El jefe y subjefa de la departamental de Policía de Rosario, Daniel Acosta y Jorgelina Llopart, tuvieron un bautismo de fuego. Asumieron los cargos hace sólo 15 días, y en ese lapso se contaron 17 homicidios dolosos. El último fin de semana y el lunes fueron los más violentos. En ese contexto de escalada letal, llegó la conferencia de prensa de rigor. Los jefes de la Policía preventiva de la Unidad Regional II reiteraron que se encuentran diseñando un nuevo plan de patrullaje más efectivo, apuntando a maximizar los (pocos) recursos. Lamentaron bajas temporales en la fuerza debido a la pandemia de covid-19 y renovaron promesas: “Todo el día estamos apuntando a mejorar esta situación que nos preocupa. Tenemos amigos y familia caminando en esta ciudad, queremos que la gente vuelva a confiar en la Policía”, señaló Acosta.
La crónica roja escaló este lunes en Rosario luego del baño de sangre de un fin de semana con seis homicidios. Durante el entierro de Iván “Diente” Leguizamón, asesinado en Colombres al 2700, una balacera en las afueras del cementerio La Piedad dejó un herido grave que se encuentra internado. Por la tarde, familiares de Emiliano Soto se manifestaron en Cabín 9 para pedir justicia por el joven de 18 años, que murió el domingo por la noche tras ser baleado un día antes.
El crimen de Ticiana Espósito, de apenas 14 años, fue otro mazazo que agregó más conmoción y malestar. La adolescente fue alcanzada por un plomo a las 19.40 mientras estaba en su casa de Magallanes al 2700, vecina a otra que fue tiroteada. Cerca de la medianoche, durante un brutal tiroteo en Nuevo Alberdi fue asesinado un joven de 20 años, Braiton Ezequiel Cejas, coronó una jornada siniestra.
Sobre esta coyuntura, el director de policía Daniel Acosta, jefe de la Unidad Regional II, puntualizó: “Nos preocupa y nos llama la atención el aumento de balaceras y lo más lamentable es que se han cobrado vidas humanas. Estamos trabajando de manera incansable y para maximizar los recursos materiales y humanos con los que contamos”.
Junto a Jorgelina Llopart, la subjefa, Acosta expuso que “la pelea entre bandas” es parte de las hipótesis para explicar la saga criminal: “Estamos trabajando de manera conjunta con la Agencia de Investigación Criminal (AIC). El objetivo es esclarecer los hechos y aprehender a los autores”.
Los jefes policiales abundaron en números. Acosta expuso que actualmente hay “entre 110 y 120” patrulleros en las calles de la ciudad; una cifra que se espera que aumente con la llegada de nuevos móviles y otros que están pronto a salir del taller. Ello, con un criterio de “policiamiento preventivo para llegar cada vez más a las zonas que el ciudadano común del barrio nos está solicitando. Estamos teniendo reuniones constantes con entidades barriales y taxistas”.
El contexto no es el mejor. Acosta señaló que unos 450 efectivos, entre aislados y contagiados de covid-19, están de baja. Circunstancia que apuntan a paliar con personal que antes estaba abocado a tareas de oficina o administrativas: “Son personal policial y tienen armas y se prepararon para trabajar en la calle”.
Entre tanta pálida, los jefes de la departamental Rosario aprovecharon para deslizar un dato positivo del comienzo de su gestión: “En estos 15 días el personal que se encuentra patrullando secuestró 42 armas de fuego, entre ellas 17 pistolas 9 milímetros. También se detuvieron a muchas personas con pedido de captura”.
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