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Impacto de subas a policías provinciales llegará a Nación

Provincias cedieron fuertes subas salariales a sus policías para aplacar rebeliones, encendieron otros reclamos y pedirán a Nación.

El horizonte de política salarial que el gobierno imaginó para 2014 ya cambió; sin duda no será el mismo. No es que los reclamos de subas salariales que ya se anticiparon para las próximas paritarias fueran moderados, pero después de los muertos y las pérdidas materiales que dejaron los saqueos sin duda el principal impacto de la crisis que se vivió en los últimos días será el impacto que tendrán los incrementos que las policías le arrancaron a los gobernadores (en algunos casos imposibles de financiar).

El presupuesto nacional no contempla partidas para el financiamiento de la seguridad que no sean para la Policía Federal, la Gendarmería, Prefectura, las Fuerzas Armadas y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Así, las subas que los gobernadores otorgaron a sus policías, en algunos casos garantizando más de 10.300 pesos de básico (como la oferta que lanzó el gobierno de Chubut), no impactarán directamente en las cuentas del deficitario Presupuesto 2014 nacional, pero sí lo harán el financiamiento que la Nación deberá aportar para “bancar” las cajas provinciales. Por lo menos la mitad de los gobernadores que otorgaron subas salariales a policías rebeldes ya comunicaron al gobierno central que no pueden pagar lo que cedieron.

Ahora, todos los estatales

Y tras la ola de la Policía ya comenzaron las presiones de otros gremios estatales a los que se sumarán docentes y médicos. En ninguno de esos casos estuvo jamás previsto un incremento salarial de las proporciones del que están consiguiendo los policías en las provincias.

Salvo algunas excepciones, casi todas las gobernaciones deberán tener asistencia extra de la Nación para poder afrontar las subas que no tenían contempladas antes de la crisis.

Se sabe que ningún presupuesto provincial contempla de antemano la suba salarial sino que se ajusta en el año luego de la paritaria. Lo hace la ciudad de Buenos Aires con los incrementos salariales: tras paritarias Mauricio Macri pide a la Legislatura porteña un incremento presupuestario. De todas formas, en ese caso en particular los recursos no faltan para financiar la diferencia; algo que pocos gobernadores pueden decir.

Por ese lado, entonces, será difícil evaluar el impacto que tendrá en las cuentas públicas la suba en el gasto que suponen los nuevos sueldos en seguridad, sumados a los reclamos que ya se vienen en todo el sector público que quiere igual trato que con los uniformados.

Las cifras de la inflación

Frente a esa realidad está el gobierno. Tras dos meses duros en materia de suba de precios, con la inflación impactando en su peor momento en 2013, el objetivo oficial fue cerrar las futuras paritarias con una suba del 18 por ciento. Con ese número se anticipaba a sentarse con los sindicatos y hacia allí se buscaba domesticar hasta a la CGT oficial.

Para eso se encargaron trabajos previos. Se le pidió a Axel Kicillof que su equipo elaborara un cálculo de inflación para justificar que con ese 18 por ciento de suba salarial sería suficiente para sustentar el poder adquisitivo de los salarios en 2014.

Por lo tanto, si el año próximo el sindicalismo desembarcara con reclamos que ronden el 25 por ciento la situación de caja ya sería difícil de solucionar, tanto para los gobernadores como para la Casa Rosada. Los incrementos de hasta un 50 por ciento que lograron los policías terminan por complicar ese horizonte.

Déficit que se escapa

Así, antes de estas subas la Asociación de Presupuesto Público calculaba que el país puede terminar 2013 con un déficit de sus cuentas públicas de 110.000 millones de pesos, o sea un 4,1 por ciento del PBI. En cuanto a los déficits provinciales, el número rondaba los 30.000 millones de pesos, tomando en cuenta las proyecciones disponibles a octubre de este año.

Hay otro efecto que complica: con subas salariales superiores al 18 por ciento se vuelve a descalzar el impacto del impuesto a las ganancias sobre los salarios, además de realimentar la presión inflacionaria.

Las presiones de los gremios de empleados estatales ya comenzaron en algunas provincias. Una es Neuquén: ayer la CTA convocó a un paro de 24 horas, con marcha a la Casa de Gobierno local, en reclamo de aumentos. El sindicato de los profesionales médicos de la salud pública está en la misma línea: arrancaron una huelga de cuatro días por un pedido similar. Y todo a sólo 24 horas de que el gobierno de la provincia cerrara el acuerdo con la Policía.

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