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La autonomía municipal se juega en la interna radical

En el medio de posturas disímiles, el 6 de agosto la UCR decide si avanza con la ley o la subordina a la reforma.

Por: Daniel Zecca

El debate sobra la autonomía municipal y la reforma constitucional, y la interrelación entre ambos temas, no resulta novedad para nadie en la provincia. En los últimos 20 años provocó tantos ataques y contraataques en la disputa PJ-PS que ya nadie sabe quién quiere y quién no quiere, quién puede y quién no puede, quién sabe y quién no sabe. Lo que es peor, los ciudadanos en general no saben hasta dónde podría mejorar realmente sus vidas la tan mentada autonomía.

Sin embargo, abstraída de tanto curriculum dialéctico, la historia más reciente dice que en diciembre el gobernador envió un mensaje a la Legislatura para tratar en sesiones extraordinarias un proyecto sobre autonomía municipal pero que en mayo, en su discurso de inauguración del período ordinario de sesiones, decidió archivarlo e ir por una reforma constitucional que la incluyera.

Esta contradicción, una más de las que se dieron de los dos lados a lo largo de este prolongado debate, permitió un avance de la estrategia del PJ, que fue por todo con su mayoría en el Senado y dio media sanción a un proyecto de autonomía propio.

Ante esta sanción, a la que el senador del PJ Ricardo Spinozzi calificó de “histórica”, la respuesta del gobierno fue muy clara: “En Diputados no pasa”, dijeron, y todos dieron por cerrado el tema, hasta que aparecieron los socios radicales, quienes se permitieron analizar la posibilidad de acompañar una ley de autonomía municipal.

Declaraciones salidas desde el grupo radical denominado “Universidad”, cuyo líder es el intendente santafesino Mario Barletta –y cuyos seguidores más conocidos son los diputados Darío Boscarol y Hugo Marcucci, la vicegobernadora Griselda Tessio y el ministro de Obras Públicas, Hugo Storero–, diciendo que era posible avanzar en la discusión de una ley de autonomía en tanto y en cuanto no resultara posible en el corto plazo avanzar con la reforma constitucional, pusieron en estado de alerta al socialismo.

Sin embargo, al otro día, en un encuentro de intendentes y dirigentes radicales que se hizo en la capital provincial, empezó a jugar la interna de la UCR: se pusieron paños fríos y se decidió abrir un compás de espera, bajándole el tono a las declaraciones del día anterior y volviendo a subordinar la autonomía a la reforma constitucional.

La explicación de este ida y vuelta la dan algunos radicales por lo bajo. Si bien nadie quiere dejar de destacar el clima de “amor y paz” que rodea las charlas y debates entre correligionarios (hasta han logrado domar al díscolo concejal rosarino Jorge Boasso), impulsadas por el reverdecer del partido en el orden nacional y provincial, se sabe que hay diferentes grupos que a su vez entienden de diferente manera cuáles deberían ser las líneas de acción de cara a 2011.

Parece ser que ese día el sector del partido que está bregando porque la candidatura de Barletta se subordine a la organización partidaria, y más, al proyecto nacional del radicalismo, tratando de que se actúe orgánicamente y no impulsado por personalismos, sugirió bajar el tono a las declaraciones y obligó a aplazar una decisión para el próximo 6 de agosto, cuando el conjunto del partido tomará “la decisión que más convenga a todos los intereses que están en juego”. Eso será en un plenario de la Convención radical provincial que se realizará en San Javier.

Desde uno de estos sectores acusan a Barletta de estar sólo interesado en exponer su postulación a gobernador y de esquivar el debate de los temas hacia adentro del partido. “Lo único que le importa es su candidatura”, dijo a este diario un dirigente rosarino, que no deja de reconocer el posicionamiento del santafesino, pero que no quiere volver a vaciar el partido para correr detrás de las figuras.

Lo que decida el radicalismo este 6 de agosto será decisivo para el futuro de la ley de autonomía municipal. Los nueve votos que tiene en Diputados la UCR, más algunos probables que se podrían sumar entre los siete socios de partidos menores del Frente y los dos ex socios (José Tessa del MAP y Marcelo Brignoni del EDE), volcarían la balanza en contra del socialismo, que sólo tiene diez diputados propios en el recinto (habría que analizar qué pasa con los 22 votos del PJ, en sus distintas vertientes).

En la reunión de esta semana en Santa Fe entre intendentes y personalidades del partido quedaron claras dos cosas: que antes de avanzar con una ley, primero apuestan a agotar las instancias de la reforma constitucional, aunque sólo sea para cumplir con los formalismos. Para eso se comprometieron a acelerar la presentación del mensaje del Ejecutivo planteando los cambios en la Constitución. Segundo, que no se prestarían, en un tiempo tan importante desde el punto de vista electoral, a un juego donde el PJ aparezca como triunfador en la pulseada.

Si se analizan todas las alternativas posibles, es cierto que resulta difícil imaginar al radicalismo votando un proyecto de autonomía en contra de la posición del socialismo. Pero fueron los mismos radicales los que plantearon la posibilidad. Tal vez el envío del proyecto de reforma constitucional por parte del Ejecutivo –aunque desde el PJ se le haya bajado la persiana a esta posibilidad– descomprima la situación en el corto plazo, mientras se estiran los tiempos legislativos de análisis de la norma y su puesta a consideración de las mayorías especiales que se necesitan.

Probablemente sea así. Pero también es cierto es que las decisiones en el Frente empiezan a discutirse de otra manera, con un radicalismo que, con sus contradicciones internas a cuesta, empieza a marcar territorios que antes le estaban vedados.

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