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La CGT Rosario al borde de un cisma peligroso

por Carlos Duclos

Por estas horas, y mientras el lector lee esta columna, Néstor Ferraza, el hasta ahora secretario general de la CGT Rosario y titular del gremio de los Municipales, está reunido con el titular de la CGT nacional, Hugo

Moyano. ¿El motivo del encuentro? Tratar de llegar a un acuerdo para que al fin se salven las diferencias que aparecieron cuando el secretario general del Sindicato de Camioneros de Rosario, Dainotto, apareció como candidato a ocupar la titularidad de la central obrera rosarina, obstaculizando la continuidad de Ferraza.

El reciente congreso llevado a efecto en el Sindicato de la Carne días pasados, como se sabe, terminó en una prórroga, es decir en nada. No porque Ferraza no contara con la fuerza suficiente como para imponer su figura y el triunfo (lo respaldan los gremios más importantes), sino porque quien irrumpió en la escena es un hombre de Moyano y nadie quiso en ese momento poner “al Hugo”, o “al Negro”, como le dicen, en el ridículo que uno de su propio gremio perdiera escandalosamente nada menos que en Rosario.

Un papelón semejante dejaría mal parado a Moyano, quien tiene no sólo un proyecto gremial, sino político, aunque en este último aspecto nadie se atreva a decirle, según parece, que está destinado a un verdadero fracaso. La verdad sea dicha, el elector argentino no quiere saber nada, ni que le hablen, de la candidatura de Moyano para ocupar cargos en la función pública. ¿Por qué pues insiste el titular de la CGT con esta propuesta política? Las razones son las de siempre: armado de estructuras para negociar y para disputar con más herramientas los espacios de poder. Eventualmente ofrecer las estructuras armadas a otros sectores políticos, pero nada más. Es decir, las mismas estrategias que son de rigor en el plano político argentino, comunes a los idearios de derecha, centro e izquierda y que han sumido a la sociedad en una crisis de valores preocupante.

Lo cierto es que en Rosario la disputa que se ha generado entre sectores gremiales poderosos, que no quieren “por el momento” oponerse a Moyano, y entre aquellos débiles que sólo cuentan con el guiño de éste, puede terminar en una fractura si no hay acuerdo. Varios gremialistas fuertes han dicho ya, sin pelos en la lengua, en reuniones reservadas, que “si Dainotto es secretario general de la CGT nos vamos”. No son pocos.

Si bien es cierto que Ferraza y quien le sigue en la conducción, Edgardo Arrieta, son seguidores de la conducción nacional de la CGT, hay quienes aseguran que “la aparición de Dainotto como candidato es una creación “del Hugo”. Nadie quiere tragarse la pastilla de la declamada neutralidad de Moyano en esta elección, porque sospechan que la cápsula tiene una buena dosis de veneno.

Es que el mandamás de la CGT nacional parece que quiere en Rosario a un hombre de su propio gremio.

En las últimas horas, ha comenzado a circular la versión según la cual si no hay acuerdo entre los dos candidatos actuales (Ferraza-Dainotto) se recurriría a una tercera alternativa. ¿Será la solución? Fuera del peronismo, se siguen las alternativas con mucho interés. No falta quien piense, y con razón, que algunos sectores políticos no peronistas pueden pasar con la ambulancia a recoger y sanar a los heridos que podrían ser muchos y poderosos.

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