Ciudad

Jefas de hogar piden ayuda por inminente desalojo

Se trata de cuatro familias que viven en un humilde pasillo de Felipe Moré 3474 y están a punto de quedar en la calle en la zona oeste de la ciudad.


Después de 27 años de trabajo, Paola Guzmán está desempleada. Es madre de tres hijos y con sus 38 años ya es abuela. Habita junto a cuatro familias más en un precario pasillo ubicado en Felipe Moré 3474. Pero tanto ella como las otras jefas de hogar están a punto de ser desalojadas: así lo aseguraron a El Ciudadano en medio de una situación de angustia y desesperación.

En el lugar viven siete adultos y 18 chicos con edades que van desde un año hasta diez. Pero mañana, de concretarse la sentencia del juez, todos quedarán en la calle. “Lo único que pedimos es que nos ayuden a conseguir trabajo porque con lo poco que tenemos solamente nos alcanza, y con esfuerzo, para darles de comer a los chicos día a día”, lamentó Guzmán.

Según relató ella llegó a vivir al pasillo hace unos diez años, cuando sus hijos eran chicos y la propietaria del lugar le alquiló “de palabra y de buena fe” y sin papeles de por medio la casa. “Hace cuatro años la señora no vino a cobrar más, desapareció y no sabíamos qué había pasado. Y aproximadamente hace dos nos empezaron a llegar los papeles (por las cédulas judiciales) y nos enteramos que la dueña había fallecido”, explicó otra de las mujeres que vive en el lugar.

Siempre de acuerdo al relato de las madres, hace aproximadamente un año y medio el abogado de la otra parte se contactó con el padrastro de una de las chicas y les ofreció venderles la propiedad en 30 mil pesos. “No pudimos juntar la plata y al tiempo la vendieron. No nos enteramos de la venta hasta ahora que recibimos la orden de desalojo”, relatan.

“Todos nuestros hijos y nietos nacieron acá, sabemos que no es nuestro pero pedimos más tiempo. No queremos que nos saquen a la fuerza ni con violencia porque somos todas mujeres con hijos que no tenemos a dónde ir ni tampoco para pagar un alquiler”, sentenció, por su parte, Claudia.

Las mujeres fueron a Promoción Social y la respuesta que le dieron fue la del protocolo de acción para todos los casos de desalojo inminente. “Nos dijeron que teníamos que llevar un papel con los datos de dónde voy a alquilar, cuánto voy a pagar y ellos (por Promoción Social) me van a dar la mitad durante dos meses”, explicó a su turno Laura. Pero lo difícil, explicaron, es que para alquilar les exigen recibos de sueldos y garantías y ninguna tiene trabajo.

Paola tiene tres hijos, uno con una discapacidad motora que vive durante el día con sus abuelos y por las noches duerme en la vivienda de Felipe Moré 3474. “Es por su salud porque el ambiente y la humedad de esta casa no es buena para él”, explicó. También contó que sufre de estrés y nervios porque no tiene trabajo y una de sus hijas quedó embarazada “siendo muy chica”, por lo que la vida se le complicó todavía más.

Guzmán aprendió a los 11 años a hacer arreglos florales en los puestos de avenida Francia, en la puerta del cementerio El Salvador. “Trabajé 27 años ahí, dejé la vida en esos puestos. Fueron muriendo los dueños y cuando gestioné uno para mí nunca tuve suerte. Ojalá la hubiera tenido”, lamentó.

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