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Juicio por crimen de anciano

Por Carina Ortiz.- La víctima fue un hombre de 87 años asesinado en su departamento de Paraguay y Salta a fines de 2011. Por el hecho, su ex mujer fue condenada a 15 años en un juicio abreviado, mientras que el coimputado será juzgado a lo largo de esta semana.


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Un hombre de 36 años comenzó a ser juzgado ayer por el homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento de Meir Romano, de 87 años, ocurrido a fines de 2011. El escenario del crimen fue el departamento que el anciano habitaba en el microcentro, donde la víctima fue muerta a golpes y puñaladas. En una sala desierta, donde sólo se encontraban los funcionarios judiciales avocados al proceso, el acusado hizo su descargo y se desligó del crimen. En un discurso acotado y con pocos recursos dialécticos, contó aceleradamente qué hizo ese fatídico sábado en el que Meir Romano perdió la vida. El debate continua hoy en el primer piso de tribunales.

Daniel Fernández es un hombre bajito y delgado. Llegó a la sala con las manos esposadas detrás de la nuca  y se sentó junto a sus abogadas defensoras. Allí esperó el inicio del juicio, lo que ocurrió pasadas las 9.30.

En primer lugar tuvo la palabra el fiscal Esteban Franichevich, quien acusó a Fernández de una tentativa de robo ocurrida en una obra en construcción en enero de 2008, a la que aseguró que el acusado ingresó junto a un compañero –que hoy está condenado por el hecho– al sitio emplazado en Presidente Roca y Montevideo, luego de romper un candado. Los hombres fueron apresados al salir de la construcción. Uno de ellos llevaba una mochila con herramientas, por lo que Fernández fue acusado de tentativa de robo.

Pero la imputación no terminó allí: el fiscal, además, lo acusó de haber matado con ensañamiento y alevosía a Meir Romano, de 87 años, en su departamento del 4ª piso de Salta 1499, el 22 de noviembre de 2011. Delito que, según la acusación, llevó a cabo junto a Ramona Casco, ex mujer de la víctima, quien fue condenada por el crimen a través de un juicio abreviado a 15 años de prisión.

A su turno, las defensoras Karina Bartocci y Adriana Lucero sostuvieron que su pupilo no tiene intensión de eludir su responsabilidad sobre los actos que le correspondan, a la vez que argumentaron, respecto a la tentativa de robo, que al momento de la detención a Fernández no se le secuestró ningún elemento robado. Luego hicieron referencia al homicidio de Romano, el más grave de los delitos achacados a su cliente. Las letradas sostuvieron que su pupilo no tuvo ninguna intervención en el hecho, lo que deberá ser probado en el juicio. Incluso aseveraron que el acusado no estuvo en el lugar del crimen. Además, agregaron que el día del hecho el hombre permaneció en su casa con unos amigos, que la única persona que lo sindica es la coimputada, quien además brindó otras versiones que no lo involucran.

La declaración

Luego fue el turno del Fernández, que decidió hacer uso de la palabra y contó su versión de los hechos. Respecto a la imputación sobre homicidio doblemente calificado, dijo que ese sábado estuvo haciendo una changa hasta las 13.30 y luego se fue a la pieza que alquilaba en la casa de Ramona, donde se quedó con unos amigos con los que comió un asado y tomó cerveza hasta las 18 o 19 horas. Al día siguiente lo fue a buscar la Policía y los uniformados le dijeron que estaba acusado de matar a una persona, agregó.

Posteriormente, el hombre hizo referencia al delito de tentativa de robo que se le endilga, y detalló que ese día iba a cuidar autos al centro y se encontró con un muchacho que le dijo que lo acompañara, que iba a dormir en una obra en construcción, aunque refirió que no sacó nada del lugar.

El crimen

Meir Romano mantuvo una relación de pareja con Ramona Casco durante 25 años. Como fruto de ese vínculo, tuvieron una hija, pero en el año 2005 se separaron por la violencia doméstica que el hombre ejercía sobre la mujer, sostuvo en su momento Ramona en su indagatoria. El departamento de Salta y Paraguay estaba a nombre de Ramona, aunque Meir mantuvo el usufructo de la propiedad y, según la investigación realizada en Instrucción, esta vivienda fue el móvil del crimen.

Por el caso, Casco y Fernández –quien por aquel entonces arrendaba una pieza en la parte trasera de la casa que la mujer compartía con su nueva pareja en Piamonte al 2700– fueron procesados. Ramona decidió firmar un juicio abreviado a través del cual fue condenada a 15 años de prisión, mientras que Daniel Fernández llegó a juicio acusado de homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento.

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