún residuo industrial.

En contraposición con el paradigma dominante de la economía lineal, la implementación del modelo circular es un nuevo modelo de desarrollo sustentable, amigable con el medio ambiente, y se da a través del reciclado y la reutilización de todos los residuos que se generan en el proceso de producción.

Gustavo Calamari, representante de ambas firmas, no se considera un pionero en la economía circular “pero sí un fiel representante”. Explica que la economía circular es una estrategia económica y productiva donde interviene  la responsabilidad de los productores y la concienciación del consumidor en un cambio de paradigma en la generación de residuos que supera el actual concepto de reciclaje: “Hay que cambiar el eje de discusión a lo que residuos se refiere. Cuando yo era chico, ir a comprar una gaseosa significaba llevar un envase de vidrio retornable. Después se instalaron las botellas de plástico como una forma habitual de consumo, y nadie planificó qué hacer con las que se descartan. El 80 % de los envases que se venden son descartables. Y solo el 1 % se recuperan. El 90 % de los residuos se puede tratar y actualmente sólo se recupera el 8 %. Hay que cambiar este concepto de desechar el 90 %  de la basura o los residuos industriales y recuperarlos en materia prima para nuevas cosas. Cuando la cultura de la economía circular esté en marcha, este concepto va a cambiar”.

Reciclado de cauchos de cualquier tamaño

Con Worms Argentina S.A, Calamari comenzó a trabajar en el tratamiento y disposición final de residuos sólidos y líquidos para terceros. Este año incorporaron el proceso de recuperación industrial de neumáticos y es la  primera empresa de Latinoamérica en tratar el reciclado de cauchos de distintos diámetros: “Reciclamos desde un simple neumático de bicicletas hasta  gomas de minería que pesan 3.200 kilos y miden cuatro metros de diámetro”.

El material de fabricación de los neumáticos (caucho) lo convierte en un problema medio ambiental de primer orden en todo el mundo. Se estima que en el país se generan 130 mil toneladas de neumáticos al año que terminan incineradas o enterradas: “Desde que empezó la minería en el país no hay una sola empresa que recicle los neumáticos de las máquinas mineras. ¿Dónde están esas gomas? Enterradas. Cuando uno cambia las gomas del auto, las viejas se las dejás al gomero. ¿Qué hacen con esos neumáticos? ¡No saben qué hacer! Se les acumula y los terminan tirando. Entonces nos encontramos que en todos los municipios del país el caucho es basura y es el material más inflamable en los basurales a cielo abierto”.

Worms firmó convenios con más de 200 municipios y comunas de todo el país donde abrieron centros de acopio de neumáticos en desuso. Hoy reciben neumáticos desde Jujuy a Tierra del Fuego, donde se separan en tres componentes: el alambre, el caucho y la tela. La tela se usa como combustible alternativo; el acero se vende; y el caucho es triturado y se reutiliza como materia prima para baldosas, lomos de burro, césped sintético y tejas; entre otras utilidades: “El neumático de un camión por sí solo no tiene ningún valor. Nosotros lo transformamos en un nuevo producto, generando un problema menos en el ambiente y con más fuente de trabajo” sintetizó.

Avanzar con políticas activas que fomenten la sustentabilidad ambiental será clave para contribuir en un tránsito hacia la economía circular. En Argentina esta transición está comenzando tibiamente. Hace ocho años se debate en la legislatura nacional la Ley de Neumáticos Fuera de Uso, que busca responsabilizar a los fabricantes de la basura que generan los neumáticos y proponen la gestión y reciclaje para impulsar una nueva industria nacional de empleo verde.

El proyecto de ley viene a suplir la ausencia de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), por la cual el fabricante debería asumir el compromiso de realizar un seguimiento hasta el final del ciclo de vida del mismo. Un ejemplo de esto sería una campaña de reciclaje de neumáticos por la cual el fabricante acepte los usados como parte de pago.

Reutilización de los efluentes en fertilizantes orgánicos

Calzín S.A cría 20 mil cerdos bajo el sistema de cama profunda. Es la única empresa de cría de cerdos  en el país que no genera residuos porque no fue creada para la venta de carne de cerdo sino más bien para la reutilización de los efluentes en fertilizantes orgánicos: “En un momento pensamos en tratar los efluentes de los distintos criaderos de cerdos pero en el 99 % de los casos se  hace uso y abuso de antibióticos, entonces el efluente no es el que necesitamos. En la sanidad animal empezamos a trabajar con probióticos de nuestro propio laboratorio en vez del uso de antibióticos y con los efluentes hacemos el compostaje con el que alimentamos a las lombrices, de donde sacamos el humus que utilizamos como abono orgánico”.

En Calzín, la economía circular se aplica en todo la cadena de producción: “Con la guerra de Rusia la urea (fertilizante) se disparó; el maíz aumentó y el valor de la carne de cerdo se planchó. Yo no estoy a merced de los cambios económicos porque controlo toda la cadena de producción. Sembramos trigo con nuestros fertilizantes orgánicos y obtuvimos un rendimiento por encima de la media nacional y sin utilizar ningún producto químico. También producimos trichoderma que es un fungicida que permite controlar hongos fitopatógenos. La calidad de maíz repercute en la sanidad del animal, que nos permite tener estándares internacionales y firmar convenios con las primeras marcas de supermercados”.

Gustavo Calamari asegura que la economía circular aplicada a la producción agrícola genera beneficios en rendimiento y se traslada en costos y rentabilidad: “Un pequeño productor puede hacer economía circular y va a crecer. Yo no soy un talibán de lo orgánico pero se puede producir orgánicamente el 60 por ciento de los insumos. Hay que hacer docencia con el productor para este cambio de paradigma hacia lo agroecológico. Nos decían que necesitábamos una súper producción de soja y maíz porque el mundo tiene hambre. El mundo sigue teniendo hambre y seguimos contaminados por los químicos que se le ponen al suelo, con tierras menos fértiles y aguas contaminadas”.

Y la circularidad de este esquema virtuoso se cierra en la complementación de Worms y Calzín. Con el desecho líquido de los cerdos generan biogás, que actualmente cumple una función térmica de calor en las naves. Pero la proyección es generar 4 megas de electricidad para alimentar a su par Worms Argentina S.A: “Para poner en funcionamiento toda la planta necesito 1 mega de energía que la EPE no me da. Pedimos un crédito al Banco Mundial y vamos a armar una planta que genere 4 megas. Dos megas lo vamos a vender y 1 mega lo vamos a donar a instituciones de la ciudad. Aparte las bacterias eólicas que produce el gas dejan en ese digestato un fertilizante espectacular” comentó.

Además en tres meses proyectan instalar una planta potabilizadora de agua para tratar los residuos líquidos que se genera como residuos en el proceso de producción. La planta estará ubicada frente al predio de Calzín y tendrá una capacidad de filtrar 60 mil litros por día mediante nano filtración.

La sobreexplotación de los recursos naturales y la generación de residuos que genera el planeta ponen en riesgo el equilibrio de nuestro ecosistema. Un informe reciente del Banco Mundial nos alerta que para 2050 la población mundial alcanzará los 9.600 millones de personas y si seguimos consumiendo al ritmo actual, en unos años necesitaremos los recursos equivalentes a tres planetas.

“Estamos en una sociedad de consumo donde te obligan a consumir y tirar para comprar uno nuevo. Hay que pensar en las generaciones futuras,  en dejarle un planeta más sustentable. Todos tenemos que hablar de economía circular y aplicarla desde la casa. Todo tiene que volver nuevamente al circuito. Hay que hacer docencia de este cambio cultural porque vivimos como si el humano tendría otro planeta para vivir, y no lo tenemos”.

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