La jefa del gobierno alemán Angela Merkel conquistó una rotunda victoria en las elecciones legislativas de ayer, que le suponen cuatro años más al frente de la primera economía de Europea.
Al haber obtenido 304 de 606 escaños, Merkel podría gobernar sola, sin tener que aliarse con la oposición socialdemócrata (SPD), lo que no ocurría desde el canciller Konrad Adenauer en 1957.
Merkel saludó el “superresultado” de su partido, la Unión Demócrata Cristiano (CDU) de derecha y prometió: “Juntos, vamos a hacer todo para que los cuatro años que vienen sean cuatro nuevos años de éxito para Alemania”.
De 59 años, la canciller alemana confirmó su estatuto de mujer más poderosa del mundo al permitir a su partido conservador lograr su resultado más elevado desde la Reunificación del país en 1990, con 42,5 por ciento de los votos, un 9 por ciento más que los obtenidos en la última elección de 2009, según cifras difundidas por la cadena pública ZDF.
Hija de un pastor protestante, casada dos veces y sin hijos, Merkel demostró, al obtener esta histórica victoria, que sigue siendo sumamente popular en su país. Tan popular que obtuvo una mayoría absoluta en las elecciones legislativas.
En cambio sus socios liberales se quedaron fuera del Parlamento, según las estimaciones de anoche.
“Alemania sólo puede ser fuerte con una Europa fuerte”, repite, una y otra vez, la canciller, asegurando que Berlín no aspira a ejercer una hegemonía sobre la Unión Europea. Durante esta campaña electoral, a la que muchos le han reprochado carecer de sustancia, Merkel ha hecho hincapié en su programa de continuidad, subrayando que la estabilidad en Europa “es crucial para el bienestar de Alemania”.
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