Política

Rumbo al 2023

Joaquín Blanco: “Cuando el peronismo entra en modo interna no tiene límite”

El diputado provincial del socialismo advirtió el escenario de crisis política que genera la interna del FdT, que se suma a la “económica, de seguridad y social”. Sobre el ascenso de Javier Milei en las encuestas, señaló: “Argentina podría entrar en un proceso que hasta ahora no conocíamos”


El diputado provincial Joaquín Blanco sabe que el movimiento de las fichas para el armado electoral de 2023 ya empezó, pero a la vez advierte que el escenario de crisis “económica, de seguridad, social y ahora política”, fruto de las diferencias internas en la coalición gobernante, pone puntos suspensivos a todos los armados electorales, entre ellos el llamado frente de frentes. Al mismo tiempo, pide no subestimar las razones y consecuencias del fenómeno Javier Milei, y no descarta que los coletazos de esa movida puedan impactar en Santa Fe. Acepta las diferencias con el PRO en la hipótesis de un frente común, pero aclaró que el punto es que esas “diferencias tengan un canal institucional para sintetizarse”. Critica a Omar Perotti por “no tener un plan” y le achaca “al descalabro” en seguridad, “el resultado más cruel, más brutal, más intolerable por parte de la sociedad” de la gestión.

—¿Cómo se prepara el socialismo para la elección del año próximo? ¿Cómo ve la posibilidad del armado de un frente de frentes?

—Nosotros estamos en un planteo en el que lo primero es fortalecer al Partido Socialista. Nosotros venimos de una pérdida muy dura como fue la de Miguel Lifschitz el año pasado, salimos a la cancha con la valentía de Clara García, hicimos una muy buena elección, teniendo en cuenta la grieta a nivel nacional. Pero a la vez ganamos elecciones muy importantes a nivel local. Con lo cual, nuestro planteo es primero fortalecer la propuesta propia. Lo segundo es que estamos en el medio de una crisis fenomenal, económica, de seguridad, social y ahora política, porque la verdad que el ruido que genera la interna entre Alberto Fernández y Cristina de Kirchner repercute no solamente en la economía sino en toda la sociedad, y además aparecen fenómenos como Milei, con mucha fuerza. Por eso digo que hay que leer todo esto, interpretarlo y analizarlo. Yo creo que si la política santafesina se queda en una rosca de mirarse el ombligo, si se queda en un espacio de pensar alquimias electorales sumando fracciones, yo creo que le erramos de cabo a rabo en interpretar el momento que está viviendo la gente. Por eso, nosotros con firmeza, pero a la vez respetuosamente y con prudencia, decimos que no es momento de definiciones electorales. Como Partido Socialista nos estamos preparando para tener una propuesta renovada de cara a la sociedad y eso es lo que vamos transitar por los próximos meses.

—Es decir que la turbulencia que se está viviendo en todos los frentes no deja pensar en un armado electoral.

—Me parece que les pasa a todos los frentes. El Frente de Todos, ¿van a ir juntos o se van a separar para las próximas elecciones?

—Claro, en el caso del frente de frentes lo más complicado aparece en la relación entre el socialismo y el PRO.

—No es un problema de relaciones. La necesidad es tener un programa para la provincia. Santa Fe es muy difícil de gobernar. Es una provincia muy heterogénea, muy compleja. Ya tuvimos el invento de Perotti en el cual improvisó una alianza sobre la marcha y eso nos llevó a lo que nosotros entendemos, y vemos que gran parte de la sociedad también lo comparte, que es el fracaso de esta gestión. Uno puede hacer alianzas para ganar elecciones, pero después hay que gobernar, y hay que hacerlo con éxito. No es un problema de relaciones personales o de relaciones políticas. Es un problema de programa, y yo creo que todavía queda mucha agua por correr. Queda mucho camino por recorrer, y nosotros como partido político que está encargado de gestionar la ciudad de Santa Fe, la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, tenemos la mayoría en la Cámara de Diputados, tenemos una amplia representación institucional, la verdad que no podemos hacer política comentando arquitecturas electorales. Tenemos que hacer política de cara a la gente, con un programa, con una idea, posicionándonos sobre cada tema, y evidentemente que el tema económico y la seguridad son los temas excluyentes en la agenda santafesina. Y el socialismo está conectando con esa agenda.

—Lo nombró a Milei, una expresión que apuesta a la antipolítica. ¿Cree que puede tener impacto en Santa Fe?

—Yo creo que es un fenómeno que lo peor que puede hacer la política es subestimarlo, porque lo mismo pasó con Bolsonaro en Brasil, donde al principio todos lo subestimaban. Y cuando digo la política hablo de sectores progresistas, pero también de centroderecha. Yo creo que son fenómenos que conectan con un tiempo y un espacio que está signado por el fracaso de la política tradicional a la hora de resolver los grandes problemas de la Argentina. Que tengamos una inflación crónica, que tengamos al 60% de los niños y los jóvenes por debajo de la línea de pobreza, que tengamos un mercado de trabajo totalmente fracturado, con amplios sectores sociales en la precarización laboral más extrema, bueno, evidentemente que la gente busca canalizar su bronca a través de este tipo de expresiones. Entonces, ojo, porque no es únicamente rechazar a Milei, es interpretar el fenómeno, conocer el origen de sus causas, la potencialidad que puede tener eso si no se revierten algunas cuestiones básicas como por ejemplo la inflación. Y atentos porque podemos entrar en la Argentina en un proceso que hasta ahora no conocíamos.

—¿Cuál sería ese proceso?

—Tener una expresión ultraliberal, te diría extrema, validada por el voto popular. Ya pasó en Capital Federal, donde hizo una gran elección. Bueno, ¿qué pasa si esto se consolida como una fuerza nacional en las próximas elecciones? ¿Quién se atreve hoy a vaticinar cuál es el techo electoral que puede tener ese fenómeno nuevo que es Milei? Entonces digo “ojo”, hablo de todos los sectores políticos, pero más los que han tenido la responsabilidad de gobernar los últimos 30 años en la Argentina, fundamentalmente el peronismo y también Cambiemos, pero estas son expresiones que no son expresiones de los grupos concentrados económicos, está ganando muchos adeptos en sectores populares este tipo de expresiones. Entonces, atentos.

—Le insisto, ¿cree que ese armado puede tener algún impacto en Santa Fe?

—Sí, por supuesto que sí. Cómo que no.

—Ya hay sectores que se empiezan a mover.

—Pero esto no es un problema de nombres, o de sectores. Esto es una expresión política que se puede consolidar en toda la Argentina y que puede tener repercusión en Santa Fe.

—El diputado Federico Angelini (PRO) dijo que había diferencias demasiado profundas con el socialismo, en relación con el armado del frente de frentes. ¿Coincide en eso?

—Entiendo que sí, si no estaríamos en el mismo partido político. Es propio de la dinámica, uno tiene expresiones ideológicas, de valores, de sectores políticos a los cuales representa. Me parece que las diferencias, como tenemos con el peronismo, con sectores del radicalismo, con el liberalismo, son parte de la democracia. El problema es qué se hace con esas diferencias. Y si esas diferencias tienen un canal institucional para sintetizarse. Yo creo que el espectáculo que estamos viendo a nivel nacional es lamentable. Porque ahora no sólo tenemos un problema de diferencias entre el kirchnerismo y Cambiemos, sino que tenemos diferencias dentro del FdT, de diferencias que parecen insalvables. Por eso digo: el problema no es la diferencia. El problema es, ¿tenemos madurez y mecanismos para resolver esas diferencias? O para encontrar puntos de acuerdo y de síntesis, o la política argentina es binaria, de blanco o negro y de la ruptura total. La verdad es que la ruptura del blanco-negro es parte del fracaso del que hablábamos anteriormente. Yo tengo diferencias con el PRO, por supuesto. Tengo diferencias con el peronismo, por supuesto. Ahora, ¿podemos encontrarnos con algunas leyes clave para Santa Fe? ¿Por ejemplo con el tema seguridad, o el tema salud? Yo aspiro a que sí. A que podamos encontrar una síntesis. La reforma constitucional, tantas veces comentada, ¿será esta una oportunidad para encontrar una síntesis entre todo el arco político? Nosotros creemos que vale la pena el intento.

—En el análisis que hace del gobierno de Perotti, cuál es el sector o el eje que la parece más criticable.

—Hay un problema de base, porque es un gobierno que llegó sin programa y sin equipo, y eso le dio, desde el primer día de gestión, una falta de escala total para gobernar Santa Fe. Hay un problema estructural de este gobierno. No tiene programa y no tiene equipo. Creo que la mayor falencia está en todo el descalabro que es la política de seguridad, porque aparte eso encierra un pecado original, porque “la paz y el orden” fue la promesa electoral que hizo Perotti, y realmente creo que es el resultado más cruel, más brutal, más intolerable por parte de la sociedad, es el descalabro en seguridad. Yo solamente repasaba lo que pasó en el mes de abril, en materia de seguridad: renuncia el secretario de Seguridad porque en plena ola de delitos estaba con el Club de Leones en Nicaragua y en Panamá. Renuncia el jefe de Policia de Rosario, ponen una jefa de Policía, dura 24 horas y la tienen que volver a cambiar, el hermano de la jefa de Policía, vinculado en una causa por faltante de armas; un funcionario público denuncia sobrepoblación en las cárceles, y se producen fugas en comisarías, producto de que tienen presos detenidos en comisarías. (El ministro de Seguridad Jorge) Lagna admitiendo que no tienen coordinación con el gobierno nacional, Perotti teniendo que ir de urgencia a una reunión con Alberto Fernández para lograr que de una vez por todas vengan 300 gendarmes, el ex ministro (Marcelo) Sain y funcionarios imputados en una causa por corrupción vinculado con el intento de compra de armas israelíes. Todo eso pasó en el mes de abril. Imaginate si eso le pasaba en el gobierno al socialismo. ¿Qué hubiera dicho el peronismo? El descalabro es gigante y lo estamos pagando en esta ola de delitos que estamos viviendo, con un Estado ausente, sin capacidad de respuesta, de reacción, y ahora sin funcionarios con capacidad de explicar siquiera qué es lo que está pasando.

—Desde sectores del peronismo le reprochan a la oposición cierta intransigencia con las leyes que envió en su momento Sain a la Legislatura, que proponían reformas más de fondo. ¿Qué responde a eso?

—Me parece que realmente hace falta una profunda autocrítica del gobierno y del peronismo sobre lo que prometieron y lo que realmente hicieron en seguridad. Estamos hablando de que Sain está imputado por una causa de corrupción y eso ya habla a las claras de dónde está la raíz del problema.

—Vuelvo un poco sobre el lío institucional que hay dentro del gobierno nacional. ¿Hasta dónde cree que pueden llegas las consecuencias de esta lucha interna?

—El peronismo cuando entra en modo interna no tiene límite. Eso lo hemos visto lamentablemente en muchos momentos de la historia argentina. Porque el peronismo es un partido estructurado alrededor del poder, con lo cual acá lo que se está discutiendo no es ideología, no es el problema económico, lo que se discute es quién tiene la manija, si la tiene Alberto o la tiene Cristina. Y hasta que eso no se resuelva van a tener al país en vilo. Ahora lo están haciendo en una época de crisis económica, con salarios perdiendo con la inflación, con muchos problemas de precarización y muchos problemas de pobreza. Entonces, creo que es una enorme irresponsabilidad lo que está pasando, y lamentablemente no veo una solución de corto plazo.

—¿Hasta dónde cree que puede llegar?

—No lo sé, pero es inédito. No es la primera vez que tenemos vicepresidentes que se llevan mal con presidentes. Pero sí es la primera vez que tiene más votos el vicepresidente que el presidente, por lo menos las encuestas así lo reflejan. ¿Hasta dónde llega esto? No se sabe. Ahora, que hay una crisis de confianza en todos los agentes y decisores económicos, producto es esta incertidumbre, es indudable. Uno no cree en la lluvia de inversiones, pero cualquier empresario pyme que tiene la posibilidad de invertir, la verdad es que está viendo qué hace, porque nadie sabe bien cómo se deriva esta crisis del gobierno.

—Siguiendo en el plano nacional, pero ya en clave electoral. El socialismo supo participar de armados nacionales de tercera vía. ¿Hay chances de repetir ese camino en 2023?

—El socialismo siempre va a buscar una salida razonable a la grieta, que busque sintetizar el crecimiento económico con la justicia social. Ese es nuestro horizonte y por eso hemos buscado siempre alternativas de tercera vía a nuestro modo de ver razonable, y que tenían un discurso, no te digo moderado, pero sí ajustado a la realidad argentina.

—Lo vi participar de una reunión con los senadores Carolina Losada y Dionisio Scarpin en la Legislatura provincial. ¿Qué sensación le dejó?

—Una sensación positiva, porque se acercaron ellos como senadores nacionales a la Cámara de Diputados de la provincia, lo que es un hecho bastante inédito. Y ofrecieron colaborar con algunas cuestiones vinculadas con leyes nacionales que beneficien a la provincia de Santa Fe. Y particularmente estaban armando un homenaje por el aniversario del fallecimiento de (el ex gobernador) Miguel Lifschitz en el Senado nacional, gesto que realmente se valora.

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