Ciudad

Otra onda

La comida marcha sobre ruedas

Debutaron los food trucks en Rosario: ayer, en el marco de la feria Street Food, hubo tres camiones que mostraron cómo es la forma de comercializar alimentos. Todavía resta la reglamentación del Ejecutivo para su instalación definitiva.


Juan Pablo González trabajó como camionero en Estados Unidos durante ocho años. De su andar por las rutas de aquel país aprendió que un trailer o acoplado no sólo podía llevar comida sino también cocinarla y venderla en cada lugar donde se detenía. Con estética que remite a la mítica banda punk rock The Ramones creó uno de los primeros Food Trucks en la ciudad. Ayer tuvo su bautismo en una feria llamada Street Food, organizada por los empresarios gastronómicos de Pichincha, en bulevar Oroño entre Güemes y Wheelwrigth. Fue una primera prueba de lo que se perfila como una opción gastronómica al paso. La iniciativa para la llegada de este tipo de emprendimientos fue aprobada por el Concejo Municipal a mitad del mes pasado y todavía no fue reglamentada. Mientras tramita la licencia para trabajar vendiendo hamburguesas y quesadillas en distintos puntos de la ciudad, González habló con El Ciudadano y adelantó que ya piensan armar una suerte de agrupación de gastronómicos sobre ruedas.

Junto al camión de González otros dos food trucks frenaron a vender comida en el extremo del bulevar Oroño. En el marco de la tercera edición del Street Food, una iniciativa para promover la gastronomía en espacios libres, los camiones mostraron un adelanto de cómo funcionarán cuando esté en pleno funcionamiento la ordenanza que les permite trabajar.

Con la restricción de que deben estar a más de 200 metros de un restaurante y bar para una “sana” competencia, los responsables de los camiones de comida ya piensan dónde se instalarán. “Existen varios espacios: la zona entre los silos (donde funciona el Museo de Artes Contemporáneas) y Puerto Norte. El parque Scarabrini Ortiz, Fisherton, por ejemplo”, señaló González a este medio. Sin embargo, esa decisión, tal como publicó este medio, dependerá del municipio.

Otro punto a tener en cuenta, remarcó González, es el perfil de la comida a ofrecer. En su caso son hamburguesas, sanguches y quesadillas a precios que no superan los 70 pesos. “No todos vamos a vender lo mismo. Creo que cada uno tiene que encontrar su perfil”, explicó González.

La ordenanza que permite el funcionamiento de los camiones de comida se votó a mitad del mes pasado, con polémica incluida, y está en etapa de reglamentación. La tarea recae en el Ejecutivo municipal.

Uno de los promotores de la normativa, el concejal Carlos Comi, le dijo ayer a este medio: “Todavía no hay ningún camión habilitado como food truck. (Los que se presentaron ayer) tienen otro tipo de permiso. Está en manos del Ejecutivo, que luego debe llamar a los interesados a inscribirse”.

Según la ordenanza, que llegó tras un arduo debate, los food trucks sólo podrán comercializar alimentos y bebidas acreditando que la procedencia de los productos o sus insumos, provengan de establecimientos debidamente registrados y habilitados.

Al paso

En diálogo con El Ciudadano, Germán Brunner, uno de los organizadores de la jornada donde se probó el funcionamiento de los camiones de comida, llamada Street Food, explicó que la de ayer fue la tercera edición de este tipo de feria al aire libre. “Buscamos promover la comida callejera de calidad. Calculamos que pasaron unas 12 mil personas”, detalló el organizador. La feria contó con 14 stands, además de los novedosos camiones de comida.

Comentarios