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Interna bonaerense: Cobos y Alfonsín calientan motores

Con la conducción del Comité Provincial, la UCR comienza a definir su candidato presidencial para 2011.

Aunque ninguno de los dos es candidato, Ricardo Alfonsín y Julio César Cleto Cobos se juegan hoy algo más que la conducción de la Unión Cívica Radical en la provincia de Buenos Aires, donde habrá elecciones internas. Las dos figuras del resurgido radicalismo calientan los motores para la carrera que más les interesa, que se corre el año próximo y cuyo podio de llegada es Balcarce 50: la Casa Rosada. Los comicios se producen en medio de acusaciones cruzadas por irregularidades, posible fraude y denuncias judiciales, lo cual contrapone el discurso democrático y republicano de los boinas blancas con su práctica concreta.

Más allá de la pulseada por el control del estratégico Comité Provincial, los afiliados radicales que concurran a las urnas comenzarán a perfilar las chances de Alfonsín y Cobos como representantes de la UCR para las presidenciales de 2011.

De un lado quedó el hijo biológico del ex presidente, Ricardo, y del otro los hijos políticos Federico Storani y Leopoldo Moreau, históricos conductores de la UCR bonaerense y ex miembros de la Coordinara radical durante el gobierno de don Raúl.

Storani y Moreau, que llevan como candidato al Comité Provincial a Eduardo Santín, trabaron una alianza con Cobos, quien regresó al partido tras ser expulsado por participar de la fórmula con Cristina Fernández de Kirchner en 2007.

Alfonsín, más cercano a un entendimiento con Elisa Carrió en el marco del Acuerdo Cívico, lleva como candidato a presidir la UCR bonaerense a Miguel Bazze. Allí también juega el denominado Grupo Rosario, donde fichan el senador Gerardo Morales, Ernesto Sanz (presidente del partido), el ex gobernador chaqueño Ángel Rozas y el cordobés Mario Negri, y que surgió como un freno a las pretensiones de Cobos tras su regreso al redil radical.

El diputado nacional Alfonsín decidió ponerse a la cabeza de la pelea para arrebatarle a Moreau y Storani el control del partido, una herramienta que considera clave para encolumnar al principal distrito del país en la estrategia nacional de acuerdos electorales del radicalismo.

Cobos, por su parte, no interviene en forma directa en la contienda –no podría hacerlo por estar afiliado en Mendoza–, pero ha dado vía libre para que dirigentes bonaerenses de su sector, entre ellos varios intendentes y legisladores, enfrenten al alfonsinismo.

Por esa razón, el vicepresidente no está ajeno a la interna, ya que ha cerrado trato con el sector histórico partidario bonaerense, que ya mostró simpatía con su candidatura presidencial.

La política de alianzas que el centenario partido pueda plantear de cara al recambio presidencial también estará influenciada por estos comicios. Alfonsín pretende sumar a Elisa Carrió y a Margarita Stolbizer en la recreación del Acuerdo Cívico y Social. Moreau y Storani, en cambio, se muestran refractarios a acordar con Carrió, que ya marcó abiertamente sus diferencias con Cobos.

En sintonía con lo que se juega en esta interna nacionalizada, un clima de fuerte confrontación acompañó la campaña al ritmo de constantes denuncias judiciales cruzadas.

La pelea por los padrones que se utilizarán en los comicios llegó a los tribunales federales, y la Justicia ordenó una depuración a pedido del alfonsinismo y la reincorporación de unos tres mil afiliados por reclamo de la dupla Moreau-Storani, que se habían caído tras la primera medida.

  La fiscalización de los comicios fue otro de los puntos de conflicto, ya que la pretensión del sector de Alfonsín de que afiliados de otras provincias pudieran controlar la elección generó un enérgico rechazo de los históricos.

“Vamos a ir a la elección, y si hay fraude lo vamos denunciar”, advirtió Alfonsín días atrás, y acusó de cometer “irregularidades” a la Junta Electoral, dominada por sus adversarios. Luego volvió a quejarse por las “muchas desprolijidades y negligencia en los trámites preelectorales”, al tiempo que señaló que las “demoras” en la entrega de los padrones definitivos impidió “observarlos y confrontarlos para tener la certeza de que están bien confeccionados”.

Desde el sector aliado a Cobos, respondieron. Storani desestimó las denuncias de “irregularidades” al considerar que con ello Alfonsín “busca victimizarse”, mientras que el candidato de su sector al Comité provincia, Eduardo Santín, las calificó de “chicanas periodísticas”. Moreau, por su parte, dijo que “el problema de Ricardito es que anda demasiado con Carrió y eso lo contagia”.

Para esta contienda por el control del partido en la provincia se anotó una tercera lista llamada Cantera Popular, integrada en su mayoría por la Juventud Radical y Franja Morada, vinculada al sector que lidera Juan Nosiglia, hijo de “Coti” Nosiglia.

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