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La crisis económica en Europa empuja medidas antiinmigración

La expulsión de gitanos en Francia es el último episodio de una persecución paulatina en Europa contra los miembros de esa comunidad.

La expulsión de gitanos en Francia es el último episodio de una persecución paulatina en Europa contra los miembros de esa comunidad. La medida, que generó más adeptos que férreos detractores, revela el creciente aval de las ideas de extrema derecha y de los discursos antiinmigración en el continente.

En varios países miembros de la Unión Europea (UE), los partidos ultras forman parte destacada de la coalición al mando. Tal es así que en Italia la alianza del gobierno con la xenófoba Liga Norte (LN) provocó la escisión del bloque más moderado del partido oficialista, Pueblo por la Libertad (PDL).

Este ejemplo forma parte de un fenómeno que alteró las bases políticas de grandes partidos que temen perder respaldo popular en tiempos de una crisis económica generalizada. Y en momentos de recesión, las que cotizan son las medidas contra los inmigrantes.

“El clima que se está creando en Europa es un reflejo de la crisis económica, cuando falta el dinero estorban los más débiles”, afirmó a El Ciudadano Antonio José Heredia Ortega, miembro del Concejo Estatal del Pueblo Gitano de España. “Cuando su estabilidad tambalea estorban los más débiles” aseveró.

Desde 2007, Francia, Italia, Eslovaquia, Hungría, República Checa ya llevaron a cabo sendos operativos para repatriar a familias roms a Rumania y Bulgaria, países miembro de la UE y por consiguiente suscriptos al Tratado de Schengen, que avala la libre circulación de los ciudadanos comunitarios.

“Los resultados populistas que consigue ahora el presidente Nicolás Sarkozy y anteriormente había conseguido (el primer ministro Silvio) Berlusconi en Italia, nos preocupa mucho a los gitanos europeos” ya que “además del trato discriminatorio recibido nos utilizan como juguete para sus objetivos”, enfatizó el también secretario de la Unión Romaní española.

En mayo de 2008, en Italia se aprobó una ley que tipifica como delito a la inmigración ilegal y autorizó la expulsión de rumanos. Paralelamente al debate, ciudadanos de Nápoles incendiaban decenas de campamentos gitanos.

Dos años después, Sarkozy hizo propia la receta y ordenó el desmantelamiento de campamentos y la consiguiente deportación de sus habitantes. Desde enero a la actualidad ya fueron expulsados más de 9.000 gitanos, a quienes el mandatario les adjudica estar detrás del incremento del delito.

A pesar de que su política generó rechazo en la UE, varias ONG, intelectuales y la totalidad de los partidos de izquierda, Sarkozy logró un leve aumento de su castigada popularidad, hasta ubicarse en un 34 por ciento. En otro sondeo del diario Le Figaro, el 79 por ciento de los consultados le dio el visto bueno a sus medidas.

Sin embargo, la ONU brindó otros datos: su comportamiento no “sólo puede exacerbar el estigma de los romanís y la extrema pobreza en que viven “sino que además no logra disminuir la criminalidad”, subrayó la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay.

“Lo único que está claro es que en la política europea están sumergiendo partidos ultras, esto sí que es preocupante”, destacó por su parte Heredia Ortega. Austria, Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Holanda y Suecia son algunos de los países en los que las últimas elecciones la extrema derecha logró representación parlamentaria, todos con proyectos que endurecen las medidas migratorias.

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