El departamento de Idiomas Modernos de la Facultad de Humanidades fue inicialmente la única repartición de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que se ocupó de la enseñanza de lenguas extranjeras en el ámbito universitario. Surgió con el objetivo de capacitar en la lectura comprensiva de textos de la especialidad a los estudiantes de las diferentes carreras de grado que tuvieran una lengua extranjera como materia obligatoria u optativa, de manera pública y gratuita, con un amplio panorama de idiomas para elegir.
En 1995, surgen también los Cursos de Lenguas Extranjeras para la Comunidad, como actividad de extensión. Como fue creciendo tanto la actividad del área, se convirtió en escuela, y el denominado Clec se instaló en 1997 en otro edificio, ubicado en San Juan 1531, en el que hoy se forman más de 2 mil alumnos.
“El espíritu fue abrirse a la comunidad, sacarnos el mote de «bicho raro» como facultad e integrarnos con una oferta educativa en idiomas de calidad, a muy bajo costo. En los años 90 la universidad tenía serios problemas de presupuesto, por ejemplo en Humanidades en marzo se terminaba lo que el Estado proveía para limpieza durante todo el año. Por eso, se hizo necesario buscar la manera de generarle recursos, que siguen estando volcados a mejorar su funcionamiento”, relató a El Ciudadano Carlos Valentini, director de la institución y docente de la facultad de Humanidades.
Este espíritu de acercamiento a la comunidad y la pertenencia a la universidad pública que distingue a la institución, se manifiesta en los costos de los cursos, que intentan, según manifiestan desde la entidad, ser “lo más económicos posibles”.
Por ejemplo, en inglés para mayores de 16 años, los institutos privados más grandes cobran una matrícula que oscila entre los 400 o 500 pesos, y luego se abona entre 500 y 600 por mes, aumentando en los últimos años de cursado. El Clec, en contraste, no cobra matrícula, derecho de examen, ni cuota por fuera de los meses de cursado, y las tarifas, según la franja horaria y la cantidad de días de clase por semana, varían de 270 (los cursos promocionales, para quienes tienen dificultades económicas) hasta 390 pesos por mes.
Los precios tienen dos grandes categorías, ya que se realiza un descuento a todas las personas vinculadas a la educación pública de todos los niveles, ya sean docentes, no docentes, estudiantes mayores de 16 años o jubilados. Este sector ocupa un 70 por ciento de su matrícula. El otro 30 por ciento, denominado “comunidad”, está compuesto en general por amas de casa, empresarios y trabajadores del sector educativo privado.
“No queríamos competir con los institutos privados, simplemente nos empezamos a manejar con criterios propios, por eso implementamos esa escala de aranceles. De todos modos eso fue generando que los privados cambien. Por ejemplo, empezamos a ofrecer cursos cuatrimestrales para facilitar el acceso a quien no puede cursar el año completo, algo que fue retomado luego por los demás”, aclaró Valentini.
El portugués, en alza
El abanico de idiomas que se dictan en el Clec es amplio: inglés, francés, portugués, italiano, alemán, latín, español para extranjeros, hebreo, árabe, chino y japonés. También se enseñan lenguas de pueblos originarios como el quechua, qom (de la comunidad toba) y guaraní, algo único en la región. “El objetivo era armar un centro plurilingüe y ofrecer una gran variedad, más allá de la rentabilidad”, comentó el docente.
El Centro cuenta hoy con un promedio de entre 2.000 y 2.400 alumnos por cuatrimestre, un número importante teniendo en cuenta que la facultad de Humanidades reúne a 3 mil alumnos. El 50 por ciento de los inscriptos estudia inglés, algo lógico, pero es seguido por el portugués con un 20 por ciento, un idioma en tendencia de crecimiento desde hace unos años “por el afianzamiento del vínculo con Brasil dentro del Mercosur y el desarrollo del lazo académico”, según explicó Valentini. Los demás idiomas rondan, por lo general, los 100 alumnos.
Para extranjeros
Por otra parte, además de esta oferta en lenguas foráneas, en el Clec también se dictan cursos especiales de español para extranjeros, con otro arancel y modalidad de cursado. “Como no tenemos en general contingentes, salvo uno o dos por año, fundamentalmente alumnos universitarios de Estados Unidos y de Canadá, apuntamos al público que se encuentra de paso en la ciudad. Al que viene por estudio, por trabajo, o que está de visita por un tiempo. Tenemos mucha gente de la empresa Chevrolet de habla portuguesa, o sus familiares, tomando cursos aquí. Personal jerárquico que es enviado a trabajar a la planta de General Motors. También hay parejas que se conocieron por internet, que se visitan y aprovechan para aprender el idioma”, detalló el director del Centro.
La mayor parte de los inscriptos, que no superan los 100 por año, son norteamericanos, en un 70 por ciento. Detrás los sigue Brasil, con el 16 por ciento, también en tendencia de aumento año a año por las mismas razones antes enumeradas; y Europa con el 10 por ciento. Cierran el ranking Asia y Oceanía con el 2 por ciento cada uno.
Valentini apuntó como razones de quienes eligen Rosario para estudiar el idioma nativo “la calidad de vida de la ciudad; el hecho de que sea una gran urbe sin llegar a los límites de Buenos Aires, que aparece como más insegura y donde todo está lejos; el peso académico de la UNR; el hecho de que se encuentra en una vía de tránsito del Mercosur y la oferta recreativa disponible para los jóvenes”.
Los módulos del curso de español para extranjeros duran 15 días y constan de 6 clases, para posibilitar su finalización cuando la presencia en la ciudad es esporádica, situación de la mayoría de los inscriptos. Cada módulo se abona 450 pesos, pero también existe la posibilidad de tomar clases individuales por 150.
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