Todos los ríos de la Cuenca del Plata están en bajante; desde el Paraguay, el Uruguay y el Iguazú hasta el Paraná. Y si no hay lluvias las aguas seguirán en descenso, complicando la navegación comercial, la única habilitada por la cuarentena a excepción de operaciones y patrullajes, transporte y pesca. Así lo estimaron desde el Instituto Nacional del Agua, el Inta y Prefectura Naval.
Según advirtieron los entes públicos, a las demoras en los puertos por falta de calado se le suman las implicancias locales para la navegación y conectividad de pobladores ribereños y de islas en su sustento de pesca. Además, ya comenzó a complicar el funcionamiento de las tomas de agua en plantas potabilizadoras.
La altura sobre el puerto de Rosario de este martes era de apenas un metro, contra los 3,30 metros para la misma fecha del año pasado, según la dirección de Hidráulica de Entre Ríos. En lo que va del mes, el descenso del nivel fue de medio metro.
El fenómeno se da en todo el curso. A la altura ciudad de Santa Fe se puede ver la envoltura de protección del Túnel Subfluvial, aunque las autoridades destacaron que la estructura de paso no está en riesgo.
A la altura de la ciudad correntina de Esquina, boyas de navegación quedaron apoyadas en la arena, como la marcada con el número 852, por el retiro de las aguas.
Hasta las Cataratas del Iguazú dan una muestra clara de la falta de lluvias de la cuenca, con sus saltos sin la potencia acostumbrada.
El Inta informó que las lluvias del de este lunes en el extremo norte del NEA y en Paraguay no brindaron un significativo aporte al caudal. Se esperan, pero con escasa probabilidad, nuevas precipitaciones en la cuenca media y alta luego recién en la segunda quincena de abril y en mayo.
La voz de Defensa Civil
La altura del río Paraná en Rosario quedó este martes en 1,05 metro. Según el pronóstico del Instituto Nacional del Agua (INA), se espera una bajante hasta los 98 centímetros para el 14 de abril. Y de 0,90 metro para el 21 de este mes.
“Hasta fines de abril va a seguir descendiendo de manera lenta. No se espera un repunte a corto plazo”, dijo a El Ciudadano Gonzalo Ratner, subdirector de Defensa Civil.
El funcionario recordó que en mayo de 2009 la altura del Paraná llegó a un metro. “Desde septiembre del año pasado los niveles del río se mantienen muy bajos. Nunca retomó a sus valores normales”, marcó.
Ratner advirtió que los actuales son valores inéditos, no sólo por la altura sino por el período. “Son muchos meses con niveles muy bajos. Está pronosticado un déficit de lluvia para este otoño, tanto en Argentina como para el sur de Brasil. Eso significa que la altura del Paraná se ve influenciada por ese motivo”, relató.
No es que se cierran las represas y no pasa el agua, sino que funcionan como retardadoras. Y al no pasar el agua no generan energía. Por eso se retrasa la llegada del agua hacia el Paraná, explicó el funcionario.
La cuenca del Paraná tiene miles de kilómetros y nace en el sur de Brasil. “Lo que mayor caudal aporta al río es la cuenca que está en el territorio brasileño y eso hace que se mantenga bajo el nivel acá. Por más que repunte por lluvias, va a tardar un tiempo en volver a la situación normal en Rosario. Es decir, en poder recuperar ese caudal de agua”, especificó el subdirector de Defensa Civil.
Actualmente, la navegación recreativa está prohibida por la cuarentena. También lo están las actividades en la costa. “No creemos que cambie en el corto plazo. Si se flexibilizan algunas actividades, la recreativa no va a estar incluida”, sostuvo Ratner.
En el caso hipotético de que puedan salir las embarcaciones al río se correrían serios riesgos por la altura del Paraná. “Muy pocas guarderías náuticas pueden funcionar con esta altura del río. No habría forma de bajar la embarcación. Y las que pueden hacerlo tienen que tomar recaudos porque cambió la geografía de la costa”, manifestó Ratner.
Y amplió: “Hay bancos de arena que habitualmente no estaban y en algunos casos están sumergidos”.
En referencia a los puertos, Ratner explicó que los barcos que transitan en las aguas del Paraná hacen sus maniobras más lentas porque tienen que tomar mayor precaución por la bajante: “Además la carga que llevan es mucho menor que la de costumbre. No pueden cargar la capacidad total del barco. Se pierde dinero porque no transportan la capacidad máxima. Es decir, que lo que más afecta la bajante es a nivel comercial”.
Guarderías complicadas
“Hace más de 20 años que no pasaba esto. La bajante del río es extraordinaria”, dijo Hernán, directivo del Club Remeros Alberdi, de zona norte al programa De 12 a 14, de Canal 3.
Según el Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de Santa Fe, el río bajó casi un metro en los últimos 18 días: en marzo pasado el nivel llegaba a 1,99 metro.
El Club de avenida Puccio 150 es una de las tantas guarderías que tiene Rosario. “No estamos preparados para operar en esta altura. En el resto de las guarderías náuticas pasa lo mismo. Hay poca agua y no se puede dragar (además es muy costoso) porque estamos en cuarentena”, explicó Hernán.
El directivo club de zona norte, explicó que “hay que estar aproximadamente en dos metros de cota para operar en la guardería de lanchas y, dependiendo de las características de cada barco, se necesita estar arriba de los 2,50 metros”.
Y agregó: “Puede estar influyendo que Brasil está haciendo cargas de embalses de represas y el caudal que está llegando está reducido por este motivo”.”
“En estas condiciones y con esta altura del río, es imposible navegar”, concluyó.
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