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Irán: sorpresivo triunfo de Rohani, un clérigo moderado

Ganó en primera vuelta con el 50,68% de los votos y pone fin a dos períodos conservadores consecutivos de Ahmadinejad.


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El religioso moderado Hassan Rohani sorprendió ayer al imponerse en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Irán con 50,68 por ciento de los votos, una victoria que marca el regreso de los moderados y los reformadores al gobierno tras años de control del poder por los conservadores. En un mensaje leído ayer en la televisión estatal, el presidente electo saludó “la victoria de la moderación sobre el extremismo” pero insistió para que la comunidad internacional “reconozca los derechos” de Irán en materia nuclear.

Rohani prometió durante la campaña más flexibilidad en el diálogo con Occidente, pero su victoria no marcará sin embargo una ruptura en la política de la República Islámica, ya que los temas estratégicos, como el programa nuclear o las relaciones internacionales, están bajo la autoridad directa del Guía Supremo, Alí Jamenei. Según la Constitución, el presidente es el número dos del Estado.

Rohani sucede a Mahmud Ahmadinejad, cuya reelección cuestionada en 2009 dio lugar a masivas manifestaciones violentamente reprimidas.

Rohani, apoyado por los sectores moderado y reformador, “obtuvo 18,6 millones de votos (50,68%) de un total de 36,7 millones expresados”, declaró el ministro de Interior, Mohamad Mostafa Najjar.

Agregó que “la participación había alcanzado 72,7%” de los 50,5 millones de electores convocados a las urnas, contra 85% en 2009.

El ganador fue felicitado por los otros candidatos así como por Ahmadinejad. El Guía Supremo también se expresó y afirmó que “todo el mundo debe ayudar al nuevo presidente y a su gobierno”.

Conservadores divididos

Luego de una campaña sin astridencia, Rohani, cercano al ex presidente moderado Akbar Hashemi Rafsanyani, se vio beneficiado tras el desistimiento del otro candidato reformador Mohamad Reza Aref y por el apoyo el martes pasado del jefe de los reformadores, el ex presidente Mohamad Jatami.

También sacó provecho de las divisiones en el campo conservador, que presentaba cinco candidatos.

Superó por holgado margen a los tres principales candidatos conservadores: el alcalde de Teherán Mohamad Bagher Ghalibaf (16,5%), el actual jefe de los negociadores para el tema nuclear, Said Jalili (11,35%) y el ex jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite del régimen, Mohsen Rezai (10,58%).

Aunque es el representante del ayatolá Jamenei en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Rohani defendió una mayor flexibilidad en el diálogo con las potencias occidentales, cuyas negociaciones dirigió entre 2003 y 2005 bajo la presidencia de Jatami.

Durante la campaña, mencionó incluso la posibilidad de una negociación directa con Estados Unidos, enemigo histórico de Irán.

Pero había precisado no obstante que su gestión “no será un gobierno de compromiso y de rendición”.

Las elecciones se celebraron con una grave crisis económica como telón de fondo debido a las sanciones internacionales impuestas al país por su programa nuclear. Estas produjeron un alza del desempleo, una inflación superior al 30 por ciento y una depreciación del rial de casi 70 por ciento.

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