Espectáculos

Independencia y autogestión, las marcas de Aristimuño

Lisandro Aristimuño se presenta con un set acústico. El productor y compositor, apuesta por nuevos caminos, libres de multinacionales, de acuerdo a su carácter ideológico. Sala Lavardén, viernes (con entradas agotadas) y sábado, a las 22.

Por Daniela Barreiro

Cuando te presentás con una banda es algo terrenal y esto tiene más que ver con el cielo”, definió Lisandro Aristimuño al espectáculo que lo tiene como protagonista y que se anticipa como un “set solo, más trío de cuerdas” y que tendrá lugar esta noche (con entradas agotadas) y mañana, a partir de las 22, en la sala Lavardén (Sarmiento y Mendoza). Será así que el músico repasará sus cuatro discos de estudio acompañado exclusivamente por un set de cuerdas compuesto por dos chelos y un violín, instrumentos que dan una nueva impronta a sus ya reconocidas canciones.

“Teníamos armado un set de cuerdas que tocaba junto a mi banda, pero ahora lo que vamos a hacer es un set exclusivamente de cuerdas, más despojado. Lo que hice fue reversionar mis canciones para que las cuerdas tengan un mayor protagonismo. Los temas pertenecen a mis cuatro discos ya editados, elegí los que mejor se llevan con las cuerdas”, aseguró el músico que recientemente regresó a la Argentina tras realizar una serie de shows en Madrid, en los que presentó parte de su discografía junto a “una banda compuesta por grandes amigos que además son unos músicos increíbles”, apuntó Aristimuño.

En octubre de 2009 Aristimuño editó, a través de su propio sello discográfico, Las crónicas del viento, su cuarto disco de estudio grabado en dos etapas, una en Buenos Aires y otra en España. Ese mismo año el material obtuvo el premio Gardel al mejor álbum de rock pop alternativo. “Las crónicas del viento es un disco muy fuerte y muy valioso para mí porque es el primero que edité con mi propio sello. Fue una satisfacción muy grande porque en este momento en que supuestamente los discos se están terminando, largarse a editar un material doble fue toda una hazaña. Además grabar 22 canciones en una época en la que la gente escucha la música rápido, piensa que cuanto menos tardan las cosas son mejores y tiene mucha menos paciencia, fue todo un desafío. Pero el público respondió muy bien, teníamos un poco de miedo porque es muy distinto al anterior (39º) que es un material acústico; acá salimos con la banda y encima lo editamos con el nuevo sello. Sin duda veo a este disco como un escalón más en mi carrera. Cada vez siento más que «el disco» (como formato) no desaparece, se termina para las multinacionales que no venden un millón de copias como antes, para mí nunca se termina”, señaló Aristimuño.

“El público que me sigue compra los discos –continuó– porque valora el esfuerzo que significa editarlo, además sabe que con ese dinero yo continúo trabajando, editando a otros artistas. Ahora sacamos a la venta dos discos nuevos, entonces se arma una cadena, el dinero que ingresa no va para mí sino para aportar a otros músicos y para seguir generando nueva música para nuestro país”.

Plantándose en desacuerdo con la supuesta crisis discográfica que tiene lugar en la actualidad, el compositor consignó: “Yo relaciono esto con un almacén, que cuando llegan los grandes supermercados parece que se van a fundir pero siempre está la gente que prefiere la atención que hay en ese tipo de lugares. Esto es así, lo que intento hacer es volver a lo más chiquito, en el sentido de estructura, me doy cuenta que llama la atención y tiene buena respuesta. Recibí muchas ofertas de multinacionales y de marcas para publicidad, eso te da la pauta de que estamos haciendo las cosas bien, de que el enemigo me quiere (risas). Siento que me estoy demostrando a mí mismo y a mis colegas que ser independiente y autogestionarse se puede. Me encanta porque sabés todo lo que ocurre y podés decidir todo”.

“Me parece que las cosas están cambiando mucho, como cambiaron los gobiernos también y eso hace que todo se modifique. Me parece que el hecho de que muchos músicos estén apostando a la autogestión surge a partir de una crisis que se produjo en algún momento; ahora estamos como saliendo de ese caos, de esa época en la que un presidente se nos fue en helicóptero. Siempre después de un caos así hay una renovación, y la independencia y la autogestión para mí son la renovación de la música”.

Además de músico, compositor y productor, Aristimuño conduce, desde hace cuatro años, el programa Este asunto suena raro, que se emite los miércoles, de 22 a 24, por la radio comunitaria La Tribu (www.fmlatribu.com). “La idea es difundir nuevos artistas, música que no tiene lugar en otras radios. Hay conciertos acústicos en vivo, hablamos de cómo se hace música hoy en el país y de cómo se puede hacer música en nuestro país. Pasan artistas independientes y otros que no lo son para hablar como si estuviéramos en el living de mi casa (risas)”.

“Todo lo que hago es ideológico y tiene un valor muy fuerte para mí. Todo lo que hago es para aportar algo a este cambio que tiene que ver con la independencia y la autogestión. Creo que éste es el momento, hay muchas cosas de este gobierno que son muy positivas para el arte, yo desde mi lugar, desde mi oficio de músico creo que ayudó mucho el hecho de que actualmente haya un intento de federalismo en el país, de que el gobierno haya puesto en el tapete y en el foco del debate a la comunicación. Se abrió un poco el juego, hay un ring, que antes estaba pero oculto, ahora todo se ve y cada uno puede elegir donde posicionarse, eso para mí ya es positivo”, concluyó Aristimuño.

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