Seis miembros de la Policía de Acción Táctica fueron imputados por la fiscal Karina Bartocci por un hecho de apremios y robo ocurrido a principio de julio. El caso tuvo lugar en la zona oeste de la ciudad cuando un joven de 23 años denunció que uniformados pertenecientes a la PAT lo detuvieron irregularmente, lo golpearon y lo pasearon con el fin de que reconozca a unos sospechosos que buscaban en el barrio. La audiencia imputativa tuvo lugar la semana pasada en la sede de la Fiscalía y los sospechosos permanecerán en libertad mientras se lleva a cabo la investigación. Desde la Fiscalía adelantaron que esperan la producción de nueva prueba vinculada a una nueva declaración de la víctima y al celular que fue sustraído en el hecho.
Carlos R. tiene 23 años y la madrugada del 9 de julio llegó a su vivienda, ubicada en Cerrito al 5700, a bordo de un Fiat 147.
Cuando el muchacho estacionó, dos móviles policiales, con personal de la PAT, arribaron al lugar y se lo llevaron. Su madre pudo observar la escena y los uniformados le informaron que el muchacho estaba detenido e iba a ser trasladado a la comisaría 14ª, aunque la versión de la víctima refirió que nunca lo llevaron a esa dependencia.
El muchacho radicó la denuncia y explicó que fue paseado por la zona y en ese recorrido fue golpeado, bajado del patrullero en varias ocasiones y sometido a interrogatorios respecto a un grupo de muchachos que presuntamente buscaban. Luego de casi una hora, el joven fue liberado aunque los policías se quedaron con su celular.
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Al testimonio del joven se sumaron los datos arrojados por el GPS de los móviles, las cámaras de seguridad y el informe médico que detalla la existencia de algunos moretones. El jueves, la fiscal Karina Bartocci, a cargo de la oficina de Violencia y Corrupción Institucional, decidió indagar a los uniformados Carlos A., Luís Alberto R., Javier B. y tres hermanos que revisten en calidad de agentes por los delitos de apremios ilegales y robo.
Descargo
Durante el descargo, los seis policías, que son oriundos de Santa Fe capital y Helvecia, se desligaron del hecho y coincidieron en sus dichos. El sexteto afirmó que a raíz de una denuncia que les llegó por la radio buscaban una moto cuyos ocupantes detonaban armas de fuego por las calles del barrio. En esas circunstancias observaron a un automóvil que ingresó en contramano y se detuvo en un garage. El personal policial sostuvo que identificaron al joven y le preguntaron por las personas denunciadas. Según el relato, el muchacho les informó que a unas cuadras del lugar, en un Fonavi, se juntaba un grupo de chicos que podrían tener vinculación con el hecho.
Los uniformados afirmaron que atento a que no son de Rosario, le preguntaron si podía indicarles cómo llegar y el joven se subió voluntariamente al móvil. Cuando los patrulleros llegaron al lugar señalado, los uniformados observaron un grupo de personas reunido en una esquina por lo que descendieron y los requisaron. Ello derivó en el arrepentimiento del joven, según los policías, quien sostuvo que tenía miedo a sufrir represalias, sostuvieron los sospechosos. Concluido el acto, la defensa de los imputados solicitó una nueva declaración de la víctima. A ello se sumó una pericia para conocer datos sobre el celular de la víctima, sustraído el día del hecho. El fin es conocer si volvió a activarse y recabar toda la información que pueda brindar el aparato.
Un policía con problemas
El debut de la Policía de Acción Táctica en los barrios fue bastante problemático. A Jonathan Herrera lo mataron el domingo 4 de enero, mientras lavaba su auto en la puerta de su casa de Ayacucho y Bulevar Seguí. El joven quedó en medio de un tiroteo entre uniformados de la PAT y un ladrón. Si bien en primera instancia los policías negaron haber disparado sobre el joven, de 23 años, el peritaje determinó que Jonathan murió por las heridas que le produjeron tres plomos disparados por pistolas policiales. Por el caso, Ramiro R., de 23 años, está acusado de ser el autor de los disparos que mataron al joven. Por su parte, tres de sus compañeros de la PAT, Francisco R. de 19 años, Luis S., de 22, y Alejandro G., 20, fueron imputados de tentativa de homicidio.
A su vez, el titular de la sección Logística de la repartición, Mario U., fue detenido en mayo por un caso de gatillo fácil ocurrido en 2011.
Por último, en junio pasado un subcomisario y un suboficial de las PAT quedaron implicados en una investigación por fraude a la administración pública con las horas extra.
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