El gobierno israelí aprobó ayer, horas después que Palestina fuese admitida como observador Estado no miembro de la ONU, el levantamiento de tres mil nuevas viviendas en territorios palestinos ocupados.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, junto con miembros de su gabinete, autorizó la construcción de tres mil nuevas viviendas en asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania.
Según precisó un diario local, los funcionarios israelíes también decidieron acelerar la planificación para la construcción de otras mil viviendas en estas regiones, incluida una sección que une el bloque de asentamientos de Maaleh Adumin y Jerusalén.
La aprobación de la construcción de las viviendas tiene lugar horas después que la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) admitiera a Palestina como Estado observador no miembro del organismo, lo que implica el reconocimiento a la soberanía de los palestinos sobre el territorio ocupado por Israel desde 1967.
La propuesta de incluir a Palestina como Estado observador de la ONU contó con un total de 138 votos a favor, nueve en contra y 41 abstenciones. Los países que votaron en contra fueron Canadá, República Checa, Palau, Nauru, Micronesia, Isla Marshall, Panamá, Estados Unidos e Israel.
Con la decisión de la mayoría se abrió un nuevo capítulo en una lucha que se prolonga por más de seis décadas, que deja a Israel y a Estados Unidos en un fuerte aislamiento diplomático.
Tras la votación el secretario general del organismo internacional, Ban Ki-moon, declaró que la decisión “hace un llamado a la necesidad de establecer negociaciones”.
La mayoría de los países que integran la ONU califica de ilegal la construcción de los asentamientos israelíes, acto prohibido según las Convenciones de Ginebra. Sin embargo, más de medio millón de israelíes vive en más de 120 asentamientos construidos desde la ocupación de los territorios palestino.
En los últimos meses, líderes palestinos y del mundo árabe y musulmán han denunciado el aumento de las políticas israelíes destinadas a colonizar Jerusalén, con la intención de borrar la presencia física e histórica palestina y musulmana de la ciudad.
La construcción de asentamientos por parte de Israel es uno de los mayores obstáculos que existen para que se reanuden las negociaciones de paz con Palestina, que se interrumpieron desde septiembre de 2010.
Esta nueva y voluminosa expansión de las colonias torpedea esfuerzos y toca una fibra extremadamente sensible, que en la jerga diplomática se conoce como E-1. Se trata de una zona cercana a Jerusalén que, de construirse, impediría la continuidad territorial entre el norte y el sur de Cisjordania. Para los palestinos, construir en E-1, y enlazar la nueva colonia con el asentamiento de Maale Adumin, equivaldría poco menos que a declaración de guerra.
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