Un nuevo juicio oral se desarrolla en los Tribunales provinciales. En esta oportunidad el debate gira en torno de la muerte de Osvaldo Hugo Colman, un hombre de 54 años que fue acuchillado en 45 oportunidades y ahorcado en su vivienda de Granadero Baigorria en julio de 2010. A juicio llegó una transexual acusada de homicidio calificado por ensañamiento y hurto, quien luego de brindar sus datos personales fue consultada por el presidente del tribunal pluripersonal Julio César García –que es acompañado en el debate por sus pares Mónica Lamperti y Carlos Curto– sobre la posibilidad de llamarla por el nombre femenino que adoptó, es decir Regina, lo que fue asentido por la acusada. Ante ello y en base a la ley de género, el presidente dispuso que durante el trámite se cite a la imputada con dicho nombre, quien enfrenta una acusación que tiene como pena prisión perpetua.
La imputada llegó al recinto ubicado en el primer piso de Tribunales vestida con jean y campera deportiva. Con una altura considerable, la joven de 26 años se sentó junto a sus defensores y esperó el inicio del trámite. La primera en tomar la palabra fue la fiscal Nora Marull, quien brindó un fuerte alegato de apertura que incluyó imágenes de la víctima. En su relato, sostuvo que Regina mató brutalmente a Osvaldo Colman, circunstancia en la que afloró su personalidad sádica, donde no sólo tuvo el deseo de matarlo sino de hacerlo sufrir, sostuvo la fiscal.
Marull afirmó que el 25 de julio de 2010, en la casa de la víctima emplazada en Granadero Baigorria, la acusada tomó dos cuchillos y le causó múltiples heridas superficiales a Colman, que trató de defenderse. La funcionaria sostuvo que Regina le profirió 45 cuchillazos al hombre, ninguno de ellos letal, con la intención deliberada de aumentar su dolor. “Fue despiadada”, relató la funcionaria, para luego “ahorcarlo con una sábana”.
La fiscal hizo referencia a la preparación académica de la acusada que según afirmó es auxiliar forense y refirió que Regina le seccionó un brazo a Colman y se dio cuenta que no iba a poder descuartizarlo, entonces lo dejó sobre una frazada en el patio de la casa (bajo un alero) para limpiar el lugar, lo que quedó acreditado con la prueba de luminol, afirmó.
Luego, la funcionaria judicial detalló una secuencia posterior, donde la acusada fue detenida en Buenos Aires con el auto y el celular de la víctima que utilizó para realizar algunas llamadas y expuso un incidente que se generó en un control vehicular donde Regina intentó huir, fue perseguida y detenida luego de recibir un disparo en la pierna.
Marull indicó además que la imputada tenía un revolver calibre 22 y recibió una pena de dos años en suspenso por este hecho.
La fiscal concluyó que este crimen es uno de los más aberrantes del que tuvo conocimiento en su carrera judicial, el más fuerte y cruel que haya visto. En referencia a la acusada, dijo que decidió dejar 3 chicos sin padre, un padre presente a pesar de que estaba separado de su esposa al que decidió hacer sufrir por odio, por resentimiento sólo porque se sintió degradada, ofendida por un insulto y agregó que es fundamental analizar el cuerpo de la víctima que revela la crueldad de la muerte; “ahora es la víctima ya sin voz la prueba más importante que va a incriminar al victimario por sus saña” y acusó a Regina de homicidio calificado por ensañamiento, hurto simple y hurto calificado y requirió una pena de prisión perpetua.
Por su parte, la querella a cargo de Franco Fosco y Martín Ricardo, del Centro de Asistencia Judicial, en representación de una de las hijas de la víctima, realizó una exposición similar a la fiscal, donde se resaltó el dolor extraordinario y cruel que la acusada ejerció sobre la víctima para causarle la muerte y se hizo alusión a la disección del brazo del hombre.
Los querellantes coincidieron con la calificación legal –homicidio calificado por ensañamiento, hurto simple y agravado en calidad de autor– y resaltaron los testimonios de personal policial que escuchó la confesión del hecho en boca de la acusada. “Fue innecesario, extraordinario y cruel el sufrimiento, sólo para aumentar el dolor de la víctima, a quien luego la asfixió y le extrajo un brazo” concluyeron y pidieron prisión perpetua.
A su turno, la defensa a cargo de Fernando Sirio y Lucas Altare comenzó tildando de inoportuna la exposición de fotos y pruebas que realizaron las otras partes durante los alegatos.
Coincidieron en que la muerte de Colman fue violenta pero negaron que la víctima haya sido su cliente y no compartieron la calificante de ensañamiento; “creemos que lo enunciado por esta fiscalía son conjeturas y especulaciones”, refirieron.
Luego hicieron mención a la vida difícil que tuvo Regina por su condición sexual y detallaron que Colman era un habitué de la noche y que mantenía libres relaciones, las cuales comentaba a Regina con quien tenía una relación de amistad y a quien le prestaba su auto, según refirieron.
La defensa sostuvo que, al ser detenida, su clienta cayó en un estereotipo por lo que agradeció al tribunal su trato de mujer hacia ella.
A su turno, la acusada prefirió abstenerse de declarar y luego de un breve receso comenzó la declaración de testigos, entre ellos dos policías que estuvieron en el lugar del crimen y el hermano de la víctima, que encontró el cuerpo. En un estremecedor relato, el hombre habló de la excelente relación que lo unía con su hermano, de la terrible experiencia de encontrarlo muerto y de lo que observó y vivió en la escena del crimen.
En un momento, la defensa lo interrumpió para que fuese más breve y el testigo afirmó “por favor respétenme, yo estoy esperando esto hace tres años”, lo que generó la intervención de las partes y del juez García que resolvió la cuestión, permitiendo que el hombre continuara con su exposición.
La audiencia prosiguió a la tarde con nuevos testigos ofrecidos por la fiscalía y la querella. Y continuará a partir de las 9.30 de hoy.
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