“Acá si no se vende para quien ya saben lo matamos a todos». Ese mensaje fue dejado junto al cuerpo del hombre en situación de calle acribillado este jueves en la zona de Colón al 3900, en barrio Tablada. El cuerpo de Damián Mauricio Vargas, de 35 años, fue hallado en la madrugada con 8 orificios de bala. Los investigadores policiales recogieron a su alrededor 10 vainas servidas. Y el texto, manuscrito sobre un trozo de cartón, que recuerda otros asesinatos en la ciudad con víctimas elegidas al azar para enviar amenazas entre bandas o a las autoridades.
Vargas era conocido en la zona en la que lo mataron, por la que deambulaba a diario. Eso dijeron algunos vecinos, que sin embargo guardaron silencio sobre cualquier detalle del asesinato y de sus circunstancias.
Al lado de la víctima, quedó una mochila con zapatos, un trozo de queso cremoso, anotaciones con números de teléfonos, unas cadenas de acero quirúrgico, una muñeca, el DNI de Vargas y alrededor de 30.000 pesos.
El caso quedó a cargo de la fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Georgina Pairola.
Aunque la investigación del hecho recién comienza, y si como parece Vargas era ajeno a los destinatarios de la nota, sus características remiten a otros crímenes en los que las amenazas mafiosas se escribieron con la sangre de víctimas tomadas al azar. Como advierte el texto: «los matamos a todos» o, lo que es lo mismo, a cualquiera.
Dolor y desconcierto por la muerte de Jimi Altamirano, el músico asesinado en la puerta del Coloso
Uno de los antecedentes más resonantes fue el asesinato, la noche del miércoles 1° de febrero de 2023 frente a la zona de parrilleros del club Newell’s Old Boys, en el parque Independencia, de Lorenzo Altamirano. Era conocido como «Jimi», tenía 28 años, tocaba el bajo en varias bandas de punk rock y se ganaba algunos pesos como malabarista callejero. Lo bajaron a empujones de una Renault Sandero frente a la puerta 6 del estadio Marcelo Bielsa, por calle Morcillo al 2500, y lo ejecutaron a balazos. Con un tiro en la cabeza y otro en el pecho, alcanzó a sobrevivir unas horas: murió la madrugada siguiente en el hospital de emergencias Heca.
En el lugar de ese ataque, los investigadores, además de dos vainas servidas calibre 9 milímetros, encontraron un mensaje dirigido a presos relacionados a la banda Los Monos y la barra de Newell’s Old Boys. Un texto parecido al que, casi en simultáneo, habían arrojado frente a la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez mientras disparaban sobre un patrullero estacionado.
Más recientes, igualmente brutales, fueron los asesinatos de los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano, el chofer de la línea K Marcos Daloia y el joven playero de la estación de servicios Puma de Mendoza al 7600 Bruno Bussanich. En esos casos, según las pruebas recolectadas, para enviar mensajes a las autoridades provinciales en relación a la situación de presos de alto perfil alojados en cárceles santafesinas.
