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"Caza de brujas"

Imputado en el hospital

Se trata del tercer sospechoso, de 19 años, de la feroz balacera en la seccional 14ª. Al igual que a otros dos detenidos, de 18 y 30 años, le achacaron tentativa de homicidio.


En una audiencia celebrada ayer en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, el tercer sospechoso de participar en la feroz balacera del domingo a la noche dentro de la seccional 14ª quedó formalmente imputado de tentativa de homicidio. En el mismo acto se le dictó prisión preventiva hasta tres días después de recibir el alta médica, lapso en el que está previsto sea sometido a una rueda de reconocimiento. Héctor G. tiene 19 años y heridas de bala en el tórax y el pie. Según denunció, las mismas fueron consecuencia de un robo que sufrió junto con su novia en zona norte y su detención se concretó en el hospital Alberdi al que había acudido para recibir curaciones. Con la misma lógica habían sido apresados otros dos imputados: por estar la noche del domingo, en guardias médicas, heridos de bala.

Esa noche, pasadas las 22, sonaron más de 40 disparos dentro de la comisaría de barrio Belgrano, ubicada en Marcos Paz 6650. Según la versión de los policías que se encontraban de guardia, un trío armado los sorprendió a los tiros, sin mediar palabra.

Dos uniformados repelieron el ataque, y recibieron heridas que no revistieron gravedad, y un tercero se retiró de la escena y pidió refuerzos.

La ferocidad de la balacera quedó reflejada en datos que surgieron durante una extensa audiencia celebrada anteayer, donde imputaron de tentativa de homicidio a Guillermo N., de 30 años, y Abel P., de 18, ambos con prisión preventiva sin plazo. Allí, la fiscal Andrea Vega dijo que se incautaron 42 vainas servidas de distintos calibres diseminadas dentro de la seccional 14ª.

Balas

Dieciséis de ellas correspondían a la 9 milímetros de un oficial, otras 17 no fueron cotejadas, 8 eran 11.25 (arma que no fue secuestrada) y una de un revólver 32 que se encontró abandonado en la esquina de la seccional.

Las manchas de sangre en la puerta de la comisaría fueron la pista que siguieron los investigadores para presumir que los agresores estaban heridos y por eso buscaron sospechosos en las guardias de hospitales públicos.

Para la defensa se trató de una “caza de brujas” y expusieron las circunstancias en que sus clientes habían sido agredidos.

Caras conocidas

Uno de los puntos más criticados por la defensa respecto de la imputación y prisión dictadas por el juez Gonzalo López Quintana se basó en que “lo único” que tienen contra los sospechosos son los reconocimientos en rueda de personas.

En ese sentido, tanto el abogado particular Jorge Beduoret como la defensora pública María Eugenia Carbone, plantearon que las fotos de sus clientes circularon por las redes sociales desde la mañana del lunes, antes de que se realizaran los reconocimientos.

“Estos son los cacos que intentaron copar la comisaría 14ª de Rosario. Recomendamos que todo el personal policial los tenga bien identificados por las dudas”, rezaba un mensaje debajo de las tres fotografías.

A eso se suma que un cuarto detenido, cuya foto no circuló por ninguna red social, fue el único que los uniformados no señalaron y por eso recuperó la libertad y fue desvinculado de la causa.

Defensa

Bedouret, quien representa a Guillermo N., explicó también que era fácil reconocer a su cliente porque había estado detenido horas antes en esa seccional, donde fue “brutalmente golpeado”, y cuyas lesiones asegura que fueron constatadas por un médico policial.

En el caso de Héctor G., quien se encuentra internado y todavía no fue sometido a una rueda, Carbone dijo que además de la foto que ya circuló, está desde el domingo con custodia policial, por lo que adelantó que se va a oponer a la medida.

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